Instituto Balseiro: 65 años al servicio del desarrollo
nacional
Desde su primer ciclo lectivo iniciado el 1 de agosto de
1955, el centro de capacitación mantiene el compromiso con la formación de
profesionales y la creación de “conocimiento de punta”.
Por Gabriela Naso
Creado a partir de un convenio entre la Universidad Nacional
de Cuyo (UNCUYO) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el Instituto
Balseiro nació con el nombre de “Instituto de Física de Bariloche”. Tras la
firma del acuerdo rubricado el 22 de abril de 1955, las clases se
iniciaron el
1 de agosto de ese año.
Con la dirección del físico José Antonio Balseiro, el
Instituto comenzó a funcionar en el Centro Atómico Bariloche y tuvo como
primeras líneas de investigación “la física del estado sólido y la física
nuclear”.
Por aquellos años, “Balseiro intentaba desarrollar un
programa de investigación que atendiera a los intereses de la CNEA y otros
intereses tecnológicos del país. Así se desarrollaron dos líneas principales:
una en metalurgia de relevancia para la tecnología de reactores y otra en daño
por radiación”, explicó el director del Instituto, Mariano Cantero, en
declaraciones al Suplemento Universidad.
Tras el fallecimiento de Balseiro, en 1962, el Instituto fue
renombrado en memoria de su primer director. Una década después se inició el
Programa de Investigación Aplicada.
La iniciativa, impulsada por sus egresados y liderada por
Conrado Varotto, tenía por fin “abordar problemas de interés práctico, tanto de
la CNEA como de la industria en general”, señaló Cantero. En 1976, el
incremento de esas actividades “llevó a la creación de la empresa INVAP S. E.
en asociación con la provincia de Río Negro”.
Al año siguiente, el Instituto abrió la carrera de
Ingeniería Nuclear y se constituyó como referente en el área a nivel país. “Esta
carrera preveía formar ingenieros para el plan nuclear argentino con una sólida
formación básica específica y con posibilidad concreta de acceso al Doctorado
en Ingeniería Nuclear a partir de 1981”, señaló el director.
Entre 1996 y 2013, el Instituto continuó con la ampliación
de su oferta académica: Incorporó la Especialización en Aplicaciones
Tecnológicas de la Energía Nuclear (1996), el Doctorado en Ciencias de la
Ingeniería (1997), la Ingeniería Mecánica (2002), la Maestría en Ciencias
Físicas (2002), la Maestría en Física Médica (2003), la Maestría en Ingeniería
(2007) y la Ingeniería en Telecomunicaciones (2013).
En la actualidad, el Balseiro avanza en la creación del
Laboratorio de Ingeniería Innovadora Integrada (LabIn3), con el fin de “generar
un ámbito para el desarrollo de nuevas áreas de ciencia y tecnología
articulando trabajo multidisciplinario”. Desde allí se buscará “motorizar
investigación, desarrollo e innovación en base a demandas concretas del país” y
“fortalecer el concepto de transferencia al sector productivo desde la ciencia
y la tecnología”, detalló Cantero. Uno de los ejes a trabajar será la articulación
entre “inteligencia artificial, robótica y materiales, con foco en aplicaciones
médicas”.
Para el director, las cinco “macro áreas” en las que
Argentina tiene que desarrollarse y donde se generará la mayor demanda en el
futuro mediato son salud, alimentos, ambiente, energía y telecomunicaciones.
Ante ese escenario, subrayó que el “mayor aporte” de la institución es “la
generación de conocimientos nuevos en sus disciplinas temáticas y la formación
de profesionales con fuerte formación de base y capacidad tecnológica, pero
también con un entrenamiento importante para analizar y generar soluciones a
problemas nuevos”.
“A futuro, el desafío está en lograr industrializar el país
en esas cinco áreas, sobre la base de una matriz productiva apoyada sobre la
ciencia, la tecnología y la innovación”, enfatizó. // tomado de pagina 12 de ar
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