Video breve y premonitorio de lo que sucederá si no
actuamos...
Esto que nos paso a los argentinos no es casual, es
causal...Son los efectos logicos de la irresponsabilidad y la sobebria sumados
a la corrupcion desenfrenada. En 2008 el Dr. Osvaldo Canziani, Premio
Nobel de la Paz 2007, lo anunció y volvio a recordarlo, en Argentina "trabajamos
en falsedad, esto que paso hoy (2013) puede repetirse y mas grave"
Nadie lo escuchó en 2008 cuando pidió una "Politica ambiental" y solo se armó a nivel Nacional y de algunas Provincias... Secretarias de Ambiente, "pour la gallery", para concretar el gatopardismo de "finjo que hago pero no hago nada", poniendo a cargo funcionarios politicos.
Nadie lo escuchó en 2008 cuando pidió una "Politica ambiental" y solo se armó a nivel Nacional y de algunas Provincias... Secretarias de Ambiente, "pour la gallery", para concretar el gatopardismo de "finjo que hago pero no hago nada", poniendo a cargo funcionarios politicos.
Este es un problema de todos, si no lo entendemos y nos
informamos, no podemos exigir que se actue con seriedad.
¿Alguien escuchará ahora? (1)
Click :
http://www.youtube.com/watch?v=RJizC1DKTdU
La Plata, Abril de 2013
Miércoles 11 de junio de 2008
¿Alguien escuchará ahora? (1)
Click :
http://www.youtube.com/watch?v=RJizC1DKTdU
La Plata, Abril de 2013
Miércoles 11 de junio de 2008
(1)Entrevista con Osvaldo Canziani / Meteorólogo
“Dentro de 50 años, más de cuatro millones de seres
por año se quedarán sin territorio. Se los tragará el mar”
El especialista argentino codirige el Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, que recibió el
Nobel de la Paz 2007. “Dentro de 50 años, más de cuatro millones de seres
por año se quedarán sin territorio. Se los tragará el mar”, dice.
Esto lo dijo en 2008 pero sigue vigente hoy...¿Esperaremos
los Argentinos a que dentro de 50 años nuestros hijos vivan en una casa
flotante?
Es el Cambio Climatico la causa principal pero
sumado a la irresponsabilidad y la soberbia de los gobernantes y sumado a la
corrupcion desenfrenada, dan por resultado, la INUNDACION.
Digamoslo, terminemos con las frases diplomaticas y
tibias, aceptemos lo que dicen los científicos. No hacen falta mas Reuniones de
Alto Nivel y Documentos emitidos por Ministros y Funcionarios, ya los
científicos dijeron todo,"No sólo hay que contar con el
saber meteorológico, sino aplicarlo" y eso depende de los politicos,
Actuar. Lo venimos pidiendo humildemente desde fines de la decada del 90
con cantidad de articulos y presentaciones desde el Taller de Educacion
Ambiental No Formal Mayu Sumaj Córdoba.
(Creo que nos dijeron alarmistas cuando presentamos un power
sobre situacion del Artico en 2012)
susana tibaldi
El científico porteño Osvaldo Canziani (85) es un apasionado
de los fenómenos climáticos, telúricos y sociales. Sabe de todo, y habla de
todo. “No hay que confundir temperie (temperatura) con clima”, recalca el
meteorólogo que lleva adentro. Hace más de medio siglo, tras haber sido
condiscípulo del profesor Alberto Maiztegui (“ambos estudiamos Física en el
Instituto del Profesorado), Canziani se doctoró en Meteorología. Hace 60
años que viaja constantemente. Durante 30 vivió en el exterior, pero este año
se reinstalará en Buenos Aires. En 1954 ingresó a Naciones Unidas, donde hasta
1982 revistió en la Organización de Aviación Civil Internacional (Oaci).
Asegura que desde el cielo se ven muy bien los suelos, y que ambos elementos
son inseparables en la vida del hombre. En 1991 fue reclutado para trabajar en
el Panel Intergubernamental de Intercambio Climático (IPCC, por sus siglas en
inglés), dependiente de la ONU. Como codirector del IPCC, en el cual también
milita la cordobesa Sandra Díaz, el doctor Canziani recibió el Premio Nobel de
la Paz 2007. Lo que más recuerda de la ceremonia en Oslo es que “la combi no
pudo seguir y tuvimos que hacer 500 metros a pie: ¡eso es frío y no macana!”.
