Economía
Productores cañeros en Santa Cruz. | El Deber
La situación de los productores cañeros, ya afectados por la
crisis económica causada por la pandemia del coronavirus, se agravó con los
precios bajos del azúcar y los cuatro meses de demora en la compra etanol
comprometida por YPFB. La alternativa de la producción de alcohol desinfectante
subió en algo sus ingresos, pero la recuperación es mínima porque deben pagar
el impuesto al consumo directo.
La pandemia causó qué Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos (YPFB) paralizó en marzo pasado la compra de 150 millones de litros
de alcohol anhidro comprometidos para este año.
Y aunque, el pasado martes, el Gobierno y los productores
cañeros firmaron un nuevo acuerdo por 120 millones de litros para este año, de
los cuales 60 millones deben ser retirados hasta diciembre, el incumplimiento
del acuerdo anterior les causó un desbalance en sus ingresos.
A eso se suma que el precio por la venta de azúcar no es
bueno para el sector debido a que los compradores mayoristas pagan entre 120 y
130 bolivianos el quintal, cuando el costo de producción es de 150. Sin
embargo, este quintal de azúcar es adquirido por el consumidor final a 280
bolivianos, informó el presidente de la Confederación Nacional de Cañeros de
Bolivia (Concabol) a través de su presidente, Óscar Alberto Arnez.
El representante indicó que las ganancias sólo benefician a
los compradores mayoristas y dañan a los pequeños productores, que están
desapareciendo.
“En las tiendas, el precio del kilo de azúcar se vende a 5 y
6 bolivianos y a nosotros nos pagan la mitad de ese precio. Nos vamos a ver
obligados a tomar medidas para que el Gobierno proteja este sector”, dijo.
A pesar de que se ha incrementado hasta en 300 por ciento
por la pandemia de Covid-19, la venta de alcohol desinfectante tampoco ha
resultado ser un negocio tan rentable para los productores cañeros debido a que
los ingresos por su consumo no representan ni el 5 por ciento de la cantidad de
etanol que debía venderse este año.
A eso se suma que el alcohol desinfectante figura en la
misma categoría del alcohol que se usa para el consumo de bebidas alcohólicas,
por lo que el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) cobra el impuesto al
consumo directo, que es del 25 por ciento del producto. Debido al impuesto tan
alto, los ingenios azucareros subieron el precio del litro del alcohol de 8,50
bolivianos a 10 bolivianos por litro.
El representante considera que debido a la pandemia el
alcohol desinfectante debe ser considerado como un artículo de primera
necesidad y quitarle el impuesto alto.
“Ha sido un alivio porque teníamos el alcohol
suficiente porque en la anterior zafra se tenía que ocupar ese alcohol. Un poco
se ha absorbido en esto, pero no es significativo. El consumo de gasolina es
muy alto, es mucho más rentable y está fuera del consumo específico, de ninguna
manera se compara”, explicó Arnez.
Tomado de los tiempos de Bolivia
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