Taller identificó bloques e intereses en negociaciones
internacionales hacia COP20
Por Milton López Tarabochia
Los días 3 y 4 de abril se dio en el local del Movimiento
Ciudadano por el Cambio Climático (Mocicc) el taller sobre las negociaciones
entre los bloques de países que conforman el pleno de la Conferencia de las
Partes sobre Cambio Climático (COP 20), evento a realizarse en Lima el mes de
diciembre.
El taller forma parte del programa Fortaleciendo capacidades
del Grupo Perú COP20 y tuvo como asesores a Wael Hmaidan, director de Climate
Action Network, a Enrique Naurtua Konstantinidis, coordinador de CAN en
Latinoamérica y a Juan Carlos Soriano, coordinador en Latinoamérica de la web
350.org.
El objetivo del taller introductorio fue conocer la dinámica
de los tratos internacionales en la COP20, para facilitar y mejorar la
incidencia del grupo en la toma de decisiones políticas respecto al cambio
climático.
Primera fecha: 3 de abril
Entre una y otra de las primeras informaciones que brindaron
a la audiencia fue la importancia de la Cumbre de la Tierra, efectuada en Río
de Janeiro en 1992, que dio origen a la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático.
Uno de los principales temas polémicos en este tipo de
conferencias es señalar a los países o partes más responsables del cambio
climático. La mayoría sostiene que son los países industrializados cuya
responsabilidad es histórica y mayor por el dióxido de carbono emitido y
acumulado desde la primera Revolución Industrial hace dos siglos.
Otros buscan atenuar su responsabilidad y enfatizan que la
responsabilidad es compartida, por lo que deben asumirse tareas comunes y diferenciadas
respecto a los países no industrializados.
Otro antecedente necesario para comprender el devenir de las
COP es la COP18 celebrada en Qatar, la cual se caracterizó por definir el Plan
de Acción de Bali -un supuesto acuerdo a largo plazo- que no prosperó.
La COP, una reunión familiar conflictiva
Existen una variedad de bloques de países que tratan de
negociar en la Conferencia de las Partes desde sus peculiares intereses y
perspectivas. Es como una gran reunión familiar, donde existen conflictos de intereses
y los diplomáticos deben dar la talla por su nación.
Uno de los primeros bloques de naciones es el de los “países
menos desarrollados” (Least Developed Country – LDC), definición utilizada por
las Naciones Unidas. Además está el bloque de países isleños (Alliance of Small
Island States – AOSIS).
Por otro lado está BASIC -integrado por Brasil, Sudáfrica,
India, China- que articula a países con economías emergentes; la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Alianza Independiente
de América Latina y el Caribe (AILAC), entre otras “familias”.
La COP oficial y la otra COP
La Conferencia de las Partes tiene como instancia la sesión
Plenaria, donde todos los países se reúnen para escuchar, turno a turno, la voz
de los países solicitantes de la palabra, ya sea de manera independiente o en
nombre de un bloque internacional.
Sin embargo, aparte de las naciones, se encuentran en los
alrededores los observadores, conformados por organismos no gubernamentales
(ONG), organismos sociales, comités de jóvenes, de mujeres, de pueblos
indígenas, empresarios, entre otros.
Los observadores no tienen voz ni voto, y solo están para
hacer lo que indica su nombre: observar las negociaciones. La única influencia
que se puede tener en las decisiones políticas es antes de la Conferencia, ya
que los delegados de cada nación asisten con sus agendas definidas.
Como en todo acontecimiento social, los seres humanos
tendemos a tratar mejor de manera informal que mediante un protocolo. Lo mismo
sucede en la COP, donde hay una categoría de reuniones llamadas Grupos de
Contacto Informal.
En dichos grupos los delegados de cada país, en los
pasillos, deciden conversar con otros representantes para acordar cuál es la
posición que tendrán frente a un determinado tema en el Pleno.
La reuniones improvisadas suelen ser cruciales en las tomas
de decisiones, manifiestan los expositores.
Las charlas en los corredores son registrados en un
documento cuyo nombre es especial, si en el Pleno se les denomina textos, en
los Grupos de Contacto Informal, por su carácter fuera de serie, se les llama
“no textos”.
De igual manera señalan tanto Soriano como Naurtua que
también existen las Demostraciones. Se trata de exhibiciones culturales o de
manifestación dentro de la COP pero siempre resguardadas por la seguridad, que
no será peruana, sino de las Naciones Unidas, ya que Perú no será soberano en
el territorio de la COP durante los doce primeros días de diciembre.
El Pentagonito será
de Naciones Unidas
Del 1 al 12 de diciembre la sede de la Comandancia General
del Ejército, conocida como “El Pentagonito” no será del Perú, sino del mundo,
ya que por reglamento las Naciones Unidas administran totalmente la sede de las
COP.
La COP se caracteriza por definir una serie de acuerdos, los
cuales integrarán la decisión a rectificarse, porque se planea que en Lima se
elabore un borrador a sancionarse finalmente en la COP 21 a realizar en París a
fines del 2015.
Del Perú depende que esto se haga, ya que como Estado presidente,
tiene un papel de mediador y facilitador. México y Qatar demostraron en sus
conferencias respectivas que la presidencia puede marcar una diferencia
positiva.
