LLAMAMIENTO A LOS NEGOCIADORES DE LA COP 21
El siguiente llamamiento ha sido redactado por
Cardenales, Patriarcas y Obispos de todo el mundo en representación de las
agrupaciones continentales de las conferencias episcopales nacionales Este
llamamiento está dirigido a aquellos que negociarán la COP 21 en París y en él
se les insta a que trabajen para la aprobación de un acuerdo sobre el
clima que sea justo, legalmente vinculante y motor de un verdadero cambio transformacional.
Nosotros, los Cardenales, Patriarcas y Obispos, en
representación de la Iglesia Católica de los cinco continentes, nos hemos
reunido a instancias del Secretario de Estado de la Santa Sede para expresar,
en nuestro nombre y en nombre de las personas por las que nos preocupamos,
nuestra más sincera esperanza de que se alcance un acuerdo sobre el clima justo
y legalmente vinculante en el marco de las negociaciones de la COP 21 en París.
A continuación detallamos nuestra propuesta de diez puntos, redactada a partir
de la experiencia concreta de personas de todos los continentes, y basada en la
íntima relación entre cambio climático y la injusticia y exclusión sociales de
los más pobres y vulnerables de nuestros ciudadanos.
Cambio climático: retos y oportunidades
En su carta encíclica, Laudato Si’, dirigida
‘a cada persona que habita este planeta’ (LS 3), el Papa Francisco afirma que ‘el
cambio climático representa uno de los principales desafíos actuales para la
humanidad’. El clima es un bien común, compartido, de todos y para
todos (LS 23). El medio ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la
humanidad y responsabilidad de todos (LS 95).
Hoy creyentes y no creyentes estamos de acuerdo en que la
tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a
todos. Para los creyentes, esto se convierte en una cuestión de fidelidad al
Creador, porque Dios creó el mundo para todos. Por consiguiente, todo planteo
ecológico debe incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los
derechos fundamentales de los más postergados (LS 93).
Las consecuencias globales que se derivan de la dramática
aceleración del cambio climático nos obligan a redefinir nuestros conceptos
de crecimiento y progreso. Se trata realmente de
una cuestión de estilo de vida. Resulta imperativo que encontremos
una solución que sea consensuada, teniendo en cuenta la envergadura y la
naturaleza global del impacto del clima. Necesitamos una solidaridad universal
nueva, una solidaridad que sea "intergeneracional" y "intrageneracional”.
(LS 13, 14, 162)
El Papa define el mundo como “nuestra casa común” y, en el
ejercicio de su custodia, no debemos olvidar que la degradación humana y social
son consecuencias de un medio ambiente deteriorado. Por ende, hacemos un
llamamiento para que se adopte un enfoque ecológico integral, para que la
justicia social se sitúe en el centro de las preocupaciones, ‘para escuchar
tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres’ (LS 49).
El desarrollo sostenible debe incluir a los pobres
La Iglesia, al tiempo que lamenta el dramático impacto del
rápido cambio climático en los niveles del mar, los fenómenos meteorológicos
extremos, el deterioro de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad,
también es testigo de cómo el cambio climático está afectando, mayoritariamente
de forma negativa, a las comunidades y a los pueblos vulnerables. El Papa
Francisco llama nuestra atención sobre el impacto irreparable del cambio
climático desenfrenado en muchos países en desarrollo de todo el mundo. Además,
el Papa declaró ante la Asamblea General de Naciones Unidas el que el abuso y
la destrucción del medio ambiente son acompañadas de un proceso incesante de
exclusión.1
Líderes valientes dispuestos a adoptar acuerdos
aplicables
La construcción y el mantenimiento de una casa común
sostenible requieren un liderazgo político valiente e imaginativo. Se vuelve
indispensable crear un sistema normativo que incluya límites infranqueables y
asegure la protección de los ecosistemas (LS 53).
