domingo, 3 de mayo de 2015

A 427 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE CORRIENTES , su urbanizacion


 CULMINA EL MES DE CORRIENTES Los grandes ejes de cambio urbanístico y arquitectónico en la ciudad con 427 años
URBANIZACION. Recién en el siglo XX las calles se rectificaron tal como se ve hoy. La urbanización, el entramado arquitectónico y el despliegue de la costanera son algunos de los rasgos que formaron parte de los cambios que tuvo la ciudad de las siete puntas. Arquitectos e historiadores de la región describen y opinan sobre las transformaciones más relevantes que se registraron a lo largo de la historia correntina.
MARISOL SALINAS Ya lo describió Rodolfo Seoane Riera en el himno a Corrientes, “ciudad con balcón hacia el río espejada en tus aguas, tu tiempo transcurrió”.Ya pasaron 427 años desde su fundación y la edad se transparenta en una ciudad que se modificó pero que dejó huellas de sus antepasados.
Con motivo de cumplirse la culminación de los festejos por el Mes de Corrientes, El Litoral realizó una serie de entrevistas a expertos en arquitectura e historia con el fin de determinar algunos de los cambios más importantes ocurridos en la urbe a lo largo de las décadas; los datos son expuestos en un escueto resumen, de un Corrientes que en su aire, y suelo aún conviven elementos coloniales, neoclasistas y europeos que con los cambios y renuevos confluyeron en la actual fisonomía.
Rasgos de urbanización Una vez que la ciudad fue fundada debió prepararse el terreno para el uso urbano, según explicó el director del Museo Histórico de la Provincia, Federico Gonzalez Azcoaga: “Urbanísticamente la ciudad no fue muy diferente a las ciudades coloniales de ese tiempo: con cuadros castellanos es decir con manzanas cuadradas, pero con calles que deberían ser rectas pero que fueron bastantes irregulares”. La conformación del espacio se dispuso acorde con el clima de ese momento, ya que según confirmaron los expertos, los corredores de las ciudades más frescas tienden a ser más anchos y como Corrientes siempre tuvo clima cálido, las calles son más angostas para que se proyecte sombra. Además “las cuadras están orientadas de norte a sur para ventilar; otra particularidad era que las plazas debían estar cercas al río, cosa que sucedió pero como antes no existía costanera era mucho más próxima la plaza de la costa del río”, especifico Gabriel Romero arquitecto y presidente del Instituto de Cultura.
Este estilo se mantuvo alrededor de 300 años, pero en el siglo XIX el entonces intendente impone un tratado con el fin de “quitar el aire primitivo a la ciudad, para ello se ordenó la demolición de todas las fachadas que sobresalían a la calle” dijo el historiador. Desde entonces la línea de las calles se hace cuadrícula y recta.
En este mismo siglo la ciudad comienza a empedrarse con adoquines y en este momento histórico el tranvía llega a Corrientes. “Es una pena que no perdurasen las vías; hubiese sido un lujo tenerlos hasta hoy. Por otra parte es un sistema de ferrocarril que es más sencillo y daña menos las calles, a diferencia de los tremendos colectivos”, comentó el historiador.
Para mediado del siglo XIX comienza a incorporarse el alumbrado público, “que eran unos faroles que se encendían a querosén”. Por otra parte cuando llegó el siglo XX se funda la planta de agua en la ciudad y se introduce el agua corriente. “Es interesante ver que cuando se construye la casa de gobierno, había un aljibe aún”.
A fines del siglo XX, bajo el gobierno de Benjamín González, según relató el historiador Azchoaga: “Se contrata a una empresa alemana, GOP, para pavimentar la ciudad. No con brea, sino con una especie de cemento. Y todo el adoquín se levanta y se traslada al barrio Camba Cuá. Tiempo después llegó el pavimento con brea. Se planifican también las principales avenidas”. “Existía la calle ancha, así se llamaba a la avenida 3 de Abril. Esta era de tierra y tenía la separación central y hasta hoy vemos como llegó a transformarse en un acceso tan importante”.
En 1910 es el momento en que las plazas, se parquizan a lo europeo “ya que siguen el trazado de jardines (típico de los franceses) con espacios a los cuales podía deleitarse la sociedad, se hacia con ese pensamiento”.
El tiempo siguió corriendo y se llega hasta hoy, fecha en la cual la arquitecta Silvina Lopez, describe la capital como una ciudad que no tiene una característica definida y dice: “Hay de todo un poco: tenemos el casco histórico, el barrio Astrada que tiene un lenguaje arquitectónico diferente, tenemos cambios en los barrios residenciales que se establecieron alrededor del campus universitario, hay muchas zonas en proceso de transformación como el caso del barrio Santa Catalina, hay áreas mucho mas dinámicas que otras, hay barrios con mucho desarrollo de edificios y avances como la Costanera sur que incorporó en su entorno nuevos bares. Y cambió mucho desde que se hizo, hace poco tiempo, la conexión con Teniente Ibañes.”
Surcada por ríos El río de Corrientes, brinda un paisaje natural a sólo unos pasos del centro. Alrededor del río Paraná se entretejió la avenida costanera, definida por el historiador como “la más bonita de la región, por su amplitud y cohesión con la naturaleza. No hay que olvidar que es la más antigua del nordeste; y es interesante porque respeta la línea topográfica de la costa, por eso tiene tantas curvas. Comienza a construirse en 1920 por un subsidio del senador Juan Ramón Vidal y se termina para 1934, por eso se llamaba Juan Ramón Vidal, que después le sacaron y le pusieron general San Martín. Si bien ahora tenemos una parte nueva, la costanera vieja tiene un encanto por el estilo en que está construida y la solidez, eso que aguantó inundaciones”.
La arquitecta Silvina Lopez agregó al respecto: “Corrientes siempre convivió con la majestuosidad del río y eso debemos valorarlo. Hay muchas ciudades rivereñas, pero no todas tenían la costanera que nosotros tenemos. Además con la incorporación de la parte Sur, ganó mucha actividad; ahora se realizan torneos y campeonatos que antes no se hacían a grandes escalas como ahora. Asimismo, generó el fenómeno de ser un gusto compartido Chaco y Corrientes.”
Además la ciudad en el período colonial estuvo surcada por arroyos, al respecto Romero agregó: "el río pasaba desde calle Tucumán, Poncho Verde y continuaba hasta avenida Artigas. Esto impidió que la ciudad crezca, pero a fines del siglo XIX se realizaron obras de canalizaciones. Si prestamos atención veremos que hay todo un arroyo entubado que sale finalmente en el Parque Mitre si miras el río debajo del casino sale un gran tubo. Por eso el mito de los tuneles pero no es tan creíble”.
Cambios en la arquitectura En sus comienzos las construcciones tenían algunas características en común. “Se edificaban con amplias galerías en su exterior y tejas de dos aguas. Se ideaba de esta forma por cuestiones del clima para guarnecerse de la lluvia o del fuerte y abrazador verano con su fuerte sol”. Sin embargo los arquitectos coinciden en que estas galerías también evidenciaban un aspecto social ya que las casas de mayor jerarquía tenían corredores más interesantes.
Desde 1810 el panorama arquitectónico comienza a cambiar, “el cambio se consolida hasta 1860. Fecha en que hubo todo un desarrollo fluvial en los puertos de Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos, comienzan a tener más actividad comercial lo cual genera riqueza”. Esta transformación financiera y mercantil se hace visible en ciertos avances tecnológicos como la cal, el ladrillo cocido y el hierro. El estilo mismo de las moradas y monumentos comienza a tomar un tinte italiano, “la Casa Pelegrini, Casa Lagraña, Casa Ferro son ejemplos vivos de que la ciudad, para ese entonces, adopta una nueva estética” especificó Romero. El Historiador al respecto agrega: “Es una oleada que se produce con el renacimiento neoclásico, y que repercute en las primeras casas con idea de orden y equilibrio”.
