El argentino que custodia los rollos del mar Muerto Adolfo
Roitman creció en La Paternal, es curador en el Museo Nacional de Israel y
logró que Google creara una plataforma para mostrar ese tesoro de la humanidad Por
Silvina Premat Adolfo Roitman, antropólogo y experto en
religiones comparadas, durante su reciente visita a Buenos Aires.. Foto: LA
NACION / Fernando Massobrio
Uno de los mayores tesoros de la humanidad es custodiado, en
el Museo Nacional de Israel, por un argentino. Es el antropólogo Adolfo
Roitman, que creció en el barrio porteño de La Paternal, estudió en la UBA y se
trasladó a Jerusalén en los años noventa. Allá cedió a la fascinación que
despiertan los rollos del Mar Muerto, como se conocen los pequeñísimos trozos
de cuero de animal en los que los primeros hombres de esta era escribieron
historias de profetas y otros relatos de época. En 1994 fue nombrado curador de
esa colección, para la que el Museo de Israel había creado tres décadas antes
el Santuario del Libro. Esa designación cambió la vida de Roitman. Y no sólo
porque desde que ocupa ese cargo debió recibir visitas ilustres, como el
príncipe heredero y hoy Felipe VI de España y Barack Obama. "Ser
responsable de este tesoro es como aquel que toda su aspiración era jugar en
Ríver o en Boca y termina jugando en Barcelona con Messi", compara Roitman
en diálogo con LA NACION después de dar dos charlas en la jornada sobre
prevención y restauración de colecciones documentales realizada días atrás en
la Manzana de las Luces por la Biblioteca Nacional. Roitman, que no es un
jugador solitario, abrió el cofre de los tesoros para todos. Logró queGoogle
creara una plataforma específica para que cualquiera pudiera conocer las joyas
más valiosas sin verse obligado a viajar a Israel. Desde setiembre de 2011 se
exhiben en la gran vidriera virtual cinco de los ocho manuscritos más valiosos
de su colección. "Entrar en contacto con los rollos es como si se hiciera
un viaje a través del túnel del tiempo y se hallaran huesos de dinosaurios que
permanecieron sin ser tocados durante siglos", grafica el experto en
religiones comparadas, graduado en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Son
manuscritos cuya historia, según Roitman, parece la de un film hollywoodense.
Transcurre en una de las zonas más bajas y secas del planeta: la del Mar
Muerto, unos 400 metros bajo el nivel del mar, en el desierto de Judea. En ese
escenario, en 1946, unos beduinos buscaban una cabra perdida y encontraron lo
que ningún arqueólogo había visto jamás: manuscritos del siglo I dentro de
vasijas de barro.Fue en una de las cuevas de Qumran, en la costa oriental del
Mar Muerto, a 35 km de Jerusalén. En un primer momento hallaron siete
manuscritos que resultaron ser los mejor conservados y los de mayor
significación de los 15.000 rollos encontrados en los años siguientes en otras
cuevas. Estaban rodeados por un tejido y una sustancia pegajosa que los
técnicos consideran destinados a la preservación. "Me pregunto si dentro
de dos mil años tendremos el mismo éxito con los documentos que hoy queremos
preservar de forma tan sofisticada", confesó Roitman. Delicado trabajo con los milenarios rollos
del Mar Muerto. Foto: Autoridad de
Antiguedades de Israel Foto
Accediendo al sitio del museo de Israel
(http://www.imj.org.il/) y cliqueando en Srine of the book (santuario del
libro), primero, y luego en The digital dead sea scrolls (Rollos del Mar Muerto
digital) se puede conocer el único manuscrito completo del libro de Isaías , el
gran profeta de Israel que vivió hace 2800 años. Un cuero de unos siete metros
de largo en el que se despliegan 66 capítulos. Como el 90% de los rollos del
Mar Muerto, también éste está escrito en hebreo, según el estilo macabeo propio
de las dos primeras centurias de nuestra era. En el sitio del museo también se
ofrecen otros cuatro manuscritos conocidos, como el Comentario a Habacuc (uno
de los profetas menores, que vivió hace 2600 años ), el Rollo del Templo
(llamado también El sexto libro de la Torá); la Regla de la guerra o Guerra de
los Hijos de la Luz contra los Hijos de las Tinieblas, y la Regla de la
comunidad. "Quienes acceden ven esos manuscritos mejor que si los tuviesen
frente a sus ojos porque están en una calidad de 1200 megapíxeles", dijo
el experto. Y contó que desde 2013 se incorporó a la Web la "mejor
traducción al español" de los manuscritos, de Florentino García Martínez. Y,
en poco menos de un mes, según anticipó Roitman a LA NACION, se podrá ver,
también de forma gratuita, una película producida por el Museo Nacional de
Israel. Filmada con actores profesionales en los escenarios naturales, contará
una historia de la Comunidad del Mar Muerto. Si bien no es documental, a medida
que transcurren las escenas se abrirán ventanas del lado derecho del monitor
con información útil sobre los objetos o lugares que se muestran. "Se
llama Human Sanctuary (Santuario Humano) y estará disponible en la Web de forma
gratuita en inglés. Según la respuesta del público se buscará traducirlo a
otros idiomas", prometió Roitman, para quien los rollos del Mar Muerto
presentan "una realidad distinta en este momento en el que se busca
conocer otras voces". Y su valor no es exclusivamente religioso, sino
histórico y cultural, porque "informan sobre la época grecorromana, una de
las más fascinantes de la historia de Occidente". RADIOGRAFÍA DE LOS
MANUSCRITOS Antigüedad: Los más antiguos son de hace 2300 años.
Material: El 80% está escrito sobre cuero de animal; el 20%
restante son papiros.
Idioma: En hebreo el 90%; arameo el 8% y en griego el 3%.
Contenido: Libros apócrifos litúrgicos, esotéricos,
gastronómicos, etc. (57%), sectarios (37%) y copias bíblicas (25%).
ITINERARIO DESDE QUE FUERON ENCONTRADOS
1946. Descubrimiento. Un grupo de beduinos encuentra en una
cueva de Qumran diez vasijas; una de ellas conservaba tres valiosos
manuscritos. Otros cuatro se hallaron en esa misma cueva. En 1947 fueron
vendidos cuatro a Atanasio Samuel y tres al arqueólogo Yigael Yadin.
1949. Primera exhibición. Por primera vez en la historia,
los rollos del mar Muerto se exhiben en Chicago y Carolina del Norte, en los
Estados Unidos. Un año antes habían sido sacados de Israel, luego de declararse
la guerra de la independencia.
1954. Se venden por el diario. Atanasio Samuel vende los
cuatro primeros manuscritos mediante un aviso que publicó en The Wall Street
Journal. Los compra el hijo de Yigael Yadin, por 250.000 dólares.
1955. Retorno a Israel. Se exhiben en Israel por primera vez
en 1955. Hasta entonces se habían encontrado en once cuevas unos 15.000 rollos,
la mayoría de ellos rotos. En total tienen 30.000 fragmentos.
1965. Casa propia. Se inaugura el Santuario del Libro, una
sección del Museo de Israel creada especialmente para la conservación y
exposición de los rollos. Entre 1955 y 1965 fueron custodiados en el Museo de
Rockefeller, en Jerusalén. Tomado de la nación de ar
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