Un británico en el
Magdalena Medio
El reconocido ambientalista inglés Stanley Johnson vino a
Colombia para convencer al Gobierno de que se una a la Convención sobre las
Especies Migratorias (CMS), encargada de proteger a los animales que no
reconocen fronteras.
Por: Lisbeth Fog A
los 73 años, el ambientalista Stanley Johnson visitó el bosque húmedo tropical
del Magdalena Medio, en Colombia. / Gustavo Torrijos
“Si quieres hacer algo por el ambiente, y lograrlo, es una
buena idea ser político”, dice el ambientalista inglés Stanley Johnson, sudando
y sentado en la raíz de un gran árbol que sobresale entre la hojarasca de un
bosque húmedo tropical en el Magdalena Medio. A sus 73 años todavía recorre los
ecosistemas más inhóspitos, se enfrenta a los mosquitos y a las largas
caminatas, con el único objetivo de conocer de primera mano aquellas especies
amenazadas y hacer algo por ellas. En la actualidad es embajador de la
Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales
Silvestres (CMS) de Naciones Unidas.
No es la primera vez que visita Colombia. La conoció en los
70, cuando trabajaba en el Banco Mundial, y desde esa época las preguntas sobre
ambiente han sido su obsesión, y las posibles respuestas, su reto. Por eso,
como ambientalista convencido, empezó a escribir libros sobre el tema y logró
un lugar en la Comisión Europea, donde sacó adelante la Red de Áreas
Protegidas, Natura 2000, así como en el Comité de
Ambiente del Parlamento
Europeo.
Vino con dos objetivos. Uno de ellos, convencer al país de
ser miembro de la CMS: “Es importante porque se trata de animales que traspasan
fronteras, como aves, mamíferos marinos, peces o animales terrestres que
recorren la cordillera de los Andes”. Sus hábitats suelen acortarse por la
deforestación o la ganadería. Ahora tienen límites y deben pensarlo dos veces
si saltan de un fragmento de bosque a otro. Y esa es la segunda razón de su
visita: allí, en una extensión de bosque de 70 hectáreas navegando río arriba
por el Carare y luego tomando hacia la derecha por el San Juan, fue testigo de
un ecosistema donde aún viven algunas especies endémicas amenazadas que un
grupo de conservacionistas, reunidos en la Alianza para la Conservación del
Magdalena Medio, quiere proteger.
“Colombia tiene una fantástica posibilidad de conservación
en el Magdalena Medio”, exclama luego de contar que además tuvo la oportunidad
de sobrevolar la serranía de San Lucas y convencerse de que sus bosques
vírgenes tienen aún la posibilidad de ser rescatados, antes de que la minería,
la ganadería o la extracción de madera empiecen a conquistar la región.
Sus críticas a la palma
Le preocupan las afectaciones de los humanos al planeta y,
en el caso de Colombia, cree que es un error acabar con ecosistemas ricos en
biodiversidad para plantar palma de aceite. “Esa no es una buena idea, esos
cultivos han cambiado el ecosistema y el clima de los países”, dice,
refiriéndose a Malasia e Indonesia, los principales productores. “Si eres un
orangután en el sudeste asiático, no puedes vivir en una plantación de palma”.
Retos de vida
Es hora de seguir caminando y Johnson da una última mirada a
la gran diversidad que lo rodea. Todavía le quedan por explorar muchos rincones
del mundo y generar decisiones políticas referidas a la conservación. La fama
de sus hijos no lo amilana: siendo Boris el actual alcalde de Londres, Rachel
una reconocida periodista y escritora, y Jo miembro del parlamento británico,
“ahora soy más famoso por mis hijos que por mí mismo”, dice. “Creo que he
tenido una carrera perfecta; pero ahora debo seguir corriendo para alcanzar a
mis hijos: tener que competir con tus hijos es una de las cosas más útiles que
puedes hacer”. Tomado de el espectador de Colombia
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