¿Se acerca una
inversión de los polos?
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Como
casi todos sabemos nuestro planeta dista de ser un cuerpo inerte, por el
contrario es un organismo vivo que en el transcurrir de los tiempos ha tenido
cambios, o podríamos decir evolución. Uno de ellos se desarrolla en su núcleo y
es lo más parecido al infierno que imagino El Dante. En su interior nuestro
planeta es una inmensa fundición donde hierben a miles de grados, mayormente
hierro, tungsteno y con un menor porcentaje de otros metales, algunos que se
suponen todavía desconocidos. Esta fundición tiene múltiples válvulas de escape
en forma de volcanes y fumarolas que confirman su existencia y evolución.
Lo
que no todos saben es que ese caldero es el generador de un fenómeno por todos
conocidos, el magnetismo terrestre que tiene para los humanos múltiples
aplicaciones, desde la orientación mediante una brújula a la base de
innumerables fenómenos electro magnéticos. Pero el más importante es el escudo
que nos pone a salvo de la permanente lluvia de
rayos cósmicos, unas partículas
de alta energía provenientes de fenómenos galácticos muy violentos, como las
supernovas. El campo magnético de la Tierra, crea un escudo natural que frena
el viento solar y los rayos cósmicos, es la magnetosfera, se origina gracias al
movimiento del núcleo de hierro líquido que hay
en el interior del planeta. (Fig.
2 y 3)
La
magnetósfera de la tierra es una capa formada por la interacción del magnetismo
de la tierra y el viento solar. Se extiende por encima de la ionósfera, más
arriba de los 500 km de altura.
Esta
capa protege a la Tierra de la llegada de radiación, especialmente del viento
solar, y también de una parte de los rayos cósmicos, desviando las partículas
cargadas hacia los polos magnéticos a través de mecanismos de reconexión
electromagnética, lo que causa las auroras australes y boreales. Si no fuese
por esta capa, la vida en la Tierra probablemente no sería
posible, o sería de
forma muy diferente a como la conocemos
Las
próximas décadas podrían ser decisivas En los últimos 20 millones de años el
campo magnético de la Tierra se ha invertido en 100 ocasiones. En cada uno de
estos momentos, la magnetosfera necesitó un milenio para reajustarse. Y al
parecer, no falta mucho para que ocurra la próxima inversión. En las últimas
décadas se han ido observando indicios claros de que el campo magnético de la
Tierra se está debilitando y que se dirige
hacia una próxima inversión de sus polos.
De hecho, hay señales que indican que no
es algo que vaya a ocurrir en el próximo millón de años o en milenios, sino en
los siguientes siglos. «El campo geomagnético ha estado decayendo en los
últimos 3.000 años», ha dicho para la revista Horizon, del Consejo Europeo de
Investigación, Nicolás Thouveny, investigador en el Centro Europeo de
Investigación y Enseñanza de Geociencias Ambientales (CEREGE), en Francia. «Si
continúa cayendo a este ritmo, en menos de un milenio estaremos en un periodo
crítico».
La figura 4, muestra la deriva del polo
norte desde el año 1800, y la figura 5 la más reciente.
Consultado
Thouveny sobre cuáles serían las consecuencias, afirma “Queda «mucho» tiempo,
pero las consecuencias podrían ser terribles. Primero, perderíamos los
satélites de comunicaciones de las órbitas más lejanas. Después, sería
imposible establecer comunicaciones con los astronautas y los satélites de la
órbita baja. Por último, cuando la Tierra ya estuviera en una nueva «edad de
piedra», sin satélites, los rayos cósmicos comenzarían a bombardear y a
envenenar con su radiación a cada persona sobre la faz de la Tierra”. Thouveny
es uno de los científicos que tratar de averiguar cuándo ocurrirá y qué efectos
tendrá este fenómeno de la inversión magnética. De hecho, es uno de los
principales investigadores del proyecto EDIFICE, que desde 2014 investiga la
historia de la magnetosfera.
Respecto de cuándo deberíamos preocuparnos,
afirma que testigos de sedimentos situados bajo el suelo oceánico esconden la
respuesta. En su interior hay minerales magnetizados que registraron antiguas
inversiones del campo magnético. Gracias al estudio de estos testigos, los
científicos han averiguado que las inversiones de campo magnético ocurren
cuando la magnetosfera se debilita en un 90 % hasta un valor umbral. Cuando se
alcanza este estado, el campo está tan debilitado que permitiría el impacto en
la superficie terrestre de los rayos cósmicos, que como ya comentamos son partículas
de alta energía provenientes de fenómenos galácticos muy violentos, como las
supernovas. El campo magnético de la Tierra, un escudo natural que frena el
viento solar y los rayos cósmicos, se origina gracias al movimiento del núcleo
de hierro líquido que hay en el interior del planeta.
