IMPORTANCIA DE LA GESTIÓN AMBIENTAL EN LA CADENA DE VALOR
DEL SECTOR
PORCINO EN ARGENTINA
La gestión ambiental en las empresas porcinas desarrolla
potencialidades para los consumidores, dándole ventajas competitivas en el
mercado nacional e internacional.
Por: Rodolfo Oscar Braun (*)
La gestión ambiental es un conjunto de acciones que permiten
lograr la máxima racionalidad en el proceso de toma de decisión relativa a la
conservación, defensa, protección y mejora del ambiente, mediante una
coordinada información interdisciplinaria y la participación ciudadana.
Es un concepto que alcanza al desarrollo sostenible aplicado
a toda actividad que pueda afectar al medio ambiente. Aspectos cada vez más
exigentes que necesitan de numerosos requisitos legislativos porque están
condicionando la estructura económica de un país y sus relaciones
internacionales. Se conocen en el mundo la existencia demostrada de fuentes de
contaminación en los alimentos y de sus efectos, y la influencia clave de los
medios informativos en la imagen de las empresas y por lo tanto en su
competitividad, y la opinión decisiva de los consumidores y usuarios, cada vez
más informados y sensibilizados.
El indicador de logro de la gestión ambiental está dado por
las acciones concretas que se puedan ejecutar en el plano técnico y en la
validación del mejoramiento de la calidad de vida de la población. Para ello,
la gestión ambiental considera tres objetivos vinculados a los tiempos para los
cuales se aplican los instrumentos: futuro, presente y pasado. Por tanto se
pueden clasificar según los siguientes modelos: prevención de conflictos
ambientales futuros, corrección de conflictos ambientales presentes; y la
recuperación de procesos de deterioro ambiental ocurridos en el pasado.
El ordenamiento territorial es hoy un instrumento encaminado
a establecer pautas de uso de la tierra y orientar la distribución geográfica
de las actividades productivas sobre la base del reconocimiento de la vocación
natural de las diferentes regiones del territorio y de los factores que limitan
o condicionan su utilización por parte de la sociedad. Ahora, para realizar de
una manera lógica la planificación y el manejo ambiental de una empresa porcina
se requiere tener claridad y conocimiento con respecto a la naturaleza y a las
implicancias propias de la actividad y sobre las obligaciones y
responsabilidades de carácter ambiental que se derivan de su ejecución.
Las implicancias hacen referencia al impacto ambiental que
genera la actividad y las responsabilidades, a los compromisos de carácter
legal y normativo, como aquellos que voluntariamente los sectores productivos
han asumido. La crianza porcina familiar a campo tiene la principal ventaja de
garantizar la disponibilidad de proteína y grasa animal para la alimentación
popular a un costo relativamente bajo para sus propietarios, dado el bajo nivel
de insumos que caracteriza a este sistema de explotación. Sin embargo este tipo
de explotación de autoconsumo concede un enfoque y por tanto metas muy
limitadas a la producción con relación a la calidad.
No obstante, el predominio significativo del sector porcino
argentino bajo esas condiciones de crianza, tiene la desventaja de ocasionar
una gran vulnerabilidad sanitaria a la población porcina en general, debido a
ausencia de un enfoque sistémico de producción y desconocimiento de las Buenas
Prácticas de Producción y de medidas de bioseguridad en el sector porcino,
menor vigilancia epizootiológica por la dispersión del sector, tanto en áreas
rurales como urbanas, desconocimiento de la población real existente, con
afectación del alcance objetivo de la vacunación en programas de control
específicos, ausencia de trazabilidad de la producción, fallas en la cadena de frío
para garantizar la conservación de los productos hasta su aplicación final, y
por consiguiente su efectividad, deficiente estado general de los animales por
la no disponibilidad de alimentos en cantidad y calidad necesarias, lo que
repercute negativamente en los mecanismos de resistencia inespecífica de los
animales, riesgo creciente de introducción de enfermedades a través de la
alimentación con residuos alimenticios, falta de capacitación en principios
elementales de higiene productiva, riesgo creciente de diseminación de
enfermedades hacia los sistemas de explotación intensiva industrial a través de
los trabajadores con crianzas familiares propias, riesgo creciente de difusión
de enfermedades por deficiencias en el control del traslado de los animales,
deficiente control sanitario por complejas redes de comercialización de cerdos,
sus carnes y derivados. Carencia de definición de especificaciones y requisitos
de calidad que deben cumplir los productos, insuficiente conocimiento de los
propietarios acerca de las enfermedades que afectan a los cerdos. Deficientes
mecanismos de control y evaluación para detección de desviaciones.
