Unidad y solidaridad:
armas cardinales del Caribe (+ Fotos)
Con la Declaración de Managua, que reconoce la importancia
de la consulta, la concertación y la cooperación para avanzar en la unidad e
integración regional, concluyó este viernes el VIII Encuentro de la Asociación
de Estados del Caribe (AEC), al cual asistió el Presidente de los Consejos de
Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez
Autor: Alina Perera Robbio |
cumbre AEC ER
El VIII Encuentro de la AEC tuvo como eje central de
discusión el enfrentamiento al cambio climático. Foto: Estudios Revolución
MANAGUA, Nicaragua.-En un ambiente que convidó a fortalecer
la unidad y la solidaridad entre los pueblos de la región para enfrentar
grandes desafíos del planeta, en especial los del cambio climático, comenzó en
la mañana de este viernes el VIII Encuentro de la Asociación de Estados del
Caribe (AEC), al cual asistió el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros
de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
El Centro de Convenciones Olof Palme abrió sus puertas al
segmento de alto nivel que tuvo como antesalas el encuentro de expertos
realizado el miércoles, y la XXIV Reunión Ordinaria del Consejo de Ministros de
la AEC, celebrada el jueves. Las primeras palabras pronunciadas en la cita
estuvieron a cargo del presidente deNicaragua, Daniel Ortega, quien saludó, uno
por uno, a cada dignatario presente.
El desarrollo, reflexionó Daniel Ortega, debe ser
sostenible, no puede convertirse en un crecimiento destructor que favorezca a
los países que históricamente lograron ponerse en punta en el transcurso de
procesos civilizatorios y que luego comenzaron a disputarse la hegemonía, lo
cual ha desatado guerras y una carrera armamentista cuya víctima principal,
meditó, es lo más valioso que tiene el planeta: la especie humana.
Foto: Estudios Revolución
Sobre el VIII Encuentro, el mandatario nicaragüense habló de
la importancia no solo de tomar acuerdos sino de poder hacerlos cumplir.
Inmersos en un mundo complejo y violento, argumentó, lo importante es que desde
la AEC se esté levantando la bandera; se estén uniendo esfuerzos en el Caribe
para enfrentar los cambios climáticos con la bandera de la responsabilidad, de
la seriedad, de la convicción que tienen nuestros pueblos acerca de que hay que
librar la batalla para enfrentar el cambio climático.
Por su parte June Soomer, Secretaria General de la AEC, dijo
que la organización, aunque ha pasado trabajo en algunas de sus etapas, llega
hoy con fuerza a su aniversario 25, en un momento de revitalización.
Hermosamente, comparó al organismo regional con una familia, esa en la que
nunca faltan las contradicciones y en la que casi siempre, al terminar el día,
todos logran entenderse.
En nombre de la República Bolivariana de Venezuela hizo uso
de la palabra Aristóbulo Istúriz, vicepresidente sectorial para el Desarrollo
Social y Territorial en su país. Recordó los desafíos de un mundo polarizado,
de contrastes, e hizo hincapié en la necesidad de forjar un destino común.
Venezuela, afirmó, tiende su mano solidaria, y continuará trazando estrategias
que sean compartidas por los pueblos de la región.
Asimismo reconoció el liderazgo que ha venido mostrando en
estos años la AEC, y felicitó el proceso de revitalización del organismo
regional. Con gran orgullo recordó que escenarios como los del VIII Encuentro
sirvieron en otros momentos de plataforma para expandir las estructuras de
integración en la zona. Creemos firmemente, expresó, que compartimos historia
común y compromiso para garantizar el desarrollo de nuestros pueblos. Nos encontramos
aquí para fomentar las relaciones de cooperación entre nosotros, y para
practicar la tolerancia y convivir en paz.
Finalmente agradeció a todos los países del Caribe por la
solidaridad mostrada en estos momentos con el pueblo venezolano que hoy está
siendo agredido y da pruebas de una gran resistencia.
CUBA Y SU VOZ EN LA CITA
Foto: Estudios Revolución
Ante los Jefes de Estado y Gobierno y Jefes de Delegaciones,
ante todos los asistentes al VIII Encuentro de la Asociación de Estados del
Caribe (AEC), el Presidente Díaz-Canel Bermúdez dio inicio a sus palabras
evocando a nuestro Poeta Nacional, Nicolás Guillén, «voz singular entre las
grandes voces de esta región», quien, dijo el Jefe de Estado, «dedicó al mar
que nos une, un poema breve con el que me gustaría saludarlos».
Entonces Díaz-Canel Bermúdez recordó los versos titulados El
Caribe:
En el acuario del Gran Zoo,
nada el Caribe.
Este animal
marítimo y enigmático
tiene una cresta de cristal,
el lomo azul, la cola verde,
vientre de compacto coral,
grises aletas de ciclón.
En el acuario, esta inscripción:
«Cuidado: muerde».
