¿Se podrá hacer la lista de los responsables de las más de
50 muertes, conocidas hasta el momento, que provocó la tormenta del lunes y
martes en Capital Federal, Gran Buenos Aires y La Plata? ¿Se puede saber los
responsables de los muertos de otros accidentes provocados por la avaricia y el
deseo infinito de hacer plata que impera en este sistema en el que vivimos?
Seguro que si.
Ya no se puede tolerar los comentarios perversos de
funcionarios que le echan la culpa a la naturaleza. Esos mismos funcionarios que
autorizaron la construcción de barrios enteros en zonas de amortiguación de las
inundaciones, “lugares bajos” que les llaman y que autorizaron a rellenar por
encima de la cota de inundación y así vender esos lugares. Hace unos años en
lotes y así nacieron muchos barrios de laburantes, ahora en grandes parcelas,
dando lugar a decenas de barrios cerrados.
¿Todavía no descubrieron que el agua corre buscando los
arroyos? Arroyos que ya no están porque que ellos mandaron a entubar y rellenar
sus cuencas, apelando a una cuota de política clientelar y otra cuota al
enanismo mental que tienen. Esos arroyos y sus cuencas estaban para contener y
desaguar hacía el Río de la Plata cuando se producen fenómenos climatológicos
como los de estos días. Algunos científicos y los ambientalistas lo denominamos
recurrencia: es decir que cualquier obra necesaria debe realizarse teniendo en
cuenta el mayor fenómeno climático que haya sucedido desde siempre y no los
últimos 10 o 20 años (en el mejor de los casos) como se hace actualmente.
En estas últimas décadas se han levantado autopistas,
elevado terrenos para la construcción de barrios cerrados para que se encierren
los ricos, se han rellenado humedales, se han modificado el curso de los
arroyos y ríos, se han rellenado las cuencas de los arroyos.
Observando un mapa satelital de la zona de Ensenada y
Berisso no cuesta mucho ver donde se construye el Polo industrial, ocupando
zonas que en su mayoría son valles de inundación. Entonces la acumulación de
agua en polo el petroquímico de YPF, en el que produjo un serio incendio, no es
casualidad, está dentro de lo que puede suceder.
Tampoco se puede tolerar escuchar a la mayoría de los
periodistas que hablan cualquier cosa y no se toman el trabajo, que hace a su
profesión, de estudiar el motivo de fondo de estos hechos naturales que nos
sacuden. O leer titulares como: “Infografía de los arroyos que inundan la
Ciudad de Buenos Aires”. Ahora resulta que son los arroyos los culpables. Lo
que se ha hecho a lo largo de estos años es un verdadero desastre que se paga
de esta manera. Con el dolor de miles y la vida de casi medio centenar de
personas.
Mientras esto sucede el Gobierno de la Provincia de Buenos
Aires se niega a reglamentar la Ley de Bosques Nativos porque está a la espera
de cerrar todos los negocios inmobiliarios que están proyectados en la costa
del Río de la Plata (desde el Delta hasta Ensenada).
Ante esta realidad ¿el Intendente de Quilmes seguirá con la
idea de autorizar a Techint la construcción de Nueva Costa del Plata en las
costas de Bernal y Avellaneda?, lo que provocará la perdida de la reserva y los
humedales de la región. Los concejales del PRO quilmeños –que aún están
negociando- votarán en contra del proyecto o le darán luz verde y luego saldrán
a pedir solidaridad con los inundados como lo están haciendo en San Isidro. Los
humedales que destruyen son los reguladores de los procesos hidrológicos y
ecológicos y, entre muchas funciones, actúan como una esponja previniendo y
mitigando inundaciones.
El intendente de Berazategui ¿continuará con su plan de
abrir un camino costanero -sobre nivel- a lo largo de 5 km, que producirá el
relleno de los humedales y generará un dique de contención de las aguas que
naturalmente corren de oeste a este, buscando naturalmente el Río de la Plata?,
y que después de pasar la muralla que es la autopista se encontrará que ya no
están los humedales y hay una nueva muralla de tosca y cemento. ¿Seguirá con su
emprendimiento? y después ¿le echará la culpa a los arroyos mientras nosotros
lloramos la muerte de nuestros vecinos?
Señores funcionarios esto NO es progreso. Progreso es que el
pueblo viva mejor y el deber de Uds. es lograrlo y no ponerse al servicio de
los negocios. Progreso no es enterrar vecinos que murieron ahogados por la
decidía de quienes ponen el dinero por delante de la vida.
En Capital se quejan porque las aguas venían de la
provincia. ¡¡Pero, que aguas tan irrespetuosas que se animan a cruzar la Gral.
Paz!!
Por su parte, el Gobierno nacional y el de la Ciudad viven
discutiendo quien pone la plata para encontrar una solución al desastre ya
hecho. Para ellos el problema pasa por si las obras del arroyo Maldonado están
bien o mal hechas. Si el Vega lo terminan o no en el 2015 o si las obras del
arroyo Medrano se van a realizar algún día
Ni una palabra sobre que ya edificaron sobre las cuencas de
estos y otros arroyos. Que cada vez hay más plazas con cemento. Que las calles
con adoquines se levantan y pavimentan porque arruinan los neumáticos de los
coches. Ahora, no les queda otra, deben pensar como van a solucionar algunos de
las atrocidades cometidas porque las casas, que permitieron construir en las
zonas de inundaciones, ya no se pueden tirar abajo. Tienen que encontrar
soluciones porque lo de estos días puede volver a suceder y no solo por el
cambio climático a escala planetaria, que nos convierten en un país
subtropical, sino porque día a día hay menos posibilidades de detener estos
fenómenos naturales y las respuestas, obviamente, son incoherentes.
Invitamos a los lectores a realizar un ejercicio y pensar
que pasaría si cerrara el paso de las aguas que corren hacia los arroyos de la
localidad en la que viven, arroyos que buscan naturalmente los ríos, destino
final del agua. O si se construyera encima de los lugares mal llamados “bajos”
que se encuentran alrededor de esos arroyos y que son receptores naturales de
las aguas que los saturan.
Es más fácil entubar un arroyo que mantenerlo con vida,
limpio, sin ratas, sin mosquitos y evitando que las fábricas los contaminen,
pero es más caro... caro para ellos que ahorran dinero con nuestras vidas, caro
para nosotros que lamentamos la muerte de nuestros vecinos.
Los muertos tienen responsables, y son quienes permiten
obras que se convierten en trampas mortales para los vecinos. No dejemos
avanzar a quienes en nombre del progreso nos matan.
El futuro es hoy!
Cuidemos nuestra tierra!
Foro Regional en Defensa del Río de la Plata, la Salud y el
Medioambiente
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