Inquietantes estadísticas de la ONU
Los gases de efecto invernadero, en niveles récords
La Organización Meteorológica Mundial afirma que se batieron todas las
marcas; el Banco Mundial llamó a la acción
Foto: Archivo
Debatieron el impacto en las ciudades de la región
La concentración de gases de
efecto invernadero -principal impulso del cambio climático- alcanzó un nuevo
récord histórico, según reveló ayer la Organización Meteorológica Mundial
(OMM), que destaca que se batieron todas las marcas en los más dañinos para el
calentamiento global: dióxido de carbono, metano y óxido de nitrógeno. Los
niveles del primero -cuyas emisiones son provocadas por la quema de combustibles
fósiles o la deforestación- llegaron a 390,9 partes por millón en 2011; es
decir, dos partes por millón más que en 2010. Según el último boletín anual de
la OMM, que se presentó en Ginebra, estas cifras nos sitúan un 140% por encima
de los niveles de la era preindustrial (1750), fecha desde la que se han
emitido a la atmósfera cerca de 375.000 millones de toneladas de dióxido de
carbono, de las que más de la mitad permanecen en la atmósfera. El resto ha
sido absorbido por los océanos y la biosfera (los seres vivos de la Tierra).
Los millones de toneladas de carbono "permanecerán en la atmósfera
durante siglos, lo que provocará un mayor calentamiento de nuestro planeta e
incidirá en todos los aspectos de la vida en la Tierra", advirtió el
secretario general de la OMM, Michel Jarraud, al presentar el boletín.
"Aunque detuviéramos las emisiones mañana, lo que sabemos que no
es posible, tendremos estos gases en la atmósfera por miles de años",
agregó, para enseguida subrayar que no sólo su concentración aumenta, sino que
el ritmo al que lo hace se acelera cada vez más, de manera exponencial.
Peor aún, los científicos no pueden asegurar que el planeta seguirá
teniendo la capacidad de absorber las cantidades de carbono y otros gases que
también contribuyen al cambio climático, como ha sucedido hasta ahora.
"Ya hemos observado que los océanos se están volviendo más ácidos
como consecuencia de la absorción de dióxido de carbono, lo que puede
repercutir en la cadena alimenticia submarina y los arrecifes de coral",
dijo Jarraud. En ese sentido, admitió que la ciencia aún no tiene una plena
comprensión de las interacciones entre esos gases, la biosfera terrestre y los
océanos.
El dióxido de carbono es el más abundante de los gases de efecto
invernadero de larga duración y su concentración actual representa un 140 por
ciento más que en la era preindustrial, pero el metano y el óxido nitroso
también juegan un papel en este fenómeno.
El 60% del metano -cuya presencia ha alcanzado un máximo sin
precedentes con 259% más que a mediados del siglo XVIII- proviene de los
cultivos de arroz, la explotación de combustibles fósiles, vertederos o
combustión de biomasa, así como de rumiantes, mientras que el resto proviene de
fuentes naturales (humedales y termitas).
Entre las fuentes del óxido nitroso se encuentra igualmente la
combustión de biomasa, así como el uso de fertilizantes y procesos
industriales, y su presencia en la atmósfera está 120% por encima de la
registrada en la era preindustrial.
Más advertencias
La semana pasada fue la Agencia Internacional de la Energía la que
avisó que el mundo se aleja del objetivo de limitar el calentamiento a dos
grados sobre el nivel preindustrial. Y también el Banco Mundial se unió a los
organismos internacionales que viven con preocupación el desinterés público por
combatir el cambio climático.
En un informe recientemente publicado y encargado a científicos del
Instituto de Postdam sobre Investigación del Clima, alerta acerca de que con
los actuales compromisos de reducción de emisiones, a final de siglo la
temperatura aumentará unos cuatro grados centígrados, y que eso traerá sequías
e inundaciones más frecuentes, aumento de la malnutrición, problemas de
suministro de agua...
En el prólogo, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, afirma
que el hecho de que haya incertidumbres en los escenarios de predicción del
clima no es motivo para no actuar: "Cada región del mundo se verá
afectada. Las más pobres y más vulnerables serán las más golpeadas. Un mundo
con cuatro grados más puede y debe ser evitado".
En Copenhague, en 2009, los Gobiernos se comprometieron a limitar el
calentamiento a dos grados centígrados, pero siguen lejos de ese objetivo. El
documento señala que la concentración de CO2 a finales de siglo podría rondar
las 800 partes por millón, cuando el objetivo de la ONU es que no supere los
450.
Sin embargo, aclara el doctor Vicente Barros, copresidente del Grupo de
Trabajo II del IPCC e integrante del Centro de Investigaciones del Mar y la
Atmósfera del Conicet y la UBA, sólo llegan a escenarios de cuatro grados de
aumento en los promedios globales de temperatura hacia fin de siglo los modelos
de trayectoria de concentración de gases muy extremos.
"La discusión que prevalece ahora es si es posible o no detenerse
en los dos grados -dice Barros- y con la dinámica actual todo indica que se van
a superar."
Lo que ocurre, según explica el especialista, es que a pesar de los
pronósticos "hay hidrocarburos para rato. Ahora, por ejemplo, surgió la
posibilidad de explotar el shale gas [que está enquistado dentro de bloques de
rocas sedimentarias formadas a partir de materiales orgánicos]". Estos
combustibles serán más caros que los actuales, lo que dejará una ventana para
las energías alternativas.
"Todos estamos de acuerdo con que la respuesta tiene que ser
tecnológica, pero el desarrollo de tecnologías sólo será posible si es alentado
por la regulación: atribuyendo los costos de la emisión y subsidiando las
energías no contaminantes -agrega Barros-. Y esa regulación debe regir
internacionalmente.".
Del editor: por qué es importante
Los científicos plantean posibles escenarios, pero los gobiernos tienen
que transformar esa información en medidas concretas.
Tomado de diario La nación de ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario