PREPARANDO LOTES PARA
PASTURAS BASE ALFALFA
“Un número adecuado
de plantas (250 plantas m2) puede significar 5 veces más producción que una
pastura mal implantada (50 plantas m2). Una pastura enmalezada rinde de 2 a 3
veces menos que una limpia. Una buena fertilidad fosfórica significa triplicar
la producción. Elegir la variedad correcta puede duplicar la cantidad de
materia seca producida”. Remarcando esta frase con números concretos de
investigadores de INTA Paraná, se detallan a continuación los factores a tener
en cuenta para una correcta implantación de pasturas de alfalfas, que mucho
distan de la realidad observada en muchos lotes de la zona, por lo que tratando
de orientar a productores y colegas compartimos esta información: Cultivo antecesor: Para la elección del
antecesor se deberá considerar: la época de desocupación del potrero y el tipo
y volumen del rastrojo. Lo ideal es que el antecesor libere lo antes posible el
lote (30-60 días antes de la siembra) y que deje baja cantidad de rastrojos. El
antecesor afecta directamente la cama de siembra. Preparación y condiciones del lote: Elegir lotes libres de malezas
perennes o de difícil control en la pastura. Por ejemplo "yuyo sapo"
o "sunchillo" (Wedelia glauca), "espartillo" o "pasto
puna" (Stipa brachychaeta), "gramilla" (Cynodon dactylon),
"perejilillo" (Bowlesia incana); etc. Hay que tener cuidado con el
“huellado” que producen los implementos en el ciclo agrícola. Los barbechos
prolongados permitirán descomponer las raíces y otros restos vegetales,
acumular agua en el perfil, nivelar el “microrrelieve” provocado por las
huellas y disminuir la compactación superficial del suelo. Elección de la semilla: Una semilla de calidad asegura una mejor
implantación y un mejor comportamiento durante el desarrollo inicial. Deberá
poseer una buena energía y poder germinativo y estar libre de impurezas o
semillas de malezas. Realizar un análisis de poder germinativo tiene un costo
muy inferior al 1% de la implantación. Elección
de cultivares: Se hará en función de las características del suelo y
sistema de producción. Se deberán sembrar los cultivares que presentan la mayor
adaptación a la zona, ello asegurará una mayor resistencia a enfermedades y
adversidades climáticas, resultando en una mayor producción de forraje. El INTA
posee una red de comparación de cultivares de alfalfa. Época de siembra: Las siembras tempranas de otoño son las más recomendables,
ya que permiten un buen desarrollo aéreo y de las raíces y una buena
acumulación de reservas en estas últimas antes de las primeras heladas. Las
siembras de primavera son más riesgosas. Sistema
de siembra: La siembra en línea permite una rápida germinación y mayor
seguridad de implantación, debido a que se logra una distribución más uniforme
de la semilla en profundidad y un mayor contacto de la misma con el suelo. En
general las leguminosas poseen una muy baja emergencia con siembras que superen
el centímetro de profundidad. Las gramíneas toleran hasta los dos centímetros. Fertilización: El objetivo de la
fertilización es suministrar los nutrientes necesarios para el óptimo
crecimiento de las plantas. Cubrir las necesidades de fósforo es fundamental.
Siempre conviene inocular la semilla. Manejo
de malezas: El control de malezas debe comenzar durante el ciclo agrícola y
continuar en el barbecho. Luego, la estrategia de control dependerá de las
malezas presentes y de los componentes de la pastura. La mejor herramienta para
mantener una pastura limpia es una buena alfalfa. Los mejores rendimientos de
forraje se obtienen cuando se elimina la competencia de malezas, en los
primeros 50-100 días desde el nacimiento de la pastura, teniendo en cuenta que
la alfalfa debe tener entre 4 a 5 hojas trifolioladas al momento de la
aplicación, para que los herbicidas no le produzcan fitotoxicidad. Las malezas
del tipo perenne como gramón, sorgo de alepo y cebollín merecen una
consideración aparte, debido a que el control se deberá efectuar antes de
realizar la siembra, ya que de no ocurrir esto la competencia será tal, que no
se logrará la implantación. Ing. Agr. Jorge Garay, 2006, INTA Villa Mercedes. La
cuscuta (Cuscuta indecora) es una maleza parásita típica de alfalfares que
incide notablemente en la producción y principalmente en lotes destinados a
semilla. Para su control se deben aplicar medidas preventivas y de control.
Entre las primeras: no sembrar alfalfa con semillas de cuscuta, no permitir la
entrada de maquinaria que haya estado trabajando en cultivos invadidos con esta
maleza, al igual que animales. Fuente: INTA Agencia de Extensión Rural Huinca
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