En este período desde 1880 aparecen las primeras escuelas como Belgrano, Sarmiento; y los primeros edificios públicos, como Casa de Gobierno con obra de mano refinada”. Pero cuando el intendente Rambayón ordena la demolición de todas las fachadas que sobresalían a la calle, las casas que salieron de esa línea perdieron su corredor y de paso modificaron su frente a neo clásica o neo italiana, lo que generó por ejemplo que Casa Martinez tenga una fachada italiana pero en su interiar sea hispánica.
Con el paso del tiempo se mantuvieron estas características pero en el siglo XX, el estilo se afrancesa.  “Por ejemplo con la construcción de la alcaldía que tiene la jefatura de policía que posee los techos en mensarda para que la nieve escurra, o la estación de tren del trensito económico sobre plaza martinez.”
Primeras torres Aunque hoy no parezca, la iglesia de la Merced tuvo la primera torre de gran altura. El historiador detalló: “La iglesia La Merced se la terminó de reconstruir en 1905, con una torre que fue lo mas alto y bonito que tuvo la ciudad. Una torre de 40 picos de altura, que era el referente de la ciudad, pero que hoy está superada por los edificios céntricos”.
Años después en la segunda mitad de 1950 se construyen los edificios en altura, entre ellos el de la lotería; “luego el Antares, que es de gran altura, el Correo inspirado en un arquitecto francés, que tiene una gran calidad en cuanto a construcción y elementos decorativos con mucho valor arquitectónico”.
A medida que crece la ciudad, se hacen más edificios “algunos con no tan buena calidad de materiales, porque se hacen muchas torres algunas endebles en su material, cuanto puede durar.Calidad tampoco es la misma que de los otros edificios de altura.”
La ciudad de hoy Gabriel Romero opina que dentro de Corrientes conviven diferentes momentos históricos y define que: “La clave está en no haber respetado las ordenanzas históricas y por esa razón superpusimos una ciudad a otra, por un lado es histórica y por otro moderna y contemporánea. Pero es contraproducente hay que aprender a mantener lo que se ganó”.
Por otra parte, el crecimiento poblacional y urbano es una característica de los últimos tiempos. “Con los años sigue creciendo, pero no debería crecer más porque no hay sustento para tanta cantidad de personas. Vivimos en una ciudad superpoblada, entonces llega un momento que todo colapsa: los desagües, el tránsito, la energía. De igual modo hay una gran concentración en el centro. Por eso considero que una política sería que se desarrolle fuentes de trabajo en el interior, por ejemplo en pueblos cercanos y que la gente del lugar pueda ir a esas zonas menos pobladas” advirtió Federico Azchoaga.
Como contraparte, la arquitecta Silvina Lopez  opinó que “las áreas de crecimiento se encuentran atomizadas fuera de la ciudad. Por ejemplo el predio Santa Catalina, el Perichón, Santa Ana e inclusive Riachuelo son las zonas donde más están creciendo las áreas residenciales con los planes de Procrear. Creo que esto sucede porque es muy caro el suelo dentro de la ciudad y en el microcentro ni hablemos. Esto se visibiliza si se analizan los datos poblacionales, entre el centro 2001 y 2010, ya que no hubo un gran crecimiento demográfico.”
En definitiva en estos 427 años conviven dentro de un mismo casco urbano, diferentes momentos históricos y culturales que evolucionaron y se dejan entrever en la arquitectura, de aquellas casas que preservan su fisonomía.
Los barrios, por otra parte, evolucionaron alrededor del centro y acorde a las políticas habitacionales que se insertaron en los diferentes momentos políticos. TOMADO DE EL LITORAL DE CTES AR 

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