La energía de mañana: detener el consumo de petróleo hoy
Gerardo Honty
La Agencia Internacional de la
Energía (AIE) ha lanzando un desafío impactante y dos advertencias angustiosas:
dos tercios de las reservas de combustibles fósiles deben mantenerse bajo
tierra si se quiere evitar el cambio climático, el sector energético duplicará
su consumo de agua dulce en los próximos 20 años y los pobres seguirán sin
energía.
Estos dichos aparecen en el
reporte Prospectiva Mundial de Energía que acaba de lanzar la AIE. No sólo sus
contenidos son impactantes por dejar al desnudo la gravedad de los problemas
actuales, sino que tampoco debe olvidarse que es agencia depende de los
gobiernos de la Organización Económica para la Cooperación y el Desarrollo
(OCDE). O sea, depende los países industrializados, y en sus informes nunca se
caracterizó por sus preocupaciones ambientales. Más bien siempre se la asoció
con las industrias energéticas y su prédica históricamente ha sido
ostensiblemente promotora del desarrollo de la oferta de energía.
Sin embargo en los últimos años
algo ha ido cambiando en los enfoques de la Agencia. Reconoció que el mundo ha
alcanzado el pico del petróleo en el año 2006 (World Energy Outlook 2010) y
formuló escenarios energéticos para detener la amenaza del cambio climático
(World Energy Outlook 2009). El reporte de este año mantiene estas últimas
tendencias, agregando a las preocupaciones anteriores, la advertencia acerca
del aumento del consumo de agua en el sector energético y que el mundo sigue una ruta insostenible.
Los contenidos del reporte no
ameritan comentarios. Considerando que provienen de un organismo que nadie
puede calificar de “fundamentalismo” ambientalista, son elocuentes por sí
solos.
La demanda mundial de energía se
incrementará en más de un tercio desde ahora hasta el 2035. Según la agencia,
para abastecer esta demanda se requiere de una inversión acumulada de 37
millones de millones de dólares, entre 2012 y 2035, equivalente al 1,5% del PIB
mundial durante ese período. Las emisiones energéticas de CO2 crecerán desde un
estimado de 31,2 Gt en 2011 a 37,0 Gt en 2035, lo que estaría provocando un
aumento de la temperatura media del planeta de 3,6°C. Si el mundo pretende
cumplir el objetivo de limitación del aumento de la temperatura mundial a 2 ºC,
hasta 2050 no se podrá consumir más de un tercio de las reservas probadas de
combustibles fósiles. Dicho de otro modo: la propia AIE señala la necesidad de
transiciones post-petroleras.
Los combustibles fósiles
seguirán siendo la principal fuente de energía al final del período de
análisis. La demanda de petróleo, gas y carbón crece en términos absolutos
hasta el año 2035, pero su participación en el mix energético mundial cae del
81% al 75% durante ese lapso. El consumo de petróleo alcanza los 99,7 millones
de barriles diarios (mb/d) frente a los 87,4 mb/d consumidos en 2011. China por
sí sola representa el 50% del aumento global de la demanda de crudo. Todo el
incremento neto del abastecimiento de petróleo mundial está basado en la
producción de petróleo no convencional, un recurso de altos impactos ambientales
locales y mayores emisiones de gases de efecto invernadero.
El gas natural tendrá un aumento
importante (de 3,4 a 5 billones de metros cúbicos) alcanzando al carbón en
suministro de energía primaria en 2035. La mayor parte de este aumento también
está impulsado por China, aunque se observa asimismo un crecimiento en los
países de la OECD. La mitad del aumento de la producción mundial de gas natural
proviene de explotaciones “no convencionales” una tecnología que ha sido
prohibida en varios países debido a sus riesgos ambientales.
Entretanto, los subsidios a los combustibles fósiles siguen
distorsionando los mercados energéticos y alcanzaron la cifra de USD 523 mil
millones en 2011, casi un 30% más que en 2010. El apoyo financiero a las
fuentes renovables de energía, en cambio, ascendió a $ 88 mil millones en 2011.
El reporte de la Agencia
incorpora un nuevo escenario: el “Escenario Eficiente Mundial”. Aquí se propone
una inversión adicional de $ 11.8 millones de millones de dólares en tecnologías
de uso final que es más que compensado por USD 17,5 millones de millones de
reducción en las facturas de combustible y una reducción de USD 5,9 millones de
millones en inversiones para el aumento de la oferta energética.
En este escenario el crecimiento
de la demanda mundial de energía primaria se reduce a la mitad, las emisiones
de CO2 energéticas alcanzan su pico antes de 2020 y llegan a 30,5 Gt en 2035,
lo cual apunta a un aumento de la temperatura media a largo plazo de 3°C.
Además de eficiencia, dice la AIE, hace falta inversiones en tecnologías de
bajo carbono si se quiere mantener el aumento de la temperatura por debajo de
los 2°C como se ha acordado en la Convención de Cambio Climático de Naciones
Unidas.
La producción de energía está
requiriendo cada vez mayor uso de agua, dice el informe. El consumo de agua
dulce para la producción de energía en 2010 ascendió a 583 mil millones de
metros cúbicos, un 15% del uso mundial de agua total. De esa cantidad, 66
millones de metros cúbicos no regresaron a su fuente, es decir fue consumida en
la producción. El uso del agua aumentará en un 20% durante 2010-2035, pero el
consumo aumentará en 85% (más del doble de la tasa de crecimiento de la demanda
de energía). Estas tendencias son impulsadas por la transición hacia nuevas
usinas (superiores en eficiencia pero con mayor consumo de agua) y la expansión
de la producción de biocombustibles.
El uso del agua, advierte el
informe, podría convertirse en un obstáculo para el desarrollo de gas y
petróleo no convencional, la generación de electricidad y el mantenimiento de
la presión de los yacimientos para la producción de petróleo.
En la actualidad, casi 1,3 mil
millones de personas siguen sin tener acceso a la electricidad y 2,6 mil
millones no cuentan con tecnologías limpias para cocinar. En ausencia de nuevas
medidas, el informe proyecta que casi mil millones de personas carecerán de
electricidad y 2,6 mil millones de personas aún no podrán contar con tecnología
para cocción en 2030. Se estima que para lograr la universalización acceso a la
energía en 2030, se necesita cerca de un millón de millones de dólares en
inversión acumulada Esto es equivalente a sólo el 3% del total de la inversión
en infraestructura relacionada con la energía. El acceso universal a los
servicios energéticos sólo haría aumentar la demanda global de energía en un 1%
en 2030 y las emisiones de CO2 en un 0,6%.
G. Honty es investigador de
CLAES (Centro Latinoamericano de Ecología Social).
Enviado en red foroba
No hay comentarios:
Publicar un comentario