Por el contrario, las tecnologías para la crianza porcina
especializada exigen, además de elevados insumos para su explotación eficiente,
la aplicación de rigurosos sistemas de gestión donde la bioseguridad sea un
proceso crítico que garantice la protección sanitaria de las piaras, el hombre
y el medio, incluyendo la aplicación de programas efectivos de control contra
enfermedades específicas en ellos presentes. Sin embargo, las condiciones
económicas existentes, la ausencia de una cultura de la calidad y las
indisciplinas tecnológicas que aún subsisten, comprometen seriamente la
efectividad de nuestros sistemas de explotación productivos o industrial, sean
sus propósitos genéticos o comerciales, tanto en el sector empresarial como en
otros estatales.
Entre las principales dificultades se encuentran las
siguientes: deficiencias constructivas en el estado físico de las instalaciones
que atentan contra las condiciones higiénico-sanitarias de la crianza porcina y
el bienestar animal en general como: incorrecta ubicación de depósitos de
alimentos, filtros sanitarios inoperantes, sistemas inadecuados de disposición
de residuales de efluentes y mal estado de cercos, techos, pisos, comederos y
bebederos; insuficientes insumos para garantizar óptimamente los sistemas
integrales de bioseguridad (alimentos, agua, medicamentos, productos, cadena de
frío, instrumental veterinario, desinfectantes, insecticidas, rodenticidas,
ropa y calzado sanitario), escaso desarrollo tecnológico e insuficientes
insumos en la infraestructura técnico-industrial para garantizar el control
sanitario de todo el flujo productivo y la calidad sanitaria del producto final
en laboratorios de diagnóstico veterinario, mataderos y procesadoras. La norma
ISO 14000 es una norma internacionalmente aceptada que expresa cómo establecer
un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) efectivo.
La norma está diseñada para conseguir un equilibrio entre el
mantenimiento de la rentabilidad y la reducción de los impactos en el ambiente
y, con el apoyo de las organizaciones, es posible alcanzar ambos objetivos. La
norma ISO 14000 va enfocada a cualquier organización, de cualquier tamaño o
sector, que esté buscando reducir los impactos en el ambiente y cumplir con la
legislación en materia
ambiental tanto si supone aumentar su participación en el
mercado, reducir los costos, gestionar los riesgos con mayor eficacia como
mejorar la satisfacción de los clientes. Un sistema de gestión de la calidad
proporciona el marco necesario para supervisar y mejorar el rendimiento de
cualquier área que se elija.
La ISO 22000 es una norma enfocada en la Gestión de la
Inocuidad de los alimentos, esta norma define y especifica los requerimientos
para desarrollar e implementar un sistema de Gestión de Inocuidad de los
alimentos, con el fin de lograr un armonización internacional que permita una
mejora de la seguridad alimentaria durante el transcurso de toda la cadena de suministro.
La ISO 26000 es una guía que establece líneas en materia de Responsabilidad
Social establecidas por la Organización Internacional para la Estandarización.