Estudios científicos fiables sugieren que la aceleración del
cambio climático es el resultado de la actividad humana desenfrenada,
obsesionada por un determinado modelo de progreso y desarrollo. Nuestra
excesiva dependencia de los combustibles fósiles es la principal responsable.
El Papa y los Obispos Católicos de los cinco continentes, sensibles a los daños
causados, instan a una reducción drástica de las emisiones de dióxido de
carbono y otros gases tóxicos.
Nos unimos al Santo Padre en su exhortación para que se
consigan avances importantes en París, con vistas a alcanzar un acuerdo global
y transformador que cuente con el apoyo de todos, y que esté basado en los
principios de solidaridad, justicia y participación.2Este acuerdo
debe poner el bien común por encima de los intereses nacionales. Es esencial
también que las negociaciones desemboquen en un acuerdo aplicable que proteja
nuestro hogar común y todos sus habitantes.
Nosotros, Cardenales, Patriarcas y Obispos, emitimos un
llamamiento general y presentamos diez propuestas políticas específicas.
Instamos a la COP 21 a que alcance un acuerdo internacional que limite el
aumento de la temperatura global a los parámetros actualmente sugeridos por la
comunidad científica mundial para evitar impactos climáticos catastróficos,
especialmente en las comunidades más pobres y vulnerables. Reconocemos que
existe una responsabilidad común, y al mismo tiempo diferenciada, de todas las
naciones. No todos los países han llegado al mismo nivel en el espectro del
desarrollo, de ahí que la necesidad de trabajar juntos en un esfuerzo común
resulte imprescindible.
Nuestras diez propuestas:
1. Tener en cuenta no solo los aspectos técnicos del cambio
climático sino también, y sobre todo, los aspectos éticos y morales de conformidad
con el artículo 3 de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (CMNUCC).
2. Aceptar que el clima y la atmósfera son bienes globales
comunes de todos y para todos.
3. Adoptar un acuerdo mundial justo, motor de un cambio
transformacional y legalmente vinculante fundamentado en nuestra visión del
mundo que reconoce la necesidad de vivir en armonía con la naturaleza y de
garantizar el ejercicio de los derechos humanos de todos, incluyendo los de los
Pueblos Indígenas, las mujeres, los jóvenes y los trabajadores.
4. Limitar el aumento de la temperatura global y establecer
un objetivo para alcanzar una completa descarbonización para mediados de siglo,
con el fin de proteger a las comunidades más afectadas por los efectos del
cambio climático, especialmente las que viven en las islas del Pacífico y las
regiones costeras.
· Garantizar que el límite máximo de aumento de la
temperatura aparecerá reflejado en un acuerdo global legalmente vinculante, con
acciones y compromisos de mitigación ambiciosos por parte de todos los países
en función de sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus
respectivas capacidades (CBDRRC en inglés), según los principios de equidad,
las responsabilidades históricas, y el derecho al desarrollo sostenible.
· Garantizar la coherencia entre las trayectorias de
emisiones y objetivo de descarbonización; así como la imposición de revisiones
periódicas de las ambiciones y de los compromisos adoptados. Para ser exitosas,
estas revisiones periódicas deben basarse en datos científicos y el respeto del
principio de equidad, y deben ser obligatorias.
5. Explorar nuevos modelos de desarrollo y estilos de vida
que sean compatibles con el clima, combatan la desigualdad y saquen a los
pobres de la miseria. En este sentido, resulta esencial poner fin a la era de
los combustibles fósiles, eliminar de forma gradual las emisiones de
combustibles fósiles y proporcionar un acceso a la energía renovable que sea
asequible, fiable y seguro para todos
6. Garantizar el acceso de todos al agua y a la tierra para
la consolidación de sistemas alimentarios resilientes y sostenibles que
prioricen las soluciones impulsadas por las personas y no por los beneficios.