La
presencia de ciertos isótopos, elementos con distinto número de neutrones, que
fueron generados por el impacto de estos rayos cósmicos, permite deducir que la
última inversión magnética ocurrió
hace 772.000 o 774.000 años. Desde entonces,
el campo magnético de la Tierra se ha debilitado mucho en 15 ocasiones, lo que
se llama “excursión”, pero nunca llegó al umbral de inversión. En cada una de
estas ocasiones, los polos no se han invertido, pero el campo magnético está
tan débil que pierde su «impermeabilidad». La última vez que esto ocurrió fue
hace 40.000 años. Y las evidencias muestran que la Tierra se acerca a este
punto de nuevo.
La
anomalía magnética del Atlántico Sur de hecho, ya se ha comenzado a detectar
problemas causados por el debilitamiento del campo magnético. En una vasta
región situada en medio del Océano Atlántico, entre las costas de América del
Sur y África, existe una inmensa anomalía magnética en la que el campo es tres
veces más débil que en los polos (las zonas donde es más delgado): se trata de
la Anomalía del Atlántico Sur (SAA). Anomalía del Atlántico Sur (De color azul
en la Fig. 6)
«Esta
es una región donde los satélites sufren fallas electrónicos a causa del
impacto de rayos cósmicos», ha dicho Chris Finlay, investigador de la
Universidad Técnica de Dinamarca (DTU), quien estudia esta anomalía con datos
provenientes de varios satélites, en el marco del proyecto CoreSat. «Y no
entendemos de dónde viene esta región, qué la produce ni cómo podría cambiar en
el futuro». La la Anomalía del Atlántico Sur se descubrió en 1950 y, desde
entonces, se ha observado que se ha debilitado en un seis por ciento y que se
ha desplazado hacia el oeste, sin que nadie pudiera dar una explicación
convincente sobre por qué ocurre o sobre qué pasará en el futuro.
La
versión más reciente del modelo salió en 2015 y se suponía que duraría hasta
2020, pero el campo magnético está cambiando tan rápidamente que los
investigadores tienen que arreglar el modelo ahora. "El error aumenta todo
el tiempo", dice Arnaud Chulliat, geomagnetista de la Universidad de
Colorado Boulder y de los Centros Nacionales de Información Ambiental de la
Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
El
problema radica en parte en el polo móvil y en parte en otros cambios en las
profundidades del planeta. La agitación líquida en el núcleo de la Tierra
genera la mayor parte del campo magnético, que varía con el tiempo a medida que
cambian los flujos profundos. En 2016, por ejemplo, parte del campo magnético
se aceleró temporalmente en las profundidades del norte de Sudamérica y el
Océano Pacífico oriental. Satélites como la misión Swarm de la Agencia Espacial
Europea rastrearon el cambio de La Anomalía
Magnética del Atlántico Sur.
A
principios de 2018, el Modelo Magnético Mundial estaba en problemas. Los
investigadores de NOAA y el British Geological Survey en Edimburgo habían
estado haciendo su verificación anual de qué tan bien el modelo estaba
capturando todas las variaciones en el campo magnético de la Tierra. Se dieron
cuenta de que era tan inexacto que estaba a punto de exceder el límite
aceptable para los errores de navegación.
Los
investigadores del proyecto CoreSat han propuesto dos explicaciones. O bien que
exista una especie de anticiclón al sur del núcleo de la Tierra, o bien que
estemos presenciando los comienzos de una pequeña inversión polar en esa región.
Sea como sea, los científicos todavía no saben
si esta anomalía está relacionada con el próximo fenómeno de inversión o
excursión de los polos, pero lo están investigando: «En algunas simulaciones,
fenómenos como la Anomalía del Atlántico Sur crecen cuando se está produciendo una
inversión magnética. No es necesariamente así, pero no me sorprendería si algo
como esto tuviera que ver», ha explicado Finlay.
Según
la NASA. Todo apunta a que los efectos
que ya tiene la anomalía del Atlántico Sur sobre los satélites son como un
prolegómeno de lo que traerá el futuro. (Fig. 7)
Si la
tendencia actual de debilitamiento continúa, los científicos han apuntado que
el campo magnético de la Tierra podría invertirse en uno o dos milenios. Pero,
antes de eso, la magnetosfera seguirá debilitándose y en solo un siglo podría
causar muy serios problemas sobre las comunicaciones. «Esta caída del campo
magnético es mucho más importante que la inversión», ha dicho Nicolás Thouveny.
«Por eso, es muy importante comprender si el campo magnético actual
caerá hasta cero en el próximo siglo, porque en ese caso tendremos que
prepararnos».
Fuentes:
Kyoto University, Proyecto EDIFICE,
Universidad Técnica de Dinamarca, NASA, NOAA.
Revista Horizon, Horizon Magazine.
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web
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