Refugiados - Cada una de las siete familias sirias que
llegarán a Uruguay recibirán 25 hectáreas que les otorgará el Instituto
Nacional de Colonización y, en Salto, ese organismo acondiciona una casa que se
ofrecerá a un núcleo de refugiados.
El próximo contingente se conformará por 72 sirios y a raíz
de la experiencia anterior con 42 personas, el Ejecutivo considera un plan con
mayor organización e involucramiento de otras instituciones, tales como los
ministerios de Vivienda y Desarrollo Social, Mevir y ANEP, además de la
preselección de campos en distintos lugares del país, entre los cuales se
encuentra Paysandú.
Reivindicando la tradición solidaria y de acogida a
refugiados provenientes de otras partes del mundo y por causas innumerables, lo
que se debe plantear aquí es la legitimidad del compromiso asumido. Porque una
cosa es la continuidad de una política que llevó adelante el expresidente José
Mujica, bajo un paradigma de gurú internacional y otra muy distinta sería la
instalación de una genuina política de inmigración en un país con renta media y
una clase social que hace malabares para cumplir con sus alquileres, mientras
observa la proverbial lentitud del Estado al momento de otorgar facilidades
para el acceso a una parcela a sus connacionales.
La experiencia con el contingente anterior, las supuestas
denuncias de violencia doméstica, los problemas de escolarización de sus niñas
en una familia y las manifestaciones en Plaza Independencia, sirvieron para
comprobar la existencia de una brecha importante entre lo real y lo ideal. A esto
se suma la circulación de la información internacional, que da cuenta de un
éxodo masivo a países europeos que se han transformado en la panacea económica
y que –al momento de comparar-- Uruguay quedó relegado en las preferencias de
los sirios que arribaron a un país desconocido.
Aunque estas familias sacaron cuentas y hallaron que se
encuentran en un “país caro”, probablemente desconozcan que, mientras se hacen
esfuerzos por alojar a otra delegación de similares características, casi uno
de cada dos niños uruguayos menor a 6 años vive con una necesidad básica
insatisfecha, de acuerdo al último censo.
Con las fracciones de campo no bastará y se deberán dotar de
insumos y capacitaciones necesarias para una adecuada ubicación de los
refugiados. De lo contrario, los reclamos se posicionarán de igual forma que
los anteriores.
Ser solidarios contiene un mensaje fuerte en sí mismo, tal
como lo planteaban las huestes guevaristas que apelaban al nacimiento de un
hombre nuevo. Pero los anuncios del gobierno no cuentan con total respaldo
entre los votantes del Frente Amplio, si se observan las opiniones emitidas en
las diversas redes y eso debería respetarse. El hombre nuevo y voluntario, en
un país que resalta el aumento del consumo mientras debe sustentar otros planes
para quienes no lograron salir de determinadas franjas, no ha sido concebido
aún. TOMADO DE EL TELEGRAFO DE URUGUAY
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