¿Cómo Medir
la Reducción de Emisiones? El proceso MRV
Por Héctor
D. Ginzo,
La reducción
o estabilización de emisiones solamente se puede conocer a ciencia cierta
cuando las actividades de las fuentes que emiten y de los sumideros que
absorben emisiones, se pueden medir. Pero no solo es esencial medir, sino
también poder comunicar lo medido de manera comparable y verificar
independientemente los dos pasos anteriores.
Medición,
notificación y verificación se agrupan en el proceso de MRV (Monitoring,
Reporting and Verification) en el ámbito de la Convención Marco de Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático. La pretensión de la Convención es lograr
estabilizar las concentraciones atmosféricas de algunos gases que emiten calor.
Son los denominados gases de efecto invernadero. Como las fuentes y los
sumideros de esos gases son diversas acciones humanas, la apropiada
administración de esas fuentes y sumideros es necesaria a la estabilización de
aquellas concentraciones atmósféricas. Las modalidades de MRV están actualmente
en discusión, porque este sistema es una parte integral del proceso de
actividades de mitigación―también en discusión―mediante la evitación de la
deforestación y la degradación de los bosques, y la conservación, gestión
sostenible y mejoramiento de los stocks de carbono (REDD+). Según sea la
naturaleza del sistema MRV que se acuerde, el proceso REDD+ podría ser exitoso
o fracasar, como lo hizo (prácticamente) el mecanismo para un desarrollo limpio
(MDL) en lo referente a actividades de forestación o reforestación.
MRV vio la
luz en la Conferencia de las Partes de la Convención en Bali y se materializó
en el denominado Plan de Acción de Bali (Decisión 1/CP.13). Una de los aspectos
de este Plan de Acción es…‘[L]a intensificación de la labor nacional e
internacional relativa a la mitigación del cambio climático…’ (§1.b) mediante,
entre otras consideraciones, el estudio de… ‘compromisos o medidas de
mitigación mensurables, notificables y verificables…por las Partes que son
países desarrollados, asegurando la comparabilidad de las actividades entre
sí…’ (§1.b.i); y…‘medidas de mitigación…apoyadas y facilitadas por tecnologías,
financiación y actividades de fomento de la capacidad, de manera mensurable,
notificable y verificable…’ (§1.b.ii)
En los
apartados citados anida una situación asimétrica (en cuanto a
responsabilidades) que no se manifiesta a primera vista: para los países
desarrollados el MRV es de aplicación sine-qua-non (§1.b.i), pero para los
países en desarrollo la aplicación dependerá del apoyo tecnológico y/o
financiero recibido (§1.b.ii).
Hay que
hacer la salvedad de que el proceso MRV no es privativo del proceso REDD; ese
proceso se puede aplicar a cualquier actividad que genere emisiones o remociones
de GEI o que esté asociada con la mitigación de éstas, como puede ser el
financiamiento de, por ejemplo, las acciones voluntarias de mitigación en
países en desarrollo denominadas NAMA (Nationally Appropriate Mitigation
Actions). Un ejemplo relativamente reciente es la aplicación de MRV a un
programa de establecimiento de pasturas sobre una extensa superficie, en la
China (Wilkes y col., 2011). Otro ejemplo es la producción de biocombustibles
también en el ámbito de NAMA (Romero, 2011).
En el ámbito
de las negociaciones políticas actuales, la caracterización de la trilogía MRV
es de por sí compleja. Las Partes de la Convención han contribuido con diversas
ideas sobre la instrumentación del proceso REDD+, del que la trilogía MRV es parte integral. Así el órgano subsidiario
para el asesoramiento científico y técnico (OSACT) de la Convención solicitó a las Partes de ésta sus opiniones
relativas a las directrices metodológicas que se deberían aplicar a las
actividades del proceso REDD+ (Las opiniones de las Partes se encuentran en los
documentos FCCC/SBSTA/2011/MISC.7 y sus Adendas). Se remitieron a aquél
organismo 18 opiniones, tanto individuales como conjuntas; algunas Partes
opinaron tanto individual como conjuntamente con otras. Lo que interesa en el contexto
del presente artículo es el tratamiento dado al sistema MRV.
Acerca de
las características del sistema. Doce opiniones (67% del total) hacen
referencia a las características del sistema MRV. La mayoría de éstas (10)
proponen un sistema flexible; es decir, un sistema adaptado al grado de
implementación de las actividades REDD+ el que, presumiblemente, está
condicionado a las circunstancias nacionales de cada país en desarrollo. Solamente tres opiniones ― países
desarrollados ― enfatizan explícitamente la necesidad de que el sistema MRV
cumpla con los cinco requisitos de la buena práctica para la confección de
inventarios de GEI; a saber: coherencia, exhaustividad, transparencia,
precisión y comparabilidad. Vale la pena destacar que el sistema MRV es semejante,
en cuanto a su aplicación al proceso
REDD+, a la confección de un inventario de las existencias de carbono en los
diversos compartimientos de un monte.
Una cuestión
semántica. Australia le otorgó al término monitoring una acepción diferente de
la que este término tiene en MRV. Monitoring (aislado) quiere decir una
evaluación para detectar rápidamente cambios en el uso del terreno. Por su
parte, MRV engloba los enfoques metodológicos más estrictos a criterio del
Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). El empleo de monitoring
para describir la evaluación de una situación está mejor descripto en español
por la palabra supervisión que medición, como habitualmente se la traduce en la
jerga de la Convención.
El Salvador,
República Dominicana, Honduras y Panamá hacen la misma distinción semántica que
Australia, en el sentido que el término monitoreo—como traducción literal de
monitoring—significa supervisión mientras que monitoring dentro de MRV
significa medición. Hay una sutil diferencia, si se quiere, entre ambas
acepciones, que es difícil determinar cuánta importancia tendrá en el acuerdo
final sobre los procedimientos de REDD+.
La soberanía
nacional. Una tercera parte de las opiniones favorecen explícitamente la
verificación internacional dentro del sistema MRV. Pero, un numeroso grupo de países en
desarrollo repartidos en varios continentes opina que esa verificación
internacional no tiene que ser entrometida ni generar castigos por incumplimiento.
La
regionalidad. Dos opiniones―Angola y Botsuana―proponen la elaboración de
sistemas MRV regionales.
La
identificación precedente de opiniones no es exhaustiva. Las opiniones
remitidas al OSACT difieren en otros muchos aspectos, particularmente referidos
al proceso REDD+. Lo ejemplificado aquí muestra, sin embargo, que hay un largo
camino para recorrer hasta acordar un sistema MRV lo más uniforme posible, que
asegure la obtención de datos fieles y precisos en un universo de países en
desarrollo totalmente heterogéneo en cuanto a sus capacidades técnicas y
económicas para obtener mediciones que respeten básicamente los criterios de
exhaustividad, transparencia, exactitud y comparabilidad.
Referencias:
Andreas
Wilkes, Wang Shiping, Timm Tennigkeit & Feng Jiexi. 2011. Agricultural
Monitoring and Evaluation Systems: What can we learn for the MRV of
agricultural NAMAs?. ICRAF Working Paper No. 126. ICRAF. China. 24 pp.
Jane Romero.
2011. Biofuels – from CDM to NAMAs. IGES Working Paper-CC-2011-04. Institute for
Global Environmental Strategies. Japón. November 2011. 14 pp.
tomado de Ambiente y Comercio
Image courtesy of forestcarbonasia.org
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