Canziani tiene un currículum interminable, del cual le interesa destacar su extracción humanista. “En mi juventud fui dirigente obrero católico, en Argentina, Paraguay y Perú. En aquella época, la expectativa de vida en (el puerto peruano de) El Callao era de 20 años. En Buenos Aires trabajábamos en un conventillo, entre Once y Constitución, un antecedente de las villas’ que hoy están metidas en la Capital”, rememora el científico que hoy recibirá el Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
La acotación no es ociosa. En varios pasajes de la entrevista insiste en que la subsistencia en el planeta no depende de la tecnología sino del correcto uso de la misma, y de la equidad en la distribución de conocimientos y recursos. “Un alemán gasta 800 dólares al mes en comer, mientras un hindú se tiene que rebuscar con 15”, ejemplifica. Lo preocupan tanto las alteraciones climáticas como la hambruna, las imprevisiones meteorológicas y el escaso interés en encontrar soluciones “que no signifiquen dinero”. Paradójicamente, el problema del calentamiento global es que “se solucionaría gastando menos y razonando más”. Y este mundo no está hecho para lo uno ni lo otro.
–Doctor, ¿usted es el que aparece chiquito y a un costado de Al Gore, en la entrega de los Nobel?
–(Risas) Efectivamente. Cuando estábamos en Oslo, todos los medios lo enfocaban a Al Gore. Pero la cosa es al revés. Podríamos decir que él se nos coló a nosotros, a la gente del Panel Intergubernamental, y aprovechó para difundir su película. Pero esto es así en la sociedad de la imagen. Los científicos tenemos un perfil completamente distinto al de un político o un actor.
–Convengamos que a ustedes les sirvió para ganarse a la opinión pública.
–Es indudable que fue un espaldarazo, pero el IPCC no nació ayer sino que son 15 años de trabajo. La evolución se nota en la cantidad de miembros. Al principio éramos muy pocos. Hoy somos más de 250.
–Las opiniones contrarias al informe del IPCC esbozan un panorama menos catastrófico.
–Las conozco. Ninguna ciencia es absoluta, pero la tarea del IPCC es irrefutable, ya que evaluamos investigaciones que se realizan en el mundo entero. Que alguien me explique por qué cientos de trabajos distintos coinciden en demostrar que la emanación de gases es la que produce el calentamiento. ¿Es una suerte de conspiración al revés? Por supuesto que siempre hizo mucho calor y mucho frío, y hubo récord de temperaturas altas o bajas. Pero nunca como ahora. El rango actual, es decir la distancia entre unas y otras, es mucho más acentuado. El aumento en el nivel de los mares es visible. Siempre hubo ascenso y descenso de mareas, y todavía es lindo verlo desde un bungalow en las Islas Maldivas, pero que el agua está subiendo, está subiendo. Los pronósticos aceptados por Naciones Unidas indican que si se mantiene la curva demográfica, para mediados de siglo seremos unos 9.050 millones de habitantes. Pero también dice que, de esos, entre cuatro millones y 40 millones se quedarán sin territorio.
Canziani tiene un currículum interminable, del cual le interesa destacar su extracción humanista. “En mi juventud fui dirigente obrero católico, en Argentina, Paraguay y Perú. En aquella época, la expectativa de vida en (el puerto peruano de) El Callao era de 20 años. En Buenos Aires trabajábamos en un conventillo, entre Once y Constitución, un antecedente de las villas’ que hoy están metidas en la Capital”, rememora el científico que hoy recibirá el Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
La acotación no es ociosa. En varios pasajes de la entrevista insiste en que la subsistencia en el planeta no depende de la tecnología sino del correcto uso de la misma, y de la equidad en la distribución de conocimientos y recursos. “Un alemán gasta 800 dólares al mes en comer, mientras un hindú se tiene que rebuscar con 15”, ejemplifica. Lo preocupan tanto las alteraciones climáticas como la hambruna, las imprevisiones meteorológicas y el escaso interés en encontrar soluciones “que no signifiquen dinero”. Paradójicamente, el problema del calentamiento global es que “se solucionaría gastando menos y razonando más”. Y este mundo no está hecho para lo uno ni lo otro.
–Doctor, ¿usted es el que aparece chiquito y a un costado de Al Gore, en la entrega de los Nobel?
–(Risas) Efectivamente. Cuando estábamos en Oslo, todos los medios lo enfocaban a Al Gore. Pero la cosa es al revés. Podríamos decir que él se nos coló a nosotros, a la gente del Panel Intergubernamental, y aprovechó para difundir su película. Pero esto es así en la sociedad de la imagen. Los científicos tenemos un perfil completamente distinto al de un político o un actor.
