Energía solar marcará el futuro
La agencia estatal que promueve las inversiones,
ProNicaragua, informó que de los US$3,820 millones que este país captó en
Inversión Extranjera Directa en los últimos 5 años, el 26% fue en el sector
energético
Massiell Largaespada
E. y Ludwin Loáisiga López
La luz solar es la energía renovable que tiene mayor
potencial en Latinoamérica y el Caribe, de acuerdo con un informe del Banco
Interamericano de Desarrollo, BID, pero en el caso de Nicaragua ese es el
recurso que menos se utiliza.
El informe del BID, Repensando
Nuestro Futuro Energético, divulgado ayer, sostiene que Latinoamérica y el
Caribe tiene un potencial energético renovable 22 veces mayor
que la demanda
proyectada para 2050 y precisó que los recursos solares fotovoltaicos
representan el 46% del total.
Esta región tiene
capacidad para producir cerca de 80 petavatios de energía solar, eólica,
marina, geotérmica y de biomasa, indicó el BID, que explicó que un petavatio es
igual a un billón de kilovatios.
En el caso de
Nicaragua, la energía solar es la segunda que tiene más potencial, solo
superada por la hidroeléctrica, pero es la que menos se aprovecha: Al 2010
apenas se generaban 1.5 megavatios de los 1,000 megavatios disponibles.
Según especialistas
en la materia, el uso de los paneles solares podría disminuir hasta en un 100%
la tarifa de electricidad, pero en Nicaragua todavía no se ha extendido el
aprovechamiento de esa fuente de energía ni en el sector industrial ni en el
domiciliar.
Para cubrir una
demanda de 300 kilovatios, un cliente debe invertir US$6,000 en la instalación
de paneles solares. Esa inversión puede recuperarse en 5 años y los paneles
tienen una vida útil de hasta 50 años.
El Gobierno
nicaragüense, por su parte, impulsa un cambio de matriz energética, para depender
más de las fuentes renovables y no de las fósiles. En la actualidad, el 40% de
la energía que se consume en este país proviene de fuentes limpias, según las
autoridades.
A pesar de eso,
Nicaragua puntea entre los países que producen la energía más cara en
Centroamérica, según la Comisión Económica para América Latina, Cepal.
El aprovechamiento
El BID, en tanto,
señaló que Latinoamérica y el Caribe se inclinan más al uso de la energía
hidroeléctrica, que junto a otras Tecnologías de Energías Renovables No
Tradicionales, TERN, generan alrededor del 59% de la electricidad en la región.
Según el organismo
multilateral, en 2010 esta región generó 1.3 petavatios, cerca del 7% de la
producción mundial de electricidad, pero al 2050 la demanda será de 3.5
petavatios.
Añadió que para 2050
será necesario duplicar la capacidad de energía instalada (600 givatios en la
actualidad) a un costo cercano a los US$430,000 millones, lo que representa un
desafío y al mismo tiempo una oportunidad para redefinir el modelo energético.
Según un estimado, el
valor de estos beneficios sociales podría ascender a US$50 por cada megavatio
suministrado.
El BID indicó que el
costo de producir energía renovable ha disminuido y es competitivo con la
producción a base de fuentes fósiles.
Según el BID, en 2012
las inversiones globales en tecnologías renovables no tradicionales (solar,
eólica, geotérmica, mareomotriz, hidroeléctrica de pequeña escala y bioenergía
de avanzada) y la hidroeléctrica tradicional ascendieron a US$244,000 millones,
de los cuales América Latina representó “un modesto 5.4 %”.
“Para poder aprovechar
su vasto potencial, la región necesitará modernizar sus marcos de políticas y
regulaciones para aumentar las inversiones en estas tecnologías alternativas”,
dijo el BID en un comunicado.
“Las energías
renovables se han vuelto una opción viable y atractiva que debe ser explorada”,
agregó el presidente del BID, Luis Alberto Moreno.
Chile y Nicaragua,
precisó el BID, son los únicos países en la región cuyas políticas se asemejan
a las normas de carteras renovables, obligando a sus generadores y distribuidores
a cumplir con cuotas específicas de Tecnologías de Energías Renovables No
Tradicionales.
Pese a esa ventaja,
la organización Renovables precisó en un informe que Nicaragua tiene un
potencial para generar 5,500 megavatios de energía limpia, pero solo produce
345.5 megavatios, es decir, que apenas explota el 6% de los recursos naturales.
La biomasa
En Latinoamérica y el
Caribe, del 100% de fuentes renovables de energía, los residuos de biomasa
representan el 2%, el menor porcentaje respecto a las demás.
En Nicaragua, sin
embargo, ese es el tipo de fuente que más se explota. Del potencial de 200
megavatios que tiene este país, al 2010 se generaban 120 megavatios, es decir,
que el aprovechamiento era del 60%.
César Zamora, gerente
de la empresa generadora de energía AEI Nicaragua, ha dicho que si este país
aprovechara el 15% de la capacidad que existe para producir electricidad
renovable, se cubriría el 100% de la demanda, que es de unos 600 megavatios.
Inversiones verdes
La agencia estatal
que promueve las inversiones, ProNicaragua, informó que de los US$3,820
millones que este país captó en Inversión Extranjera Directa en los últimos 5
años, el 26% fue en el sector energético.
La Organización
Renovables, que aglutina a 40 organizaciones, indicó en un informe que
Nicaragua tiene un marco legal atractivo para la inversión en temas de energía
verde.
Este país tiene una
Ley de Promoción de Inversiones, que asegura libre convertibilidad de la
moneda, posibilidad de repatriar capital y utilidades.
Desde 2005 existe la
ley para la promoción de generación eléctrica con fuentes renovables, que
exonera del pago de Derechos Arancelarios de Importación durante la
construcción del proyecto, y libra del pago del Impuesto al Valor Agregado, del
Impuesto sobre la Renta, y de todos los tributos municipales, escalonados
durante 10 años, entre otros.
Tomado de nuevo diario de Nicaragua
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