El riesgo ya había sido alertado por la Corte
Hace dos años le dijo al intendente Bruera que la estructura
de La Plata corría peligro
Por Pablo Morosi | LA NACION
LA PLATA.- Los riesgos de una inundación de proporciones , ante la falta de planificación
en los cambios introducidos en la edificación urbana, fue advertida
reiteradamente al gobierno municipal por expertos en hidráulica y señalada hace
dos años por la Suprema Corte de Justicia bonaerense. El tribunal supremo, al
hacer lugar a un amparo de organizaciones ambientalistas, habló de "un
potencial riesgo de afectación a la estructura general de la ciudad y su
capacidad de soporte en términos de servicios".
La Corte advirtió al intendente Pablo Bruera por "la
relajación de normas destinadas a regular el uso del suelo" al sancionar
un nuevo Código de Ordenamiento Urbano. Hace dos años el alto tribunal hizo
notar que el nuevo código reemplazaba algunos parámetros estrictos por
"otras variables que sólo parecen tender a una mayor edificabilidad",
pero podrían provocar "un potencial riesgo a la estructura general de la ciudad ".
También varios estudios del Departamento de Hidráulica de la
Facultad de Ingeniería advirtieron sobre los problemas hídricos de la ciudad.
Un informe realizado en 2007 por los profesionales Pablo Romanazzi y Arturo
Urbiztondo mostraba, luego de un trabajo de cinco años, la necesidad de encarar
obras en la zona del arroyo El Gato, en Tolosa, que resultó particularmente
castigada durante la última tormenta.
"En 2008 habíamos presentado propuestas. Si hubiéramos
tenido el canal de El Gato ensanchado, el agua se habría retirado más
rápido", afirmó ayer Romanazzi.
El temporal del martes último fue un fenómeno inusual, que
rompió el récord de precipitaciones en la región, según el Servicio Meteorológico
Nacional (SMN). Pero, según el informe, la infraestructura en el lugar
estudiado no está preparada siquiera para soportar los efectos de una tormenta
de dimensiones más
corrientes. "Sobre la base de los estudios realizados
se pudo constatar que el sistema actual de evacuación de excedentes pluviales
en la cuenca del arroyo El Gato se presenta insuficiente aun para tormentas
frecuentes de baja magnitud", advierte el texto.
Para la cuenca del arroyo El Gato -un curso de agua que
forma parte del río Santiago y atraviesa San Carlos, Ringuelet y Tolosa, los
barrios más afectados por la inundación-, la facultad planeó un ensanche desde
el puente del Ferrocarril Roca hasta la avenida 19. Además, instó a que se
impida que siga asentándose gente sobre el arroyo.
Ese estudio fue entregado al intendente saliente en esos
momentos, Julio Alak -hoy ministro de Justicia de la Nación-, y luego a su
sucesor, el actual jefe comunal Pablo Bruera; después, al gobierno de Daniel
Scioli en la provincia, que inició el proceso para licitar las obras sugeridas.
"Pero al final, tal vez por una cuestión de costos, nunca se
licitaron", dijo Romanazzi a LA NACION.
Fuentes del Ministerio de Infraestructura bonaerense, a
cargo de Alejandro Arlía, dijeron que "hay otros estudios hidráulicos
sobre la misma zona y hay obras millonarias por licitar, pero se considera que
en este caso la catástrofe no se debe a una cuestión hídrica, sino a un exceso
pluvial; de lo contrario, el agua no hubiese escurrido tan rápidamente como lo
hizo", argumentaron.
"Esto viene de hace décadas. En los años setenta,
cuando yo presidía el Departamento de Hidráulica, elaboramos un proyecto de
saneamiento integral para una parte de la ciudad. Tengo entendido que de todo
lo que planteamos no se hizo nada", dijo a este diario el ex decano de
Ingeniería, Horacio Albina.
Albina consideró que "no se puede evitar que esto
vuelva a pasar. Habría que construir obras hidráulicas que puedan soportar
tormentas con una recurrencia excepcional. Serían obras tan costosas que al
final nunca se ejecutarían". Y agregó: "Pero seguramente las
consecuencias habrían sido menores si se hubiera ejecutado aquel proyecto
nuestro. La municipalidad en su momento tuvo la intención de hacerlo, pero son
proyectos muy caros que, además, tienen una gran desventaja política: no se
ven. Asfaltar una calle es algo visible, que se puede mostrar; las obras
hidráulicas son invisibles".
Por su parte, el ingeniero Adolfo Ruiz, agente del
Ministerio de Infraestructura y delegado gremial de ATE, dijo que lo ocurrido
"es el resultado del aumento de la construcción sin un acompañamiento de
la infraestructura básica mínima que permita el escurrimiento del agua" y
que es "un producto directo de la modificación del COU". Para Ruiz,
"cerca de los arroyos el problema no tiene solución, pero un metro de agua
en el Barrio Norte, el más acomodado de la ciudad, es algo inaudito".
Más allá de las cuestiones de infraestructura, muchos
vecinos recordaron en los últimos días las palabras del intendente Bruera
cuando, tras la inundación de principios de 2008 que afectó a unos 90.000
platenses, se comprometió a realizar un plan de obras hidráulicas para aliviar
la situación.
En aquel momento, Bruera buscó responsabilizar a la
empresa concesionaria de la autopista La Plata-Buenos Aires, Coviares, por
haber realizado un conducto aliviador uniendo dos arroyos que pasan por la
zona, sin ejecutar otras obras estructurales que permitieran el flujo del agua
hacia el Río de la Plata. La compañía respondió por carta. Dijo que no era
responsable por lo ocurrido y que no tenía pendiente ninguna obra hidráulica.
Consultado por LA NACION sobre las responsabilidades de lo
ocurrido, Bruera destacó la falta de una nueva planificación de infraestructura
en el distrito: "Estamos frente a la presencia de un hecho nuevo. La Plata
dejo de ser lo que era".
Tomado de la nación de ar
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