–Convengamos que a ustedes les sirvió para ganarse a la opinión pública.
–Es indudable que fue un espaldarazo, pero el IPCC no nació ayer sino que son 15 años de trabajo. La evolución se nota en la cantidad de miembros. Al principio éramos muy pocos. Hoy somos más de 250.
–Las opiniones contrarias al informe del IPCC esbozan un panorama menos catastrófico.
–Las conozco. Ninguna ciencia es absoluta, pero la tarea del IPCC es irrefutable, ya que evaluamos investigaciones que se realizan en el mundo entero. Que alguien me explique por qué cientos de trabajos distintos coinciden en demostrar que la emanación de gases es la que produce el calentamiento. ¿Es una suerte de conspiración al revés? Por supuesto que siempre hizo mucho calor y mucho frío, y hubo récord de temperaturas altas o bajas. Pero nunca como ahora. El rango actual, es decir la distancia entre unas y otras, es mucho más acentuado. El aumento en el nivel de los mares es visible. Siempre hubo ascenso y descenso de mareas, y todavía es lindo verlo desde un bungalow en las Islas Maldivas, pero que el agua está subiendo, está subiendo. Los pronósticos aceptados por Naciones Unidas indican que si se mantiene la curva demográfica, para mediados de siglo seremos unos 9.050 millones de habitantes. Pero también dice que, de esos, entre cuatro millones y 40 millones se quedarán sin territorio.
Islas enteras quedarán bajo la superficie, lo cual
ya se puede ver en Oriente y Oceanía.
–Con tanta aparatología, ¿por qué no se prevén las contingencias?
–Buena pregunta. Me la hacen a menudo, y contesto siempre lo mismo. El problema no está en el ambiente, sino en el alma y la mente humanas. La inequidad puede borrar a África del mapa, y la imprevisión arrasa ciudades.
–Con tanta aparatología, ¿por qué no se prevén las contingencias?
–Buena pregunta. Me la hacen a menudo, y contesto siempre lo mismo. El problema no está en el ambiente, sino en el alma y la mente humanas. La inequidad puede borrar a África del mapa, y la imprevisión arrasa ciudades.
No sólo hay que contar con el saber meteorológico, sino
aplicarlo.
La Comisión Nacional de Energía (Cnea) advirtió, con
10 años de antelación, que Santa Fe podía inundarse por completo. Se sabía que
Nueva Orleans era la segunda ciudad de Norteamérica con probabilidad de sufrir
una gran inundación. Si averiguamos, nos enteraremos por qué no se hizo caso
ninguna advertencia.
Pero es entrar en terreno político.
–¿Cómo evitar el desastre?
–Hay que asumir la vulnerabilidad del planeta. América del Sur es menos vulnerable que otras zonas, pero dependemos del frente que se forma en la Antártida, la corriente de Humboldt, y de las Malvinas. Hay que hacer buen uso de la tecnología. Hay que monitorear los eventos. En esto corremos con desventaja, porque nuestros descubrimientos no son vendibles. Hay que definir una política ambiental y luchar contra la deforestación. Hay que ser éticos: evitando el calentamiento en el ámbito doméstico (por el derroche de agua, energía, confort) evitaremos que el prójimo se muera de hambre en zonas menos favorecidas. De hecho, el calentamiento ya está impactando en el cultivo del arroz. Y también lo hará en el de la papa, que son alimentos primarios de millones de seres.
La soledad de un pueblo que grita en el desierto de sus calles pidiendo ser escuchado:
.http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=49MGd9lAjNE
Pero es entrar en terreno político.
–¿Cómo evitar el desastre?
–Hay que asumir la vulnerabilidad del planeta. América del Sur es menos vulnerable que otras zonas, pero dependemos del frente que se forma en la Antártida, la corriente de Humboldt, y de las Malvinas. Hay que hacer buen uso de la tecnología. Hay que monitorear los eventos. En esto corremos con desventaja, porque nuestros descubrimientos no son vendibles. Hay que definir una política ambiental y luchar contra la deforestación. Hay que ser éticos: evitando el calentamiento en el ámbito doméstico (por el derroche de agua, energía, confort) evitaremos que el prójimo se muera de hambre en zonas menos favorecidas. De hecho, el calentamiento ya está impactando en el cultivo del arroz. Y también lo hará en el de la papa, que son alimentos primarios de millones de seres.
La soledad de un pueblo que grita en el desierto de sus calles pidiendo ser escuchado:
.http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=49MGd9lAjNE
ENVIADO POR SUSANA
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