La crecida del río y un efecto “arrastre” afectarían a unos
5 barrios en Capital
31 Es la cantidad de años que pasaron desde la crecida
histórica del río Paraná, ocurrida en 1993, cuando se vieron desbordadas todas
las cuencas y ciudades ribereñas.
Estiman que el caudal hídrico podría llegar a los siete
metros y eso obligaría a un plan de evacuaciones. Sin embargo piden “no
dramatizar”. Defensa Civil asegura que cesarán las lluvias, aunque advierte
posibles
consecuencias de la creciente en la zona de Isla Apipé.
La crecida del río Paraná ya afecta a poblaciones ribereñas,
tal el caso de la Isla Apipé (ver más información en página 17 Interior), lo
cual obliga a las autoridades locales a estar atentas en la ciudad de Corrientes.
Hasta el 4 de julio se aguar-da el pico de crecida, según
señala el Sistema de Alerta Hidrometeorológico de la APA.
Sin embargo, Bruno Lovinzon, subdirector de Defensa Civil de
la Provincia, sostuvo que “en este momento existe un desplazamiento de nubes
desde las altas cuencas hacia el Atlántico, por lo cual en las próximas horas
debería dejar de llover. De todos modos esperamos un efecto arrastre por todo
lo que ya ha llovido”, señaló.
Explicó que “en el peor de los casos se podría llegar a los
siete metros, un nivel donde hablamos de evacuación, ya que a los 6,50 metros
se declara el alerta. Los primeros barrios que se verían afectados serían el
Sol de Mayo, Caridi, Punta Taitalo, Santa Marta y Río Paraná”, enumeró.
“Los primeros que se ven afectados son los ladrilleros
porque ellos arman los hornos quemadores muy cerca de la costa, que es donde
sacan la materia prima. En este momento con el nivel de agua que hay, ya tienen
agua en su cancha y debieron abandonar sus obrajes”, sostuvo.
Según el informe de APA, solicitan a quienes se dedican a
actividades agropecuarias y otras explotaciones en márgenes bajas e islas,
tomar los recaudos correspondientes ante posibles desbordes del río.
Lovinzon destacó que “una ventaja que tenemos es que por el
momento no está creciendo el río Paraguay, porque en las cuencas no se producen
lluvias”.
En este sentido revelan que los ríos Paraná e Iguazú sobre
territorio brasileño, tendrían precipitaciones acumuladas de entre 100 y 150
milímetros para la presente semana, que va desde el pasado 25 de junio al 2 de
julio venidero.
Insistió en el hecho de que “los informes meteorológicos
señalan un desplazamiento de nubes desde las altas cuencas hacia el Atlántico,
pero hasta mañana todavía está anunciado lluvia. Eso generará un efecto
arrastre, aunque no es para dramatizar porque debe considerarse como un hecho
extraordinario, no como algo que se mantendrá”, remarcó.
En cuanto a los antecedentes, mencionó que “el más reciente
fue en 2007, cuando el puerto de Corrientes apenas superó los siete metros. Ese
año se había recomendado a la gente que no vuelva a ubicarse en las costas,
pero cuando bajan las aguas, regresan”, relató Lovinzon.
Tomado de el litoral de ctes ar
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