Los 5 peligrosos experimentos científicos que pueden
llevarnos al Apocalipsis
Por lo general, confiamos en lo que dicen y hacen las
personas que visten bata de laboratorio. Pero ¿qué pasa si uno de ellos decide
poner el conocimiento y la ciencia por encima de todo lo demás y desencadenar
acontecimientos que conducirían a una catástrofe global, incluso universal? Les
presentamos cinco peligrosos experimentos que pueden llevar al Apocalipsis.
A continuación les
presentamos los cinco experimentos científicos que podrían destruirnos a todos…
o no.
1. Recreación del 'Big Bang'
El 'Big Bang' no deja de interesar a los científicos, que,
decepcionados por no haber presenciado el evento que significó el inicio de
todo lo que existe, arden en deseos de que la Gran Explosión vuelva a ocurrir.
Y ya están haciendo que ocurra, al reproducir in vitro un millón de tales
explosiones por segundo.
Nos referimos al Gran
Colisionador de Hadrones, nuestro posible asesino, puesto en marcha en
septiembre de 2008. Es en esta máquina donde las mentes más brillantes del
mundo de la física aceleran las partículas elementales por un anillo de 26
kilómetros para ver qué pasa
El principal problema
es que ningún científico sabe exactamente cuáles pueden ser las consecuencias
de estos experimentos. Quizás el descubrimiento más importante que permitirá el
Colisionador será precisamente que este artefacto es capaz de pulverizar el
planeta.
2. El efecto Zenón cuántico
Durante muchos años, los científicos han estado escudriñando
el cosmos en busca de la antigravedad, que no saben si existe pero que se
empeñan en llamar "energía oscura". Pero lo más raro de todo es el
efecto Zenón cuántico, una teoría que afirma que, con solo observar las
partículas, las cambiamos (o más bien, cambiamos el nivel en el que se
descomponen). ¿Cómo? Bueno, eso nadie lo sabe.
Un reconocido
científico, el profesor Lawrence Krauss, propuso una teoría según la cual la
simple observación de la energía oscura puede provocar su destrucción, lo que a
su vez provocaría la destrucción de nuestro Universo.
Krauss cree que el
resultado no tardará en llegar, sobre todo teniendo en cuenta que a finales de
los años 90, cuando los científicos tuvieron la suerte de detectar la energía
oscura, se observó una serie de explosiones de supernovas.
3. Materia extraña
Es una sustancia hipotética compuesta de 'quarks', las
partículas que construyen nuestra realidad.
Hay dos hipótesis
sobre la materia extraña. La primera afirma que esta va a desaparecer
inmediatamente después de ser generada. La segunda sugiere que esta materia se
estabilizará y empezará a convertir en la misma materia extraña todos y cada
uno de los átomos que encuentre en su camino.
Ahora imaginen, al menos en teoría, qué hará esta materia
extraña en el supuesto de que aparezca en la Tierra.
Afortunadamente para nosotros, la materia extraña solo puede
surgir como resultado de colisiones de alta energía de las partículas
elementales, de modo que no hay peligro en absoluto. Pero, esperen… ¡Tenemos el
Gran Colisionador de Hadrones! Al construirlo, los científicos esperaban
descubrir qué se genera al colisionar los átomos en un enorme túnel
subterráneo, y la materia extraña figura en la lista de posibles
descubrimientos.
4. Viajes a través del tiempo
A las muchas maneras posibles de poner fin al universo con
la ayuda del Colisionador podríamos añadir los viajes a través del tiempo. Que
hasta ahora ningún científico serio esté desarrollado la tecnología para estos
viajes no excluye que alguien pueda descubrirla por casualidad, como ocurrió
con la penicilina.
Una de las sugerencias es que las continuas colisiones de
alta energía de las partículas elementales en el Colisionador abran un agujero
en el tejido del universo, y que las generaciones futuras aprendan a utilizarlo
para viajar a través del tiempo… con todas las consecuencias y riesgos que eso
conllevaría.
5. Nanotecnología
Las tecnologías modernas tienen como meta producir
dispositivos cada vez más pequeños y complejos. En ese sentido, la
nanotecnología, que permite crear robots del tamaño de una molécula, es justo
lo que hace falta.
¿Y en qué nos
beneficia eso a nosotros? Bueno, pues imagínense millones de máquinas
microscópicas que viajan a través de los vasos sanguíneos de personas enfermas
para atacar un tumor maligno, o para destruir el virus del sida con pequeños
láseres, etc.
Pero, fantasías
aparte, existe un problema real, que es cómo producir en masa estos diminutos
aparatos. La solución es simple: hay que enseñarles a producirse a ellos mismos
a partir de materiales sacados de su entorno.
El problema de los
nanorobots es que son capaces de convertirse en auténticos exterminadores de
todos los organismos celulares, y podrían llegar a acabar en una sola noche con
toda la vida orgánica. Eric Drexler, uno de los padres fundadores del concepto
de nanotecnología, ha presentado varias teorías escalofriantes sobre el día del
juicio final. Por ejemplo, un escenario conocido como el 'problema de la plaga
gris' sugiere que los robots, al autoproducirse, consumirían todo el material
disponible en el planeta, junto con la propia Tierra. El resultado de este
proceso sería que una masa gris formada de nanorobots acabaría flotando a la
deriva en el espacio.
Mientras tanto, los
científicos informan de que están trabajando en un nanorobot 'reproductor', una
especie de 'abeja reina de los nanorobots' capaz de producir miles de millones
de máquinas diminutas... y de controlarlas.
Aunque quizá nos
salvaremos de este triste panorama gracias al Gran Colisionador de Hadrones…
que ya nos habrá matado antes
ENVIADO EN ECOPORTAL
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