La ciudad tiene un
árbol cada ocho personas, el mínimo de lo sugerido
La Organización Mundial de la Salud recomendó esa relación
entre ejemplares y habitantes como piso; un plan oficial prevé sumar 70.000 en
un plazo de cinco años
Laura Rocha En Buenos Aires hay pocos árboles, pero
proporcionalmente más que en Bogotá, Nueva York o Barcelona.Foto:Silvana
Colombo
Amparo para compartir un mate o leer un buen libro, refugio
del sol y del calor o escondite de ese canto del pájaro que anuncia el
amanecer. Estas y más funciones son las que tiene el árbol urbano, ese que a
veces no se observa ni se valora, pero que nos aporta el oxígeno necesario para
vivir. Las ciudades, con todo su cemento y desarrollo tecnológico, también dependen
de ellos. En Buenos Aires, por caso, hay unos 372.000 ejemplares en las calles,
casi uno cada ocho habitantes.
Esa relación es la mínima recomendada por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) para los ambientes urbanos, pero resulta mejor que
las registradas en Bogotá, Nueva York o Barcelona. "El árbol es el
elemento que, sumado uno a uno, conforma el bosque urbano, con capacidad de
mitigar muchos de los efectos adversos que genera el crecimiento de las
ciudades por falta de planificación y conocimiento", explicó Carlos Anaya,
ingeniero agrónomo y arborista certificado por la International Society of
Arboriculture. El experto agrega además algo que, muchas veces, se desconoce:
"El árbol urbano no sólo es el plantado en las veredas, espacios públicos
y semipúblicos, sino también los ejemplares ubicados en sitios privados. Todos
ellos conforman el bosque urbano que aporta su beneficio a la ciudad". Según
el censo de arbolado urbano, realizado hace tres años, en las veredas porteñas
hay 372.625 ejemplares, que se suman a unos 53.000 plantados en espacios
verdes. En tanto, el 5% del total corresponde a los plantados por los vecinos. El
fresno americano (143.405), el plátano (34.338), el tilo (17.284), el jacarandá
(10.975) y el crespón (10.184) son las principales especies, pero no son las
únicas: en la Capital se detectaron unos 300 tipos de árboles. "En la
ciudad estamos bien, pero hay que seguir mejorando. Prevemos aumentar en 70.000
la cantidad de árboles durante los próximos cinco años. Debemos diseñar y
establecer dónde estará cada plantera y, además, acordar con las comunas en qué
lugares", indicó María Inés López Lo Celso, directora general de Espacios
Verdes porteña. Según el censo, el ficus es el preferido de los vecinos. El
censo indicó que hay 23.707 plantados por los residentes, aproximadamente el 5%
de la población total. Lo siguen el pindó, el palo borracho, el palto y el
níspero.
Cuidado "Hay que tener mucho cuidado con los
ficus porque siempre buscan la humedad. Hay casos en que las raíces llegan
hasta las cañerías. Es un buen árbol para estar en el centro de un jardín
amplio", indicó la funcionaria. Ana Guarnaschelli, profesora adjunta de
dasonomía de la Facultad de Agronomía de la UBA, indicó: "El árbol cumple
una función ambiental muy importante. Está capturando gases que no son
saludables para la vida humana, filtrando partículas en suspensión, atenuando
ruidos; representa barreras de protección. Los espacios verdes los mejora,
incluso desde el punto de vista psicológico tiene un efecto favorable, genera
ámbitos más agradables, y también contribuye a la valoración de las
propiedades". Según la experta, "Buenos Aires tiene una particular
problemática que data de muchos años atrás: se han plantado árboles muy grandes
en muchas veredas para los espacios de crecimiento que ellas ofrecen. Por
ejemplo, plátanos en calles muy angostas. El ejemplar no tiene capacidad para
desplegar todo su potencial. Los árboles grandes se deforman e interfieran en
las edificaciones, y para conducirlos han sido sometidos a podas muy drásticas
(a menudo, realizadas en las épocas del año incorrectas); por eso, muchos
árboles quedan mal conformados y presentan podredumbres". Respecto de la
cantidad de árboles la ciudad, "está en niveles intermedios. Creo que
debería haber más. Pero hay que elaborar un plan de forestación", sostuvo
Guarnaschelli. Para Anaya, es fundamental tener en cuenta las características
propias de cada urbe. "Hay un viejo dicho que afirma que el mejor momento
para plantar un árbol es 20 años atrás y el segundo mejor momento, ahora. Es
muy importante estudiar y planificar el nuevo arbolado como consecuencia del
cambio climático global. Cuáles son las especies adecuadas para cada sitio en
función de, por ejemplo, la problemática de cada barrio: contaminación por ser
una zona de alto tránsito vehicular, zona fabril, cuenca de un río ligada al
riesgo por inundaciones". El censo
de 2012 determinó que la Capital cuenta con 420.000 espacios para plantar
árboles, lo que significa que hay lugar para 47.300 ejemplares para oxigenar a
la metrópolis. Los casi 25.000 extras que planea plantar
el gobierno deberán
encontrar un lugar. POR LAURA ROCHA , TOMADO DE LA NACION DE AR
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