RIESGO AMBIENTAL | La
laguna Alalay, la última en la ciudad con una importante diversidad de aves, soporta
nuevamente el ingreso de una gran cantidad de aguas servidas, residuos
industriales y escombros. A ello se suma el avance de los comodatos, Por
Violeta Soria – foto Aves Un grupo de garzas busca alimento
sobre un cúmulo de
macrófitas convertidas en abono, en el sector norte de la laguna Alalay. - Noé
Portugal Los Tiempos
Urgen acciones inmediatas para frenar avasallamientos Alalay,
considerada una de las últimas lagunas urbanas que alberga una importante
diversidad de aves, soporta nuevamente el ingreso de aguas servidas y basura. A
ello se suma la falta de control y avance de los comodatos que reducen cada vez
más el espacio de anidación y reproducción de gaviotas y otras especies. Otro
impacto es la disminución del área de inundación, sobre todo, si se toma en
cuenta que la laguna se habilitó para evitar que la ciudad se inunde, cuando el
río Rocha se desbordaba. Uno de los primeros efectos de la contaminación es la
“eutrofización” de la laguna por la excesiva presencia de nutrientes. El
fenómeno que a la larga altera el proceso de la fotosíntesis de las plantas
acuáticas provoca un aumento de la biomasa y disminuye la biodiversidad. La
directora del Centro de Aguas y Saneamiento Ambiental (CASA) de la Facultad de
Tecnología de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Ana María Romero,
informó que la laguna está “altamente eutrofizada” con niveles elevados de
nutrientes, debido a que recibe aguas domésticas e industriales provenientes de
tres fuentes: el río Rocha, canales de desagües pluviales y rebalses de
alcantarillado. Los últimos análisis del agua de la laguna, realizados por
CASA, establecieron un “exceso de nutrientes” con elevados niveles de nitrógeno
con 1,39 miligramos por litro y de fósforo con 6,2. Los indicadores no deberían
superar el 0,1. El aumento de nutrientes incide en la proliferación de
macrófitas (algas) que cubren la laguna hasta formar un manto verde que impide
el paso de los rayos del sol y con ello la fotosíntesis. Una consecuencia es la
falta de oxígeno (anoxia). Romero explicó que esto genera la mortandad de peces
y la proliferación de algas. El agua de la laguna también tiene metales pesados
como plomo, cadmio y zinc, provenientes de los residuos de las industrias de
jeans y surtidores. A esto se añade la contaminación microbiológica con
bacterias y parásitos a consecuencia del agua de “pésima calidad”. Otro de los
efectos es la emisión de gas metano o nitrógeno amoniacal. Otro atentado
ambiental proviene de los rebalses del alcantarillado de Semapa. El coordinador
del Comité de Recuperación, Mejoramiento y Protección de la Laguna Alalay
(Crempla), Erick Martínez, señaló que según los informes oficiales de Semapa
“no existen” rebalses, sin embargo, las fugas son visibles. A ello se suma que
más de 50 fábricas, restaurantes y gasolineras desvían sus aguas. Hay 12 comodatos El coordinador del
Crempla informó que además de la contaminación con aguas servidas, basura y
escombros, otra amenaza para el espejo de agua son los comodatos. La Alcaldía
otorgó 12 concesiones que ocupan más de 100.000 metros cuadrados. En la mayoría
de los casos se trata de actividades deportivas que incumplen las restricciones
al realizar construcciones, echar escombros, organizar espectáculos, habilitar
parqueos y no alcanzar las metas de forestación. El Consejo Departamental de
Medio Ambiente Cochabamba (Codema) solicitó el cumplimiento de la normativa
ambiental y acciones para regular los comodatos que ya se han vencido, sobre
todo en el lado este, considerado el más importante por ser un área de
reproducción y anidación de aves, según la zonificación de la laguna Alalay. En
un recorrido realizado por este medio se observó que hay varios sectores que se
están rellenando con escombros para elevar las canchas hasta en 1,50 metros y
sellar el terreno sin medir el impacto en la reducción del sitio de inundación.
En el comodato que ya fue revertido del Club Aurora se encontró escombros y
basura. En tanto que el césped se riega con aguas servidas de la poza de
sedimentación, que en época de lluvia canaliza el agua del río Rocha. La
responsable de la Dirección de la Madre Tierra de la Alcaldía, Ana María Bayro,
señaló que el municipio realiza la limpieza, reforestación y cuidado. En el POA
2015 se asignó 11,8 millones de bolivianos. 200 especies de aves ante el riesgo de perder su hábitat El
biólogo y ornitólogo José Antonio Balderrama informó que la contaminación de la
laguna afecta a casi 200 especies de aves que habitan en Alalay. Esta presencia
de biodiversidad hace que el espejo de agua sea uno de las más diversos del
país. Explicó que el 80 por ciento son nativas y el restante visitantes que
llegan de Canadá, Norteamérica (boreales) y Sudamérica (australes). Entre las
visitantes se encuentran los playeritos y el pato picazo (Nettapeposaca). En
tanto que entre las nativas están la gaviota andina (Chroicocephalusandinus),
ibis puneño, garcita bueyera (Bubulcus ibis) y chok’as (Fulicaardesiaca). El
pato medialuna (Anasdiscors) o pato de alas azules solía llegar de
Norteamérica. Se caracteriza por tener un cuerpo oscuro con punteados negros en
el pecho y una medialuna blanca en la cara. La especie más común es la garcita
nivea (Egrettathula). Balderrama señaló que los comodatos y la contaminación
acústica que generan ocasionaron la pérdida de áreas de anidación, sobre todo
en la zona este de la laguna. Además, de la escasez de alimento por la invasión
de playas. La contaminación también disminuyó la presencia de peces. A la fecha
se cuenta con cuatro especies: dos introducidas como la carpa y el pez zapato;
y, dos nativas como el platincho y la gambusia. El biólogo explicó que en el
pasado la laguna llegaba hasta lo que hoy es la avenida del Circuito Bolivia.
Entonces existían variedades como la rana verde (Hypsiboasandinus) y el sapo
espinoso (Bufo spinulosus). CREMPLA TRABAJA EN MEDIO DE LIMITACIONES
La principal instancia a cargo de la protección de la laguna
Alalay, el Comité de Recuperación, Mejoramiento y Preservación de la Laguna
Alalay (Crempla), aún no cuenta con instalaciones propias para trabajar. A
pesar de sus limitaciones ha emprendido una labor técnica y operativa. El
Crempla se creó a través de la Ley 3745 de 24 de septiembre de 2007. Entre sus
tareas está la elaboración y desarrollo de un Plan Inmediato y a Largo Plazo de
Recuperación, Mejoramiento y Preservación de la Laguna. El primero concluyó en
2013 y el segundo se inició en 2012. El comité está conformado por la Alcaldía,
Gobernación, UMSS, Semapa, Codema, Ministerio de Medio Ambiente y las OTB
circundantes. Alalay cuenta con 32 guardias ambientales sin equipamiento
suficiente para controlar un área de 317 hectáreas. La responsable de la
dirección de la Madre Tierra de la Alcaldía, Ana María Bayro, reconoció las
deficiencias. La contaminación de la laguna comenzó a agudizarse en los años
80’. A pesar de todos los esfuerzos para combatir los atentados ambientales
todavía no se logró atacar las principales fuentes de contaminación, como es el
ingreso de aguas servidas. Tampoco se han controlado los comodatos. Tomado de
los tiempos de Bolivia
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