Para ello, desde antes el Perú debe involucrarse
políticamente con las diferentes naciones que asisitirán a fin de año.
Los ojos del mundo estarán sobre nosotros
Habrá un evento alternativo, la Cumbre de los Pueblos, del 9
al 12 de diciembre que se realizará en el Parque de la Exposición, como un
evento paralelo a la oficial COP20.
Se organiza para poder reunir a la sociedad civil
comprometida con el cambio climático, a nivel nacional e internacional. Según
CAN, llegarán más de tres mil oenegés a Lima por la Cumbre.
Ahora bien, la COP20 no solo es una oportunidad para
concientizar a la sociedad en general sobre el cambio climático, sino para
poder discutir y afianzar políticas públicas sostenibles que permanezcan en el
tiempo, en otras palabras, que sean parte de la agenda política.
Asi como todo el mundo, estará siguiendo las actividades oficiales
y no oficiales, según la CAN, se debe aprovechar la oportunidad para ejercer
presión internacional en el poder político–económico del país para cambiar el
modelo de desarrollo nacional que tanto vulnera el medio ambiente y a las
personas que viven en este.
La unión hace la fuerza
El punto es que la agenda mundial y la del Perú pueden
converger para así poder presionar de forma efectiva al Gobierno a fin que
priorice el tema del cambio climático en la agenda nacional de manera
sustancial y no solo declarativa.
Es así que el CAN tiene como agenda global la remoción total
de los gases de invernaderos (CO2 y otros) así como promover el uso al 100 por
ciento de energía renovable en el mundo.
De otro lado el Perú tiene como prioridades asegurar la
soberanía alimentaria, enfrentar la crisis energética y superar los conflictos
socioambientales, entre otros.
4 de abril: fecha final de la capacitación
Wael Hmaidan, director de CAN, comenzó la jornada con una
analogía bastante peculiar que resume el debate sobre la responsabilidad de la
crisis climática actual.
“Es como si hubiera una mamá con su hijo frente a una
piscina. Alguien empuja al hijo hacia la piscina, sin que este sepa nadar, y se
va corriendo. Ahora, la mamá está en un dilema, no sabe si primero debe intentar
agarrar al culpable y sancionarlo, o salvar al bebé”.
Entiéndase en la analogía contada que el hijo es el planeta
Tierra, la mamá, los países no industrializados y el responsable, los países
desarrollados.
Hmaidan continúa, “¿Nosotros somos capaces que EE.UU salve a
la Tierra o presionamos a otros países no tan responsables para que salvemos
juntos al bebé?”
La posición de CAN es la siguiente, todos deben tener un
compromiso vinculante, pero estas responsabilidades deben ser diferenciadas por
la responsabilidad histórica entre otros criterios.
Se debe coger con pinzas el tema de las responsabilidades.
Si dividimos las partes entre “desarrollados” y “subdesarrollados”, la
confusión se agrava.
Ello debido a que, internacionalmente se considera dentro del
bloque de “desarrollados” a países que van desde EE.UU hasta Grecia, y en el
caso de los “subdesarrollados” a paises como China hasta Haití, enfatiza
Hmaidan.
Duelo de intereses
Hmaidan fue directo a la hora de informar sobre los
intereses de los bloques internacionales que participarán en la COP20. Por
ejemplo BASIC, ALBA y otros son bloques que piensan que la división total de
responsabilidades recae principalmente en los países desarrollados (EE.UU y
otros).
Por otro lado, grupos como AILAC, en el que está Perú,
tienen un discurso más moderado en el sentido que creen y apuestan por
priorizar las responsabilidades diferenciadas.
Sin embargo, el bloque de países isleños como AOSIS, es el
colectivo que exige compromisos más ambiciosos. ¿Por qué? Por una razón simple:
sus naciones se están ahogando y son las más vulnerables.
La meta es tratar de conciliar objetivos, aunque la mayoría
de los países concuerdan con CAN en un punto: el cambio climático no es un tema
coyuntural, sino de existencia.
¿La humanidad tiene futuro?
Hay una gran disyuntiva al analizar el tema del cambio
climático, ya que la raíz del problema no es solo la contaminación, ni su
solución el reciclaje. Se trata del cambio de paradigma de la matriz energética
y de producción.
Si alcanzamos los 4 grados de temperatura mundial según los
científicos, la humanidad desaparecerá.
Según Hmaidan, “eliminando la emisión de carbono y cambiando
la matriz energética por energías renovables se puede solucionar el problema, y
el hecho que no se haga ya no es asunto de tecnologías ni de dinero, sino de
voluntad política”.
“Hay estudios que afirman que la transición es posible sin
el colapso económico”, finalizó.
Datos curiosos:
100 mil millones de dólares es la meta de financiamiento
para el Fondo Verde, y sería el mayor logro de la cooperación internacional
Costa Rica, siendo un país no industrializado, se
comprometió a ser neutral en carbono para el 2021.
Hasta ahora no hay sanción alguna para los países
incumplidos. Por ejemplo, Canadá no cumplió sus compromisos y solo recibió una
carta del secretario general de la ONU. ENVIADO EN RED FOROBA
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