Intoxicación por
plomo y salud Datos y cifras El plomo es una sustancia tóxica que se va
acumulando en el organismo afectando a diversos sistemas del organismo, con
efectos especialmente dañinos en los niños de corta edad.
Se estima que en los niños la exposición al plomo causa cada
año 600 000 nuevos casos de discapacidad intelectual.
La exposición al plomo se cobra cada año un total estimado
de 143 000 vidas, registrándose las tasas más altas de mortalidad en las
regiones en desarrollo.
Alrededor de la mitad de la carga de morbilidad asociada a
la intoxicación por plomo se concentra en la Región de Asia Sudoriental de la
OMS, en tanto que la Región del Pacífico Occidental y la Región del
Mediterráneo Oriental acaparan una quinta parte cada una.
El plomo se distribuye por el organismo hasta alcanzar el
cerebro, el hígado, los riñones y los huesos y se deposita en dientes y huesos,
donde se va acumulando con el paso del tiempo. Para evaluar el grado de
exposición humana, se suele medir la concentración de plomo en sangre.
No existe un nivel de exposición al plomo que pueda
considerarse seguro.
La intoxicación por plomo es totalmente prevenible.
El plomo es un metal tóxico presente de forma natural en la
corteza terrestre. Su uso generalizado ha dado lugar en muchas partes del mundo
a una importante contaminación del medio ambiente, un nivel considerable de
exposición humana y graves problemas de salud pública.
Entre las principales fuentes de contaminación ambiental
destacan la explotación minera, la metalurgia, las actividades de fabricación y
reciclaje y, en algunos países, el uso persistente de pinturas y gasolinas con
plomo. Más de tres cuartes partes del consumo mundial de plomo corresponden a
la fabricación de baterías de plomo-ácido para vehículos de motor. Sin embargo,
este metal también se utiliza en muchos otros productos, como pigmentos,
pinturas, material de soldadura, vidrieras, vajillas de cristal, municiones,
esmaltes cerámicos, artículos de joyería y juguetes, así como en algunos
productos cosméticos y medicamentos tradicionales. También puede contener plomo
el agua potable canalizada a través de tuberías de plomo o con soldadura a base
de este metal. En la actualidad, buena parte del plomo comercializado en los
mercados mundiales se obtiene por medio del reciclaje.
Los niños de corta edad son especialmente vulnerables a los
efectos tóxicos del plomo, que puede tener consecuencias graves y permanentes
en su salud, afectando en particular al desarrollo del cerebro y del sistema
nervioso. El plomo también causa daños duraderos en los adultos, por ejemplo
aumentando el riesgo de hipertensión arterial y de lesiones renales. En las
embarazadas, la exposición a concentraciones elevadas de plomo puede ser causa
de aborto natural, muerte fetal, parto prematuro y bajo peso al nacer, y
provocar malformaciones leves en el feto.
Fuentes y vías de exposición
Las personas pueden verse expuestas al plomo en su puesto de
trabajo o en su entorno, principalmente a través de:
la inhalación de partículas de plomo generadas por la
combustión de materiales que contienen este metal (por ejemplo, durante
actividades de fundición, reciclaje en condiciones no seguras o decapado de
pintura con plomo, o al utilizar gasolina con plomo);
la ingestión de polvo, agua o alimentos contaminados (por
ejemplo, agua canalizada a través de tuberías de plomo o alimentos envasados en
recipientes con esmalte de plomo o soldados con este metal).
Otra posible fuente de exposición al plomo es el uso de determinados
productos cosméticos y medicamentos tradicionales.
Los niños de corta edad son particularmente vulnerables
porque, según la fuente de contaminación de que se trate, llegan a absorber una
cantidad de plomo entre 4 y 5 veces mayor que los adultos. Por si esto fuera
poco, su curiosidad innata y la costumbre, propia de su edad, de llevarse cosas
a la boca, los hace más propensos a chupar y tragar objetos que contienen plomo
o que están recubiertos de este metal (por ejemplo, tierra o polvo contaminados
o escamas de pintura con plomo). Esta vía de exposición es aún mayor en los
niños con pica (ansia persistente y compulsiva de ingerir sustancias no
comestibles), que pueden arrancar, y luego tragar, por ejemplo, escamas de
pintura de las paredes, los marcos de las puertas o los muebles. En el Senegal
y Nigeria, la exposición a tierra y polvo contaminados por plomo debido al
reciclaje de baterías y a actividades mineras ha provocado intoxicaciones
masivas por plomo en niños de corta edad, que se han cobrado ya numerosas
vidas.
