Al menos 17 personas murieron y más de una docena
desaparecieron en los estados norteamericanos de Texas y Oklahoma debido a las
inundaciones provocadas por las intensas lluvias de los últimos tres días Foto:
Infobae.com
Al menos 17 personas murieron y más de una docena
desaparecieron en los estados norteamericanos de Texas y Oklahoma debido a las
inundaciones provocadas por las intensas lluvias de los últimos tres días,
informaron hoy las autoridades. Los mecanismos de evacuación y asistencia en
ambos territorios fueron puestos a prueba y están bajo una fuerte tensión,
particularmente en la ciudad tejana de Houston, donde ayer cayeron más de 300
milímetros de precipitaciones en menos de seis horas, que inundaron carreteras
y dejaron aislados a centenares de vehículos.
Según el diario The Houston Chronicle, cerca de 400 mil
litros de aguas albañales contaminaron diversas áreas de la urbe debido a que
las inundaciones afectaron los sistemas eléctricos y mecánicos de la principal
planta de tratamiento de residuales.
Ante las críticas de los pobladores y medios de prensa por
la supuesta lentitud de las medidas de prevención y ayuda a los afectados, las
autoridades aseguran que emitieron las alertas correspondientes mucho antes de
que llegara el fenómeno meteorológico, aunque reconocieron algunas deficiencias
del sistema de emergencias.
Los responsables de emitir las alertas en el condado de
Hays, Texas, dijeron que informaron con antelación del peligro a través de
varios medios, incluyendo la telefonía celular y algunos residentes fueron
advertidos personalmente que salieran de los lugares más peligrosos.
Las inundaciones afectaron prácticamente toda la ciudad de
Houston, que quedó semiparalizada y al menos dos mil 500 vehículos fueron
abandonados en las vías por sus ocupantes, quienes trataban de buscar a pie
terrenos más altos para salvar sus vidas, mientras alrededor de cuatro mil
viviendas sufrieron daños significativos.
De acuerdo con medios de prensa locales, los avisos del
Servicio Meteorológico Nacional (NWS) funcionaron a través de los celulares,
pero directivos locales reconocen que aún no existe un sistema instalado que
les permita avisar a los residentes con mayor precisión y oportunidad.
Uno de los sitios más afectados es la localidad de
Wimberley, cerca de la ciudad tejana de Austin, donde existen instalaciones
turísticas, algunas de las cuales fueron arrasadas por la fuerza de las aguas,
y los funcionarios locales reconocen la probabilidad de que los avisos de
peligro no llegaran a los vacacionistas.
Alrededor de 50 condados de Texas fueron declarados zonas de
desastre y el presidente Barack Obama conversó vía telefónica con el gobernador
de ese estado, Greg Abbott, a quien prometió el envío de una ayuda federal
significativa para enfrentar los daños provocados por las tormentas.
El NWS anunció la posibilidad de intensas lluvias y
tormentas eléctricas para el resto de la semana en Houston y sus alrededores,
lo que pudiera complicar la situación, teniendo en cuenta el alto nivel de
saturación de los suelos. Tomado de la Granma de cuba
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