De qué se trata la
Ley "YPF del Litio" Leandro Renou Plantea un concepto de
nacionalización de un recurso estratégico y responde a un fenómeno regional. De qué se trata la Ley "YPF del
Litio" Una computadora portátil
puede llegar a pesar, hoy, hasta 800 gramos. Los celulares y las tablets, en
tanto, bastante menos. Veinte países de Europa, algunos estados de los Estados
Unidos y naciones como Israel ya comercializan autos eléctricos con
penetraciones de mercado competitivas. Todos estos productos –además de
centenares de aplicaciones en distintas industrias– son posibles gracias a la
alimentación que proviene de los salares y que, transformada, deriva en
baterías de litio. Además del beneficio del peso, la autonomía de las baterías
de litio es cada vez mayor, lo que incrementa su uso en otros aparatos como luces
de emergencia y electrodomésticos. En otros estados físico químicos, el litio
se usa en la industria de los medicamentos, la salud, y en la producción
nuclear, informó Tiempo Argentino. El fenómeno es, a todas luces, silencioso,
pero el interés por este nuevo "petróleo" se observa en los hechos,
en las inversiones y en la conformación de los mercados. Actualmente, hay en el
mundo cuatro grandes empresas que tienen el oligopolio del litio y fijan
precios de manera arbitraria. No hay un valor spot global, los contratos se
negocian con los clientes, y sin diferentes en cada caso. Fuentes del sector
explicaron a Tiempo que las diferencias en los valores, en relación a la
envergadura del comprador, llegan hasta el 400 por ciento. Todos esos
inconvenientes son emergentes de una industria en proceso de nacimiento, que
demanda mayores desafíos a los países tenedores del recurso. En la Argentina,
los diputados Carlos Heller y Juan Carlos Junio, del Partido Solidario (PSOL),
aliado del FPV en el Parlamento, lograron que su proyecto de ley para crear una
YPF del Litio tenga estado parlamentario. En síntesis, la normativa busca
declarar de interés público a la exploración, explotación, concesión de
explotación, industrialización y demás actos relacionados con la cadena del
litio y sus derivados. La iniciativa contó con la asesoría técnica de Nicolás
Gutman, magister en Economía y Políticas Públicas de la George Mason
University, Estados Unidos. El articulado no parece ser un capricho del poder
central, sino más bien un síntoma que recorrió a otros países
"productores". En 2009, con la nueva Carta Magna de Bolivia, ese país
declaró al litio como recurso estratégico y lo nacionalizó. Con la industrialización
de la materia prima, el gobierno de Evo Morales importó un equipo de técnicos
belgas expertos en procesos industriales, y ya fabrica unas 1000 baterías de
litio diarias. Hace unos días, Evo recorrió junto a su vice, Álvaro García
Linera, la planta instalada en la localidad de Palca: allí, el Estado boliviano
invirtió en el año 2012 U$S 3,7 millones. Todos los técnicos que trabajan en
las instalaciones –que toma el recurso del salar de Uyuni– fueron capacitados
en China. En Chile, en tanto, pasó algo paradójico: la dictadura de Augusto
Pinochet lo declaró estratégico y lo mantuvo bajo el ala estatal, algo similar
a lo que ocurrió con la industria del cobre. Pero el ex presidente Sebastián
Piñera volvió atrás y encontró un resquicio para que los privados vuelvan a
operar en el sector. Hoy, Chile tiene una especie de ventana para el ingreso de
capitales privados, con la mano estatal teniendo control de las operaciones. De
hecho, dos de las empresas que ingresaron al negocio fueron las que financiaron
la campaña de la derecha en Chile en la elección en los últimos años. Hechos de
corrupción que aún siguen abriendo investigaciones en el país vecino. Más allá
de estas vicisitudes, los dos países trabajaron en el agregado de valor, lo que
en Argentina continúa siendo una asignatura pendiente. En un estadio político,
los secretarios de los legisladores que impulsan el proyecto de una YPF del
Litio equiparan al recurso, en cada charla con colegas o con la prensa, con la
situación de expectativa que generó el petróleo a comienzos del 1900. Todos
sabían que tenía potencial, y la disputa por el negocio se empezó a tejer con
fuerza. En el caso del litio y la normativa de nacionalización, el trabajo de
seducir voluntades será, sin embargo, arduo: el texto escrito se enfrenta a una
puja de intereses que vuelven a dividir aguas entre las pretensiones de Nación
y las provincias del Interior. La ley sugerida al debate intenta federalizar la
utilización del litio para que se transforme en un recurso con mayor potencial.
El problema es que hoy, la mayoría de los estados provinciales entregaron las
concesiones a multinacionales como Mitsubishi y Toyota, casi sin restricciones.
En Jujuy, por caso, ya hubo movidas de rechazo o resistencia al debate; y lo
mismo ocurrió con la Cámara de Empresas Mineras (Caeme), que con perfil bajo ya
inició un lobby para que las provincias que hacen minería de litio mantengan el
manejo del recurso. Además, dentro de ese pequeño grupo de provincias
productoras se encuentra Catamarca, uno de los estados más mineros del interior
del país. "Nos cuesta dejar el recurso, nadie lo va a decir en voz alta,
pero las provincias que tenemos litio queremos condiciones para la
nacionalización", dijo un gobernador de una de las tres provincias
productoras, en diálogo con este diario. Desde Nación, se les cuestiona en el
mismo tono la escasa visión federal, ante la relevancia del recurso. Lo cierto
es que hoy las provincias están haciendo un negocio redondo con concesiones
millonarias, por eso el tema es espinozo. El antecedente también es complejo:
cuando el Estado Nacional recuperó el manejo del 51% del paquete accionario de
YPF, el proceso de modificación de la Ley de Hidrocarburos fue una especie de
Guerra Fría con los estados miembros de la Ofephi. En el caso del litio, el
escenario –aunque más atomizado y repartido en menos manos provinciales– no
parece ser diferente. Los argumentos de federalización, en todo caso, son
sumamente válidos, pero deberán probarse ante los tiempos y las prioridades de
la política y la economía de las provincias. TOMADO DE LOS TIEMPOS DE AR
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