El Salvador festeja
al "Santo de América"
Decenas de miles de personas han realizado un vigilia en la
Catedral Metropolitana donde reposan los restos del religioso. FOTO: AFP Agencia
AFP En medio de un clima festivo, San Salvador acoge este sábado la ceremonia
de beatificación del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, "el santo de
América", asesinado hace 35 años y propuesto como modelo de una iglesia
más cercana a los pobres que promueve el papa Francisco. La ceremonia presidida
por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de la Causa de los
Santos y enviado especial del Papa, tendrá lugar a las 10:00 locales (11:00
hora de Ecuador) en la plaza El Salvador del Mundo, en el oeste de San Salvador
con presencia de delegaciones de 57 países y en que el gobierno espera más de
280.000 personas. Como anticipo de la ceremonia una procesión recorrió el
viernes bajo la lluvia los dos kilómetros que separan la Catedral
Metropolitana, donde se encuentra la cripta con los restos de Romero, hasta la
plaza El Salvador del Mundo. "Que viva monseñor Romero, el santo de
América", coreaban participantes. "Es indescriptible la alegría que,
quizá, todos sentimos por su beatificación. Nunca conocimos a monseñor Romero
en vida, pero nuestros padres nos han transmitido y nos han hecho conocer su
legado", dijo Carmen Ayala, una salvadoreña de 21 años. Atacado y
menospreciado por la clase dirigente de su país por su compromiso con los
pobres, e incluso aislado por buena parte de la jerarquía de la Iglesia
católica de entonces, Romero será elevado a los altares tras un proceso que se
aceleró notablemente tras la llegada de Francisco al papado quien destrabó el
proceso para su beatificación en 2013. El obispo fue asesinado de un disparo en
el pecho mientras celebraba la misa en la capilla de un hospital en San
Salvador, el 24 de marzo de 1980 al día siguiente de pronunciar una enérgica
homilía en que había reclamado el cese a la represión en un país envuelto en un
creciente conflicto que desembocaría en una guerra civil que se prolongó hasta 1992
y dejó más de 75.000 muertos. En 1993 una comisión de la verdad conformada por
la ONU y encabezada por el expresidente colombiano Belisario Betancur, halló
responsable del magnicidio al fallecido mayor Roberto d'Aubuisson. CONOZCA LA BIOGRAFÍA DE ÓSCAR ARNULFO ROMERO La
beatificación es significativa para los sectores comprometidos con la llamada
Teología de la Liberación, que durante el papado de Juan Pablo II fue
celosamente llamada al orden desde El Vaticano que veía con recelo los tintes
marxistas de esa concepción del catolicismo nacida en América Latina en los
años setenta."Con esa beatificación Francisco muestra que es
particularmente sensible a los sufrimientos que América Latina ha vivido bajo
dictaduras y conflictos, que es sensible al dolor y al martirio que Romero
padeció", sostuvo a la AFP Marco Politi, biógrafo del papa. "Romero
era una leyenda cuando yo nací, y toda mi vida he escuchado hablar de él.
Aprendí a admirarlo y amarlo por mis padres, que se identificaron con su lucha
por los pobres. Esto (la beatificación) no me lo podía perder" comentó a
la AFP la canadiense Christie McNeil, de 28 años, antes de bajar a la cripta en
la catedral, donde una monumental estatua de bronce cubre la tumba. Alrededor
de la Catedral, vendedores ofrecen recuerdos del religioso. Por cinco dólares
se puede comprar una camiseta con su rostro o
por un dólar un afiche con frases suyas. Otros visitantes acudieron a la
capilla del centro de atención para pacientes con cáncer donde Romero fue
asesinado. Allí se encuentra la también la pequeña casa que habitó desde 1977
hasta su muerte y se pueden ver algunas de sus cosas como la ropa o el vehículo
que usaba. "Es exagerado cómo viene gente de todas partes, de Estados
Unidos, de Nicaragua, de Suramérica, de Europa", comentó Maritza Peraza,
una anestesista jubilada. La figura de Romero, empero, no provoca unanimidad en
su propio país. "Fuera de El Salvador tiene imagen de santo, pero aquí
sabemos que fue una figura que sembró división entre los salvadoreños", opinó
Alberto Mojica, un negociante de 28 años. Ejemplo de esas contradicciones es la familia
del mayor d'Aubuisson, responsabilizado por el crimen. Su hermana Marissa es
ahora ferviente defensora de arzobispo y reclama que su legado no sea
banalizado. "Siempre hay un grupo más conservador que quiere estar bien
con los que detentan el poder político, económico, es un sector de la Iglesia
que quiere hacer de monseñor Romero un santo muy light, que no estorbe a
nadie", dijo la mujer en una entrevista con la AFP. (I) TOMADO DE EL
TELEGRAFO DE ECUADOR
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