«De la cresta de cristal que hace frágil a nuestro Caribe,
detalló Díaz-Canel, nos hablan estos versos de Guillén. Y también de la fiera
que nos habita. Fragilidad y fiereza nos distinguen. Fragilidad y fiereza nos
unen. Y en la unión, ya lo sabemos, está la fuerza».
Seguidamente, el mandatario expresó que de esa fuerza que
sólo sostiene la unión, ha nacido la muy oportuna Declaración de Managua que
adoptará este Encuentro, con el título Uniendo esfuerzos en el Caribe para
enfrentar el cambio climático, un tema que ha generado preocupaciones
crecientes en las últimas décadas. Y trajo a colación la alerta, hace casi 30
años, del Comandante en Jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, cuando
en la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro, en 1992, advirtiera que
«una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y
progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre».
De ese peligro, como comentó Díaz-Canel Bermúdez, conoce
bien el Caribe “porque sufre con frecuencia sus impactos. Seguramente por eso,
desde su Segunda Cumbre, en Santo Domingo, en 1999, la Asociación de Estados
del Caribe incluyó entre sus líneas de trabajo la concertación y cooperación en
cuanto al cambio climático y la reducción del riesgo de desastres.
«Pero, ni los esfuerzos desplegados ni los compromisos
internacionales en materia medioambiental resultan suficientes para detener el
alarmante aumento de la temperatura global y para estabilizarla en el entorno
de 1.5 grados Celsius, como es el reclamo de los países en desarrollo».
El Presidente cubano afirmó que «los más desarrollados,
principales responsables de la situación insostenible de hoy, deben honrar el
compromiso de aportar 100 mil millones de dólares anuales, como mínimo, en apoyo
a las acciones de los países en desarrollo.
«Debe prevalecer, resaltó, el compromiso global para la
reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero con base en el
principio de las responsabilidades comunes, pero diferenciadas, y un marco de
cooperación internacional que asegure los recursos y la transferencia de
tecnologías necesaria a los países en desarrollo.
«Se precisa la modificación de los patrones de producción y
consumo que nos han sido impuestos, y la promoción de un orden económico
internacional justo, democrático y equitativo para enfrentar el cambio
climático y alcanzar el desarrollo sostenible».
ENFRENTANDO TEMPESTADES
El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la
República de Cuba declaró en su discurso que «la intensidad y persistencia de
fenómenos naturales de diversa índole en el Gran Caribe, nos castiga
constantemente con los efectos adversos del cambio climático, en particular a
los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo.
«Vivir entre ciclones, dijo, ha condicionado nuestras vidas;
ha modificado nuestras geografías y dinamizado nuestras migraciones». Esa
condición, en su entender, «nos ha educado en la necesidad de estudiar más los
fenómenos que nos acechan y trabajar por revertir sus daños. La Revolución
cubana tuvo que aprender muy pronto y muy duramente esas lecciones, desde el
ciclón Flora, que en 1963 dejó bajo las aguas a la antigua provincia de
Oriente, sepultando más de mil personas».
«La historia más reciente, subrayó Díaz-Canel Bermúdez, nos
dice que en los peores momentos nos ha salvado actuar unidos. Creemos
firmemente que sólo nuestra unidad y cooperación mancomunada nos permitirán enfrentar
los peligros y afectaciones de los eventos meteorológicos y asumir la
recuperación posterior».
La solidaridad, hizo hincapié, tiene que ser un principio
fundamental para los miembros de la Asociación de Estados del Caribe. Y en esa
línea de pensamiento reiteró «el invariable apoyo de Cuba, en todas las
circunstancias, al derecho de los pequeños Estados insulares y naciones en
desarrollo a recibir un trato especial y diferenciado en el acceso al comercio
y las inversiones».
LA HOSTILIDAD
IMPERIAL Y LA HERMANDAD ENTRE NUESTROS PUEBLOS
La obsesión imperial de dominar a los pueblos que eligen ser
soberanos, sigue intacta. Nada ha cambiado en tal sentido. Por eso en su
intervención de este viernes el Jefe de Estado de la República de Cuba no pasó
por alto que el Presidente de los EEUU, el Secretario de Estado y el Asesor de
Seguridad Nacional hayan declarado que la Doctrina Monroe es tan relevante hoy
como el día en que fue escrita.
«Esos planteamientos y las acciones consiguientes, definió
el Presidente cubano, desafían nuestra Proclama de la América Latina y el
Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de Estado y Gobierno, en enero
de 2014, en La Habana, en ocasión de la II Cumbre de la CELAC.
Nuestras naciones, enfatizó Díaz-Canel, «precisan continuar
trabajando unidas. Es nuestro deber proteger, entre todos, la paz y preservar
lo alcanzado, seguros de que la situación actual de confrontación y amenazas va
a ser superada».
