El SENASA mucho peor
que la CONMEBOL.
Monsanto y aplicadores mucho peor que los barrabravas. Claudio
Lowy La agresión a
cuatro jugadores de River con gas de pimienta de Cayena perpetrada por una
facción de barrabravas de Boca discriminados del reparto de dineros de dudosa
procedencia, generó muchísimo impacto y revuelo periodístico y político; mucho
más que los millones de argentinos agredidos con la pulverización de cientos de
millones de litros de agroquímicos biocidas mucho más peligrosos, que hacen que
todos tengamos tóxicos en nuestro cuerpo. Está muy bien que los jugadores, los
periodistas y todos los vinculados con la pasión del fútbol profesional se
quejen de la agresión de los barrabravas de Boca en contra los cuatro jugadores
de River. El gas de pimienta de Cayena que les echarongenera daños a las
córneas que demoran 72 horas en curarse (en remitir). Más indignación generó la
agresión porque, aparentemente, la agresión se produjo debido a que dejaron a
esa facción de la barra de Boca afuera del reparto del botín, es decir, por
plata. Claro que parece que es mucha plata la que manejan y reparten las barras
bravas. Hace más de una semana que todo programa periodístico que se precie
trata el tema insistentemente. Los periodistas y los entrevistados reclaman,
entre otras cosas, que la CONMEBOL sancione a Boca con mayor severidad, y
demandan la intervención de la Justicia, expresando que no se entiende cómo es
posible que todavía no haya nadie preso. Incluso piden que se vea la forma de
que a los agresores se les aplique una pena mayor de la prevista por ley. Sin
embargo, llama la atención la poca importancia (casi ninguna) que la mayoría de
los programas periodísticos, los periodistas y los políticos dan a la agresión
que provocan los agroquímicos biocidas, productos de síntesis química diseñados
para matar organismos con los cuales compartimos la vida, de MONSANTO,
SYNGENTA, Bayer y otras similares. Estos biocidas registrados por el SENASA[1],
mucho más tóxicos que el gas de pimienta de Cayena, son pulverizados hace ya
más de 20 años en una cantidad de 400 millones de litros por año sobre más de
12 millones de personas. Además de promover y generar enfermedades como el
cáncer, malformaciones congénitas, daños neuronales, afecciones cardíacas y
pulmonares, disrupciones endócrinas y las correspondientes alteraciones del
sistema inmunológicos, esos tóxicos son mucho más dañinos a los ojos que la
pimienta de Cayena. Todos estos daños se producen con el único objetivo de que
un grupo reducido de personas gane más plata. Es mentira que los pesticidas se
aplican para producir más alimentos y así satisfacer el hambre en el mundo; y
también es falso que no se pueda producir de otra manera. Todos tenemos
pesticidas en nuestro cuerpo. Invito a los periodistas, los dueños de los
medios y los políticos a hacerse una evaluación de pesticidas en sangre, y a
las mamás que ahora están dando de mamar a sus hijos, a que se hagan un dosaje
de pesticidas en leche materna, y comprobarán que están pasando a sus bebés
esos tóxicos cuando les dan de mamar. Negarnos a saber que todos tenemos
pesticidas en nuestros cuerpos no significa que nos los tengamos. *Claudio Lowy
– Bios – RENACE - Ingeniero Forestal (UNLP). Master en Desarrollo Humano
Sostenible (Cátedra UNESCO, Universidad de Girona). ecolowy@gmail.com ;
011-15-64675187
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