Una vez dentro del cuerpo, el plomo se distribuye hasta
alcanzar el cerebro, el hígado, los riñones y los huesos, y se deposita en
dientes y huesos, donde se va acumulando con el paso del tiempo. El plomo
almacenado en los huesos puede volver a circular por la sangre durante el
embarazo, con el consiguiente riesgo para el feto. Los niños con desnutrición
son más vulnerables al plomo porque sus organismos tienden a absorber mayores
cantidades de este metal en caso de carencia de otros nutrientes, como el
calcio. Los grupos expuestos a mayor riesgo son los niños de corta edad
(incluidos los fetos en desarrollo) y los pobres.
Efectos de la intoxicación por plomo en la salud de los
niños
El plomo tiene graves consecuencias en la salud de los
niños. Si el grado de exposición es elevado, ataca al cerebro y al sistema
nervioso central, pudiendo provocar coma, convulsiones e incluso la muerte. Los
niños que sobreviven a una intoxicación grave pueden padecer diversas secuelas,
como retraso mental o trastornos del comportamiento. Se ha comprobado además
que en niveles de exposición más débiles sin síntomas evidentes, antes
considerados exentos de riesgo, el plomo puede provocar alteraciones muy
diversas en varios sistemas del organismo humano. En los niños afecta, en
particular, al desarrollo del cerebro, lo que a su vez entraña una reducción
del cociente intelectual, cambios de comportamiento –por ejemplo, disminución
de la capacidad de concentración y aumento de las conductas antisociales– y un
menor rendimiento escolar. La exposición al plomo también puede causar anemia,
hipertensión, disfunción renal, inmunotoxicidad y toxicidad reproductiva. Se
cree que los efectos neurológicos y conductuales asociados al plomo son
irreversibles.
No existe un nivel de concentración de plomo en sangre que
pueda considerase exento de riesgo. Sí se ha confirmado, en cambio, que cuanto
mayor es el nivel de exposición a este metal, más aumentan la diversidad y la
gravedad de los síntomas y efectos a él asociados. Incluso las concentraciones
en sangre que no superan los 5 µg/dl –nivel hasta hace poco considerado seguro–
pueden entrañar una disminución de la inteligencia del niño, así como problemas
de comportamiento y dificultades de aprendizaje.
Un hecho alentador es que la supresión paulatina de la
gasolina con plomo en la mayoría de los países ha contribuido a reducir
considerablemente su concentración sanguínea en la población. Hoy por hoy, su
utilización solo sigue estando permitida en seis países.
Respuesta de la OMS
La OMS ha incluido el plomo dentro de una lista de diez
productos químicos causantes de graves problemas de salud pública que exigen la
intervención de los Estados Miembros para proteger la salud de los
trabajadores, los niños y las mujeres en edad fecunda.
La OMS ha publicado en su sitio web información sobre el
plomo, como información para los responsables de la formulación de políticas,
recomendaciones técnicas y material de promoción.
La Organización está elaborando una serie de directrices
para la prevención y el tratamiento de la intoxicación por plomo; su finalidad
es ofrecer a los responsables de la formulación de políticas, las autoridades
de salud pública y los profesionales sanitarios una orientación de base
científica sobre las medidas que se pueden adoptar para proteger la salud de la
población, tanto infantil como adulta, frente a la exposición al plomo.
En vista de que la pintura con plomo sigue constituyendo una
importante fuente de exposición en numerosos países, la OMS ha unido fuerzas
con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente con el fin de
crear la Alianza Mundial para Eliminar el Uso del Plomo en la Pintura. Esta
iniciativa de colaboración tiene por finalidad concentrar y catalizar los
esfuerzos desplegados para alcanzar los objetivos internacionales de prevenir
la exposición de los niños al plomo a través de pinturas que contienen ese
metal y minimizar el riesgo de exposición ocupacional a las mismas. El objetivo
general es promover la eliminación gradual de la fabricación y venta de
pinturas que contienen plomo y, con el tiempo, eliminar los riesgos a ellas
asociados.
La Alianza Mundial para Eliminar el Uso del Plomo en la
Pintura representa un valioso instrumento para avanzar hacia el cumplimiento de
lo establecido en el párrafo 57 del Plan de Aplicación de las Decisiones de la
Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible y en la resolución II/4B del
Enfoque Estratégico para la Gestión de los Productos Químicos a Nivel
Internacional, cuyo cometido es la eliminación gradual del uso del plomo en la
pintura. Manuel Ludueña / Buenos Aires
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