Coronavirus en la Argentina. El 88% de los pacientes de más de 60 años logró superar el Covid-19
Así se desprende de un relevamiento que LA NACION hizo sobre
datos oficiales; la mayoría no estuvo internado; en el país, 52.719 personas de
esa franja etaria contrajeron el virus Crédito: Shutterstock
Fabiola Czubaj Delfina
Arambillet
Hace poco más de un mes que las cifras diarias de la pandemia en el país ya no incluyen la edad de los fallecidos por Covid-19. Se informa, en cambio, que ocho de cada diez tienen más de 60 años. Pero los registros oficiales también dan cuenta de que la mayor parte de esa población que contrae el nuevo coronavirus recibe el alta y lo hacen sin internación.
Así surge del análisis de las más de 1,1 millones de
notificaciones al sistema nacional de vigilancia sanitaria en lo que
va del año. LA NACIÓN se concentró en los 370.185
casos con un diagnóstico confirmado hasta el miércoles pasado; 52.719
tienen más de 60 años. El 88% superó la enfermedad: la mayoría
(77%) lo hizo sin internación, mientras que el resto demandó cuidados en un
centro de salud público o privado.
Coronavirus
en la Argentina: con 9230 nuevos contagios, son más de 400.000 los infectados
En la Ciudad de Buenos Aires, la única jurisdicción
que difunde cifras de afectados en los geriátricos habilitados, 2075
residentes se recuperaron y 483 fallecieron, según lo que se informó
anteayer. Se estima que el 1,8% de los casi siete millones de mayores
de 60 en el país está institucionalizado.
A nivel nacional, se desconoce con buen detalle el
impacto que está teniendo la pandemia en los adultos mayores. Eso solo se
puede intentar trazar, con limitaciones, a través de la base de datos abiertos
del Ministerio de Salud nacional.
Esos registros muestran que, del total de los
mayores de 60 con Covid-19 en el país, menos de un tercio
(29%) necesitó internación: la mayoría (23%) permaneció en una sala común,
mientras que un 4% ingresó a una unidad de terapia intensiva y
un 2% llegó al hospital con un cuadro moderado que se agravó y demandó cuidados
críticos, de acuerdo con el análisis de LNData. El resto (71%)
transitó la enfermedad fuera de un centro de salud (ver infografía).
"El envejecimiento tiene características que hacen que
la inmunidad ceda ante cualquier infección menor y, entonces, las personas se
puedan ver más afectadas, sobre todo si viven en residencias o comparten la
casa con familias multigeneracionales o en espacios reducidos", explica el
gerontólogo José Jáuregui, presidente electo de la Asociación
Internacional de Geriatría y Gerontología.
Distritos
En las cuatro jurisdicciones con más casos -Provincia de
Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Jujuy y Córdoba-, el impacto tiene
similitudes, pero también sus diferencias. En los 40 municipios del conurbano
bonaerense que integra el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), por
ejemplo, los datos nacionales muestran que se infectaron 28.086 mayores
de 60 y fallecieron 3701 (13%). El 32,8% del total de infectados no tuvo
internación, mientras que el 60,3% estuvo hospitalizado sin cuidados intensivos
y, el resto, en terapia.
En la Ciudad de Buenos Aires, se infectaron
16.036 porteños de más de 60, de los que fallecieron 1762 (11%). La
mayoría, de acuerdo con los registros nacionales, no necesitó internación, a
diferencia de un 13% que ocupó una cama en una sala común y, el resto, en
terapia intensiva.
En Jujuy, que es la tercera provincia con más
casos, a 1126 mayores les diagnosticaron la enfermedad y 141 murieron
(13%). Solo 19 personas registraron internación, la mayoría en cuidados
intensivos, y seis de ellas fallecieron. Por otro lado, el 98,3% de los
afectados no estuvo hospitalizado: son 1107 mayores, de los que 135 no
pudieron superar la enfermedad (96% de los fallecidos de más de 60).
En Córdoba, hubo 988 diagnósticos
positivos en adultos mayores; el 10% falleció. Del total de
afectados, casi el 90% no registró internación, mientras que el
7,2% estuvo hospitalizado en una sala común y el resto, en cuidados intensivos.
En uno de cada dos mayores que murieron por Covid-19 no hay
registro de internación. El resto de los decesos ocurrieron durante la internación.
Los datos oficiales relevados no contienen información sobre
las enfermedades previas que pudieron en algunos casos, haber agravado el
cuadro en este grupo de riesgo como lo define la Organización Mundial de la
Salud (OMS).
Más adaptados
Jáuregui afirma que la situación de la población
mayor "está estresada" por las autolimitaciones por el riesgo al
contagio y la falta de contacto habitual con familiares y amigos. Aun así,
comenta que en las consultas se ve cómo los mayores que son autónomos
muestran una mayor resiliencia a los cambios que llegaron con la pandemia y la
emergencia sanitaria.
"No todos, pero muchos se acomodaron mejor al
cumplimiento de las normas y toleran mucho mejor el encierro que los más
jóvenes", dice. A la vez, señala: "La situación llegó a un punto en
el que hay que empezar a poner en la balanza el riesgo individual o colectivo
sanitario y la realidad de que hay gente que se está quedando sola y se está
enfermando no por Covid-19 -indica-. Esta pandemia
sirvió también para demostrar que en la sociedad existe un alto grado de
viejismo [postura de que los mayores son pasivos, enfermos, no son
pasibles de derechos]."
Ricardo Iacub, profesor titular de Psicología
de la Tercera Edad y Vejez de la Facultad de Psicología de la Universidad de
Buenos Aires, está monitoreando con su cátedra los efectos de la pandemia
en los adultos mayores. En diálogo con LA NACION, señala varias
"noticias positivas" en esa población. "Se están
contagiando poco porque se cuidan bien y tienen una actitud responsable,
comparado con lo que se contagian los más jóvenes. Los adultos mayores tomaron
conciencia de los riesgos y salen con mucho cuidado y menos que lo harían sin
la pandemia", comenta.
También, destaca otra cualidad que investiga desde hace
tiempo: los mayores tienen más capacidad de recomponerse (resiliencia)
que los más jóvenes, aun cuando son un grupo vulnerable al Covid-19.
"Son los que menos problemas tuvieron para sostener los
hábitos y las actividades cotidianas -dice Iacub-. Pudieron
manejarlo bien y mantienen la rutina. Las medidas de higiene preventivas es lo
que quizás más les costó incorporar."
El relevamiento empezó a detectar la aparición de algún
grado de alteración de los hábitos de sueño con respecto a mayo, como así
también la ansiedad, los temores y las preocupaciones. "Tienen una
sensación de vulnerabilidad, pero un 80% sigue diciendo como en mayo que no
tiene miedo. Hablan muchísimo de tener paciencia, tolerancia y buen humor
-agrega el psicólogo-. Más allá de que también empiezan a sentirse más solos y
presionados por el encierro, lo positivo es que hubo un salto muy alto al uso
de dispositivos y aplicaciones para poder comunicarse y eso sucedió más allá
del nivel socioeducativo, ya sea con Zoom o Meet o Whatsapp o Facebook.
Esto demuestra que ante la necesidad imperiosa de comunicarse con los seres
queridos y los hijos, la gente mayor aprende."
Por: Fabiola Czubaj y Delfina
Arambillet
Tomado de la nación de ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario