INSPIRACTION ADVIERTE DE QUE EL AUGE DE LAS INVERSIONES EN PRODUCTOS BÁSICOS PUEDE AUMENTAR EL HAMBRE MUNDIAL
Los fondos de pensiones y otros inversores institucionales que han inyectado miles de millones en fondos de inversión en productos básicos podrían estar impulsando un aumento del hambre en el mundo, según la ONGD InspirAction.
Estos fondos se han vuelto cada vez más populares en los últimos años tras la desregulación y el estallido de la burbuja punto com. Los precios de los cereales, que son de importancia crucial para las personas más pobres del mundo, alcanzaron un nuevo récord en las últimas semanas, según el índice de precios de la FAO. La tasa fue de 5,5 puntos por encima del récord anterior, a mediados de 2008, cuando los disturbios estallaron en más de 30 países.
Casi mil millones de personas viven ahora con hambre crónica, mientras que 44 millones cayeron en la pobreza extrema desde mediados de 2010, sobreviviendo con un promedio de sólo 1,25 dólares al día. Este aumento de los precios de los alimentos llevó al presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, a advertir el mes pasado: "un golpe más y sufriremos una crisis seria"
El nuevo informe de la ONGD InspirAction, "Hambrientos de Justicia: la lucha contra el hambre en una época de abundancia", hace un llamamiento a los responsables políticos para investigar los efectos de los fondos de inversión en los precios de los alimentos.
Isabel Ortigosa, responsable de Incidencia de InspirAction, indica que "cada vez es más evidente que mientras antes los precios de los productos básicos evolucionaban de forma independiente a otras inversiones, en la actualidad responden a las enormes cantidades de dinero que fluyen en el mercado".
"La desregulación en EE.UU. en el año 2000", indican desde InspirAction, " atrajo a gran cantidad de inversores no tradicionales, como por ejemplo los fondos de pensiones, en busca de un lugar seguro para invertir su dinero después de la explosión de la burbuja puntocom. Entre 2003 y 2008, el volumen de los fondos de inversión en productos básicos aumentó un 1.900 por ciento".
Esta gran cantidad de dinero ha tenido el efecto de distorsionar los precios, obligándolos a subir, impulsados no tanto por principios como la demanda de los consumidores y el éxito o el fracaso de las cosechas, sino por las finanzas internacionales y las consideraciones macroeconómicas.
"Es hora de que los responsables políticos lleven a cabo una investigación adecuada sobre los efectos que la desregulación ha tenido en los precios de los alimentos. Además, deben comprometerse a llevar a cabo una evaluación completa de los posibles efectos que otros cambios regulatorios significativos podrían tener sobre las personas más pobres", piden desde InspirAction.
"Hambrientos de justicia: la lucha contra el hambre en una era de abundancia" también analiza el efecto que tienen en los precios de los alimentos factores como el cambio climático, la tenencia de la tierra, los conflictos o la manipulación fiscal de algunas empresas multinacionales en países empobrecidos.
Además, el informe evalúa el impacto del crecimiento de la población en la seguridad alimentaria, partiendo de cifras globales que llevan a esperar que los habitantes del planeta lleguen a nueve mil millones en 2050. Para la ONGD no es éste dato el problemático, sino la naturaleza - y propagación - de los patrones de consumo de los países ricos, sobre todo el consumo de carne.
Las grandes mejoras de la seguridad alimentaria en el mundo en desarrollo, afirman, dependen de un aumento masivo y decidido del apoyo a los pequeños agricultores, junto a la adopción de prácticas agrícolas sostenibles.
Los fondos de pensiones y otros inversores institucionales que han inyectado miles de millones en fondos de inversión en productos básicos podrían estar impulsando un aumento del hambre en el mundo, según la ONGD InspirAction.
Estos fondos se han vuelto cada vez más populares en los últimos años tras la desregulación y el estallido de la burbuja punto com. Los precios de los cereales, que son de importancia crucial para las personas más pobres del mundo, alcanzaron un nuevo récord en las últimas semanas, según el índice de precios de la FAO. La tasa fue de 5,5 puntos por encima del récord anterior, a mediados de 2008, cuando los disturbios estallaron en más de 30 países.
Casi mil millones de personas viven ahora con hambre crónica, mientras que 44 millones cayeron en la pobreza extrema desde mediados de 2010, sobreviviendo con un promedio de sólo 1,25 dólares al día. Este aumento de los precios de los alimentos llevó al presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, a advertir el mes pasado: "un golpe más y sufriremos una crisis seria"
El nuevo informe de la ONGD InspirAction, "Hambrientos de Justicia: la lucha contra el hambre en una época de abundancia", hace un llamamiento a los responsables políticos para investigar los efectos de los fondos de inversión en los precios de los alimentos.
Isabel Ortigosa, responsable de Incidencia de InspirAction, indica que "cada vez es más evidente que mientras antes los precios de los productos básicos evolucionaban de forma independiente a otras inversiones, en la actualidad responden a las enormes cantidades de dinero que fluyen en el mercado".
"La desregulación en EE.UU. en el año 2000", indican desde InspirAction, " atrajo a gran cantidad de inversores no tradicionales, como por ejemplo los fondos de pensiones, en busca de un lugar seguro para invertir su dinero después de la explosión de la burbuja puntocom. Entre 2003 y 2008, el volumen de los fondos de inversión en productos básicos aumentó un 1.900 por ciento".
Esta gran cantidad de dinero ha tenido el efecto de distorsionar los precios, obligándolos a subir, impulsados no tanto por principios como la demanda de los consumidores y el éxito o el fracaso de las cosechas, sino por las finanzas internacionales y las consideraciones macroeconómicas.
"Es hora de que los responsables políticos lleven a cabo una investigación adecuada sobre los efectos que la desregulación ha tenido en los precios de los alimentos. Además, deben comprometerse a llevar a cabo una evaluación completa de los posibles efectos que otros cambios regulatorios significativos podrían tener sobre las personas más pobres", piden desde InspirAction.
"Hambrientos de justicia: la lucha contra el hambre en una era de abundancia" también analiza el efecto que tienen en los precios de los alimentos factores como el cambio climático, la tenencia de la tierra, los conflictos o la manipulación fiscal de algunas empresas multinacionales en países empobrecidos.
Además, el informe evalúa el impacto del crecimiento de la población en la seguridad alimentaria, partiendo de cifras globales que llevan a esperar que los habitantes del planeta lleguen a nueve mil millones en 2050. Para la ONGD no es éste dato el problemático, sino la naturaleza - y propagación - de los patrones de consumo de los países ricos, sobre todo el consumo de carne.
Las grandes mejoras de la seguridad alimentaria en el mundo en desarrollo, afirman, dependen de un aumento masivo y decidido del apoyo a los pequeños agricultores, junto a la adopción de prácticas agrícolas sostenibles.
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