Urge que llueva sobre campos correntinos donde ya se registran múltiples daños
Advierten que la escasez de precipitaciones genera que estén casi secas las aguadas naturales e impide que crezcan las pasturas para el ganado. Pero además causa perjuicios en las plantaciones citrícolas.El deterioro que provoca la falta de lluvias ya se observa
tanto en las plantas de cítricos como en el ganado de campos correntinos. La
preocupación se acrecienta con el paso de los días y advierten que urgen
precipitaciones antes de que concluya este mes, o a más tardar, en la primera
quincena del venidero. Esta problemática afecta a centenares de familias que
viven en distintos lugares de la Provincia.
“Nosotros no tenemos mucho, pero vivimos exclusivamente de
esto. Somos pequeños productores y junto con mi marido tenemos una parte del
campo con cítricos, unos 10 animalitos (ganado vacuno) y también una chacra en
la que plantamos para vender o tener algo para poner en la olla”, contó a El
Litoral una pobladora que nació, se crió y vive en la zona rural de 3 de Abril.
Si bien señaló que en el campo “uno se da maña para salir adelante”, advirtió
que la escasez de lluvia es un problema difícil de sortear.
“No hay forma de darle el agua que necesitan las plantas y
si las perdemos, después debemos esperar varios años hasta que puedan dar
frutos”, explicó. Tras lo cual graficó: “Da tristeza ver cómo los limones y las
naranjas terminan cayéndose antes de tener un buen tamaño para vender. Y ni hablar
de las vacas que por intentar tomar un poco de agua quedan empantanadas”.
(Ver imagen).
Esta situación no es exclusiva del matrimonio que hace unas
cuatro décadas producen en un paraje de 3 de Abril, sino que se repite en
numerosos campos de Corrientes.
Consultado sobre esto, el presidente de la Sociedad Rural de
Bella Vista, Martín Bruzzo, expresó a El Litoral que “el problema reside en que
no tuvimos las lluvias que por lo general se registran en marzo y abril.
Entonces, como la situación persiste, el déficit hídrico ya se nota en las
aguadas naturales, como ser las lagunas y los esteros. Y cuando el animal
intenta ir a beber lo poco que queda, surge otra complicación: se hunde en el
barro”.
En este contexto, indicó que “es decir, entramos al invierno
con poca agua y casi nada de pasto”. Para paliar esto, tampoco puede arrendar
un campo y trasladar los animales “porque el mismo problema existe en Saladas,
San Roque, Lavalle, etc”, señaló el dirigente y productor.
Alternativas y costos
Contar con una perforación es una de las opciones para los
productores, aunque advierten que eso no es suficiente y demanda un esfuerzo y
recursos extras. “Algunos tienen ya instaladas las bombas con el sistema de
paneles solares, lo que sin lugar a dudas reduce los costos porque es más
costoso si se tiene que usar el sistema a base de combustible”, explicó Bruzzo.
Mientras que para mitigar la falta de pasturas, “se puede
comprar rollos de pastos, alimentos balanceados y el bagazo de los
cítricos”, enumeró.
No obstante, aclaró que cada una de esas alternativas
implican un costo extra que no todos los productores pueden afrontar cuando el
problema persiste en el tiempo.
En este punto especificó que la mayoría debe comprar
los alimentos para su ganado “porque tampoco las pasturas que se siembran en
esta zona logran prosperar en invierno. Hay excepciones, pero que se dan sólo
con la siembra de verdeos como la avena”.
Sistema artificial insuficiente
Gustavo Sand, presidente de la Asociación de Citricultores
de Bella Vista, también coincidió en que la falta de precipitaciones está
generando complicaciones en el sector productivo. “Hay quintas en las que se
están muriendo plantas. Y si llega a hacer más calor y seguimos sin tener
lluvias abundantes, eso se va a acentuar”, advirtió en diálogo con El Litoral.
Al mismo tiempo añadió que “aun en aquellos casos en los cuales no se pierde la
planta, la escasez de agua afecta la floración, el cuajado y el tamaño de la
fruta”.
La principal opción para paliar la falta de lluvia, es el
riego artificial. Pero no todas las quintas cuentan con ese sistema.
“Existe entre un 40 y 50% de las plantaciones de nuestra
zona”, estimó Sand e inmediatamente aclaró que “igual no suplanta a las
precipitaciones, lo único que hace es reducir el riesgo de estrés de la
planta. Entonces, por ejemplo, aunque no te da los frutos adecuados, al menos
no la perdés”.
“En esta zona hay unos 350 citricultores y en Mocoretá
tenemos unas 57 plantas de empaque. Y estimo que no supera el 30% de la
superficie plantada la que posee sistema de riego artificial”, expresó el
productor y vicepresidente de la Cooperativa de Transformación,
Industrialización y Comercialización Citrícola, Eduardo Cometti en diálogo con
El Litoral. A su vez, coincidió con su par bellavistense en que esa forma de
riego sólo permite mitigar el daño que provoca en las plantas la falta de agua.
Por eso, remarcó: “Es necesario que antes de que concluya
este mes o, a más tardar, en la primera quincena de septiembre tengamos
lluvias. Caso contrario, los problemas se irán agudizando con el paso de
los días”. Teniendo en cuenta que “este año ya estamos cosechando entre un 30 y
40% de lo que normalmente se obtiene”.
Esa merma, recordó que responde a las heladas tardías que se
registraron el año pasado y que provocaron “la caída de una considerable
cantidad de flores de las plantaciones y en consecuencia quedó trunco el
proceso para obtener la fruta”.
Tomado de el litoral de ctes ar
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