INUNDACIONES | Varias
comunidades cercanas a los ríos han quedado cubiertas de agua, la gente se ha
trasladado a la carretera hacia Santa Cruz a vivir; el centro de la ciudad aún
está amenazada por un desborde
Trinidad vive momentos difíciles por un turbión
Vecinos recuperan sus pertenencias en un bote tras la fuerte
lluvia que cayó ayer en Trinidad. Varias familias fueron evacuadas de barrios
inundados. -
La Fuerza Binacional, los vecinos, la empresa privada y las
instancias locales extremaron ayer esfuerzos para que el rebalse de las aguas
de los ríos Ibare y Mamoré no ingrese a la ciudad de Trinidad, que ayer por un
momento comenzó a inundarse debido a fisuras en el dique deflector y a una
lluvia de ocho horas.
El desborde obligó a evacuar a 60 familias de los barrios
Paitití, El Naranjal, Mangalito y Pompeya. El temporal frenó la marcha
organizada por los cívicos en protesta por la negativa del Gobierno de declarar
desastre nacional en el Beni.
El hospital fue uno de los más afectados. “Las calles se
inundaron, incluso el hospital se llenó y el agua llegaba hasta las rodillas”,
sostuvo el presidente del Comité Cívico David Coca.
La directora regional de la Agencia para el Desarrollo de
las Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf), Susana Rivero, informó que el
personal de diferentes instituciones y vecinos ayudaron a reforzar los anillos
de circunvalación, para evitar el ingreso de agua a la ciudad.
“Se continúan reforzando los diferentes puntos de
filtración, estamos en momentos difíciles y críticos y todos los vecinos
estamos haciendo un gran esfuerzo”, dijo anoche Rivero, en un contacto con
Radio Patria Nueva.
A diferencia del centro de Trinidad, las comunidades
distantes a 3 y 10 kilómetros sufren por las inundaciones. Una de las zonas más
golpeadas por los desbordes es El Puente, un puerto cerca de la capital
beniana, donde los pontoneros se han quedado sin trabajo y el agua ha cubierto
por completo las casas de 86 familias, que ahora viven en la carretera hacia
Santa Cruz.
“Nuestros chacos están bajo el agua, nuestras casas también.
Éramos 86 familias, ahora somos 95 porque llegaron algunas del monte pidiendo
auxilio”, comentó el corregidor Juan Carlos Chacuiri, al diario El Deber.
Al mediodía hacen 34 grados centígrados y las ollas al fuego
empiezan a multiplicarse. Las vacas que llegan muertas en las barcazas que
compró el Gobierno son carneadas. “Un pedazo para la olla, otro para colgar y
hacer charque”, explicó Wálter Álvarez, padre de siete hijos. “A tres los estoy
despachando a Santa Cruz, ya tienen edad para estar un tiempo allá y
buscárselas. Daniel, Rodrigo y Carmelo tienen (18, 15 y 14), ríen nerviosos
cuando piensan en ello”.
Disputa por declaratoria
La directora de Ademaf, Susana Rivero, calificó de política
la marcha de protesta de los cívicos del Beni, que ayer se suspendió por las
intensas lluvias. Explicó que ante la emergencia que se presentó no reparó en
la movilización de los cívicos, pero instó a las instituciones locales a
sumarse a las tareas de asistencia, en declaraciones al canal estatal.
El Gobierno ha insistido en que no declarará desastre en el
Beni, porque la Gobernación y las alcaldías tienen los recursos suficientes
para atender a las familias impactadas por los desastres nacionales.
Entretanto, en un sondeo los pobladores de la ciudad de Trinidad pidieron que
las autoridades dejen de lado sus conflictos y gasten los recursos para ayuda a
las familias. Los dirigentes del Tipnis también manifestaron que sólo algunas
comunidades se han beneficiado con la entrega de vituallas.
En contacto con radio Panamericana, el jefe de Unidad
Nacional, Samuel Doria Medina, manifestó que es indignante que el Gobierno
nacional trate así al Beni por su derrota electoral, en las elecciones para la
Gobernación. “Ellos son los que hacen campaña, han ido al Beni a sacarse fotos
y hacer sptos”, manifestó. Tomado de los tiempos de Bolivia
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