Ciudadanos defienden
con sus vidas el Parque Gezi para evitar que lo transformen en un Centro
Comercial...
La resistencia del Parque Gezi ha puesto en funcionamiento
la capacidad colectiva que nosotras, la gente corriente, tenemos de
auto-organizarnos y actuar. Ha sido cuestión de una simple chispa… Hemos visto
el cuerpo mismo de la resistencia cuando caminaba hacia nosotras atravesando el
puente sobre el Bósforo, la hemos visto resistir sin miedo bajo los cañones de
agua en la calle Istiklal, hemos visto sus extremidades en cada persona que,
atragantándose en las nubes de gas lacrimógeno, todavía peleaba por ayudarse
mutuamente, lo vimos en los tenderos que nos han dado comida gratis, en los
habitantes que han abierto su casas a los heridos, en los médicos que se
ofrecían voluntarios y en las abuelas que golpeaban las cacerolas en sus
ventanas toda la noche contra la represión. La policía ha lanzado una auténtica
guerra contra nosotras, agotando sus reservas de gas lacrimógeno, encerrándonos
en las estaciones de metro, viniendo de noche a quemar nuestras tiendas y
disparándonos con balas “de goma”. Pero no han podido romper esta decisión.
Porque el cuerpo de la resistencia, una vez encendido, sólo puede continuar. Y
ahora todas nuestras experiencias son parte de la memoria colectiva que
recorrerá las venas de este cuerpo como la linfa, de modo que siempre podamos
recordar un sencillo hecho: que podemos escoger nuestro destino a través de
nuestra propia acción colectiva.
Reclamamos nuestra vida, y donde y como queremos vivirla.
Parque Gezi -Taksim
El viaje que ha empezado en Gezi ha alimentado nuestra
fuerza y nuestro coraje con su tenacidad, creatividad, determinación y
auto-confianza. En poco tiempo, la resistencia ha florecido, del Parque Gezi
a la Plaza Taksim, y de Taksim a todo Estambul y luego a todo el país. La lucha
por el Parque Gezi se ha convertido en el lugar donde se ha hecho visible toda
nuestra rabia contra todo lo que nos impide que decidamos por nosotras mismas
el modo en el que queremos vivir la ciudad y los espacios verdes y abiertos
libres de cemento.
Después de esta demostración de rabia y solidaridad nada
volverá a ser lo mismo. Porque ahora hemos visto en nosotras mismas algo que
nunca antes habíamos visto. Y no sólo lo hemos visto, lo hemos creado juntas.
Hemos visto crearse la chispa, que ha dado vida a un cuerpo de resistencia
colectiva y lo ha puesto en movimiento.
La lucha del Parque Gezi ha desencadenado una revuelta
juvenil de al menos dos generaciones que han vivido durante los gobiernos del
AKP (Adalet ve Kalkınma Partisi, Partido de la Justicia y el Desarrollo) y que
identifican a Recep Tayyip Erdoğan con totalitarismo. Estos son los
descendientes de las familias expulsadas de Tarlabaşı en nombre de grandiosos
planes de gentificación, estos son las trabajadoras que perdieron sus empleos
en nombre de la reducción de costes de producción y de la privatización de
fábricas. Toda lucha que surja a partir de ahora será enriquecida por estas
generaciones. Pero hay mucho más.
La resistencia del Parque Gezi y la Plaza Taksim ha
cambiado la definición misma del significado de espacio público porque la
batalla por el derecho a permanecer en la Plaza Taksim ha hecho pedazos la
hegemonía del aprovechamiento económico como regla moral.
Ha rechazado el plan de desarrollo destructivo de la vida
mediante el cual el AKP habría deseado decidir el rol social de nuestros
espacios públicos, cambiar las reglas de como vivimos nuestra ciudad, y a qué
precio, y con qué estética. Recep Tayyip Erdoğan h atratado de imponernos su
idea de lo que debe significar una plaza, pero ahora Taksim es lo que nosotras
la ciudadanas queremos que signifique: nuestra plaza pública.
Hemos visto la resistencia que un solo parque puede
provocar, y ahora sabemos que somos completamente capaces de encender nuevas
chispas y nuevas resistencias. Los Arboles son nuestros, el aire del
Parque es nuestro, La ciudad es de los ciudadanos.Podemos sentir
nuestra fuerza colectiva contra la desposesión de nuestros bienes naturales
comunes porque hemos probado a qué sabe la resistencia. De aquí no
retrocedemos. Porque sabemos que somos portadores de más de una chispa para
otras nuevas luchas, y que es sólo una cuestión de instantes para que una sola
chispa se convierta en fuego.
Esto es sólo el principio, ¡la lucha continua!
Traducido por madrilonia.org
enviado por tomas
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