7. Garantizar la inclusión y la participación de los más
pobres, de los más vulnerables y de aquellos sobre los que repercuten
mayoritariamente las decisiones tomadas a todos los niveles.
8. Garantizar que el acuerdo adoptado en 2015 lleve consigo
un proceso de adaptación que responda de forma adecuada a las necesidades
inmediatas de las comunidades más afectadas y refuerce las soluciones locales.
9. Reconocer que las necesidades de adaptación están
supeditadas al éxito de las medidas de mitigación adoptadas. Los responsables
del cambio climático tienen la obligación de ayudar a los más vulnerables en la
adaptación y la gestión de las pérdidas y daños; y de compartir la tecnología y
los conocimientos necesarios.
10. Establecer hojas de ruta claras sobre cómo los países
deberán cumplir sus compromisos financieros adicionales, coherentes y
previsibles, de forma que se garantice una financiación equilibrada de las
acciones de mitigación y de las necesidades de adaptación.
Todo esto debería llamar a una seria consciencia y educación
ecológica (LS 202 -215)
Oración por la Tierra
Dios de amor, enséñanos a cuidar para este mundo nuestra
casa común.
Inspira a los jefes de gobierno mientras se reúnen en París:
- a escuchar y atender el llamado de la tierra y de los
pobres;
- a que se unan de corazón y de espíritu para responder con
valentía;
- buscar el bien común y la protección de este hermoso
jardín terrenal que has creado para nosotros, para nuestros hermanos y
hermanas, y las generaciones futuras.
Amén
___________________
1 Discurso del Santo Padre, Sede de las
Naciones Unidas, Nueva York, Viernes 25 de septiembre de 2015.
2 Discurso de Su Santidad el Papa Francisco
a los Ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea, Ciudad del Vaticano, 16
de septiembre de 2015.
OBISPOS FIRMANTES DE ESTA DECLARACIÓN:
SU EMINENCIA CARDENAL OSWALD GRACIAS
Arzobispo de Bombay, India Presidente de FABC (Asia) |
SU GRACIA, ARZOBISPO GABRIEL MBILINGI, CSSp
Arzobispo Lubango, Angola Presidente de SECAM (África) |
SU EMINENCIA CARDENAL PÉTER ERDŐ
Arzobispo de Esztergom – Budapest Presidente de CCEE (Europa) |
Su Gracia, Arzobispo Joseph KURTZ
Arzobispo de Louisville, Presidente de USCCB (Estados Unidos) |
SU EMINENCIA CARDENAL REINHARD MARX
Arzobispo de Múnich, Alemania, Presidente de COMECE (Europa) |
SU GRACIA, ARZOBISPO JOHN RIBAT, MSC
Arzobispo de Port Moresby, Papúa Nueva Guinea, Presidente de FCBCO (Oceanía) |
SU EMINENCIA CARDENAL RUBÉN SALAZAR GÓMEZ
Arzobispo de Bogotá, Presidente de CELAM (América Latina) |
SU EXCELENCIA, OBISPO DAVID DOUGLAS CROSBI, OMI
Obispo de Hamilton, Canada Presidente de CCCB- |
SU BEATITUD CARDENAL BÉCHARA BOUTROS RAÏ, OMM
Patriarca de Antioquía (Maronitas) Presidente de CCPO (Consejo de los Patriarcas Católicos de Oriente) |
Redactado en colaboración con nuestras redes Católicas
CIDSE y Caritas Internationalis
y con el auspicio del Consejo Pontificio de Justicia y Paz.
y con el auspicio del Consejo Pontificio de Justicia y Paz.
Manuel Ludueña / Buenos Aires Sostenible
Usemos Energías Renovables, Transporte No Motorizado y Tecnologías Locales, Limpias y Seguras. Consumamos Alimentos Saludables. Actuemos Solidariamente en Comunidad. Preservemos la Biodiversidad.
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Encuentro Verde por Argentina (EVA) en: laereverde.com/
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