SOLIDARIDAD
En lo alusivo a Cuba, Díaz-Canel Bermúdez denunció que la
Isla «ha sido objeto de un endurecimiento irracional y perverso del bloqueo de
losEstados Unidos, cuya administración ha desatado, al mismo tiempo, una
campaña de manipulaciones, mentiras y pretextos para sostener una práctica de
persecución y acoso que la comunidad internacional rechaza y condena
abiertamente».
Por tal motivo agradeció «profundamente la posición de todos
los países de la región, en oposición a esta política irracional, ilegal y
cruel contra nuestro pueblo».
«Por encima de diferencias políticas o ideológicas, expresó
el Presidente cubano, llamo a todos los gobiernos del Caribe a defender la paz
y oponerse a una agresión militar y la escalada de medidas económicas
coercitivas contra Venezuela que dañan gravemente a sus ciudadanas y ciudadanos
y ponen en riesgo la estabilidad de toda la región.
«Reiteramos igualmente nuestra solidaridad y apoyo al
Gobierno de Reconciliación y de Unidad Nacional de la República de Nicaragua
ante los intentos de desestabilización y celebramos el proceso de negociación
para asegurar la paz y preservar los avances sociales y económicos logrados en
esta hermana nación».
DEFENDER LA UNIDAD EN LA DIVERSIDAD
Foto oficial del VIII Encuentro de la AEC. Foto: Estudios
Revolución
El Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez dijo a los
presentes en el VIII Encuentro de la AEC, que «fieles a nuestra visión de
defender la unidad en la diversidad como en innumerables ocasiones el Primer
Secretario del Partido Comunista de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz,
ha fundamentado en foros como este; los convocamos a continuar trabajando de
conjunto, concentrándonos en lo mucho que nos une, incomparablemente superior a
lo poco que nos separa y a priorizar el cumplimiento de los acuerdos del XXIII
Consejo de Ministros referidos al fortalecimiento y la revitalización de la
Asociación».
El Jefe de Estado de la Isla caribeña definió a la unidad
como la única alternativa frente a los enormes retos que enfrenta la región; y
subrayó que los Estados miembros de la AEC comparten la responsabilidad de
evitar la fractura de los consensos construidos en todos estos años, para lo
cual deben seguir transitando los caminos de la solidaridad.
En cuanto a Cuba, Díaz-Canel Bermúdez afirmó que ella
«proseguirá trabajando a favor de esa unidad y por la consolidación de nuestra
Asociación, y esperamos que esta importante reunión contribuya decididamente a
ello».
DECLARACIÓN DE
MANAGUA
Del VIII Encuentro de la AEC ha surgido una Declaración
final donde se reafirman la vigencia y relevancia de los principios y objetivos
establecidos en el Convenio Constitutivo de la AEC, y la importancia de esa
entidad como organismo de consulta, concertación y cooperación para avanzar en
la unidad e integración del Gran Caribe.
La Declaración celebra con entusiasmo el aniversario 25 de
la Constitución de la Asociación de Estados del Caribe, el cual se cumplirá el
próximo 24 de julio. En ella se destaca, además, el proceso de revitalización
del organismo, iniciado con la Declaración de La Habana en 2016.
Las líneas del documento destacan «la vital importancia del
Mar Caribe como activo común de nuestros pueblos y el papel unificador que ha
desempeñado en nuestra historia e identidad» y reconocen que los pequeños
estados insulares en desarrollo, las zonas costeras del Gran Caribe y las del
istmo centroamericano, constituyen una de las regiones más vulnerables del
planeta ante los efectos negativos del cambio climático global.
La Declaración reconoce también la necesidad de brindar
especial atención a la gestión integral de reducción de desastres, con el
consiguiente destaque del enfoque preventivo. Asimismo resalta la creciente
solidaridad y cooperación demostrada entre los pueblos y gobiernos del Gran
Caribe con las comunidades afectadas por los efectos del cambio climático.
Entre otros conceptos aprobados en la VIII Reunión, se
reitera el compromiso y respeto irrestricto de la AEC ante los propósitos y
principios de la Carta de las Naciones Unidas y los principios del Derecho
Internacional, el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales; el
fomento de las relaciones de amistad entre las naciones; la cooperación
internacional en la solución de problemas internacionales; la igualdad soberana
de los Estados; el cumplimiento de buena fe de las obligaciones contraídas; la
solución pacífica de controversias; la prohibición del uso o amenaza del uso de
la fuerza contra la integridad territorial o independencia política de
cualquier Estado; y la no injerencia en los asuntos internos; requisitos
indispensables para preservar al Gran Caribe como una zona de paz y cooperación,
en correspondencia con la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de
Paz.
Por tal razón la Declaración rechaza la aplicación de
medidas coercitivas unilaterales contrarias al derecho internacional que
atenten contra la paz y la prosperidad del Gran Caribe; y reafirma el llamado
al gobierno de los Estados Unidos de América a que ponga fin al bloqueo
económico, comercial y financiero que impone a Cuba, y a la Ley Hemls-Burton.
// tomado de la Granma de cuba
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