Todas las organizaciones, independientemente de su tamaño o
sector, están expuestas a una serie de amenazas que las hacen vulnerables y
pueden entorpecer la correcta consecución de los objetivos establecidos, como
pueden ser accidentes operacionales, enfermedades, incendios u otras
catástrofes naturales. La gestión integral de riesgos ha ganado impulso en los
últimos años, dando lugar a la creación de diversos modelos de gestión de
riesgos, entre ellos la norma ISO 31000. En nuestras latitudes, el sector
porcino nacional en la actualidad se vincula con una alta
proporción de faena clandestina e informalidad del sector,
todavía. La falta de salas de faena cercanas a las zonas de producción induce
principalmente a los pequeños productores, que no pueden afrontar los costos
del flete, a comercializar sus productos sin los certificados sanitarios correspondientes.
Esto a su vez los condena a operar dentro del mercado informal. La falta de una
faena certificada representa un serio obstáculo para el logro de estándares
mínimos de calidad que exigen los compradores.
Esto limita el crecimiento en volumen ya que no pueden
desarrollar una marca y acceder a mercados formales. El brote de gripe porcina
en su momento no hizo más que agravar la situación ya que motivó a los
organismos de control sanitario a reforzar los controles. De allí la
importancia de resolver de manera integral el cuello de botella existente en
este eslabón de la cadena.
Los Japoneses consideran que el aseguramiento de la calidad
tal como lo contempla ISO, fue uno de los peldaños que la industria nipona
debió reconocer para llegar al status de competitividad que ahora ostenta.
En Argentina, el Frigorífico Paladini S.A. posee una clara
preocupación por el cuidado del medio ambiente que manifiesta a través de su
accionar diario. Es la única empresa del rubro que ha certificado su Sistema de
Gestión Ambiental bajo la Norma ISO 14001:2004. Adoptaron esta norma
internacional como guía para establecer un sistema de gestión ambiental, el
cual está certificado en toda la planta industrial de Villa Gobernador Gálvez.
El directorio de Frigorífico Paladini S.A., se propone
prevenir la contaminación ambiental, proteger los recursos y el ambiente
natural promoviendo el desarrollo sustentable dentro del alcance de su sistema
de gestión ambiental. Para ello establecieron objetivos y metas ambientales
apropiados a la organización, procurando una mejora continua en nuestro
desempeño ambiental. Cumplir con la legislación ambiental vigente, así como con
otros requisitos que la organización suscriba.
Promover el uso eficiente de los recursos naturales y
prevenir la contaminación del medio ambiente. Capacitar al personal respecto
del cuidado responsable del medio ambiente y evaluar
periódicamente el cumplimiento de esta política. Asimismo
con la construcción de una planta de tratamiento de efluentes se alcanza una
purificación integral de los líquidos residuales, a fin de adecuar su vuelco al
Río Paraná y a los requerimientos de salubridad comunitaria. En este sentido la
Argentina debe agendar tanto en la producción como en la industrialización,
estos temas, orientando sus sistemas productivos a las demandas de mercados
cada vez más exigentes.
En las últimas décadas la agroindustria argentina en su
conjunto, estuvo aislada de estos profundos cambios y pocas empresas
desarrollaron estrategias ajustadas a determinados segmentos del mercado. Se
puede revertir la situación y construir modelos productivos sustentables desde
una visión dirigida a cambiar actitudes frente al nuevo escenario de producción
y comercialización de los nuevos mercados regionales e internacionales.
Un primer elemento es el diseño de estrategias para el
crecimiento del sector y políticas sectoriales con una visión a largo plazo,
que integre un proyecto nacional competitivo, que involucre suficiente
formación de líderes en el sector privado, importancia de la actividad
exportadora para agregar valor a la ganadería nacional y actitudes dinámicas de
los actores del sector. No obstante, existen en nuestro país y también en el
mundo nuevos enfoques que gobiernan la demanda y que en cierto modo afectan la
producción.
Las preocupaciones de los consumidores del mercado externo e
interno en el campo de la salud, el bienestar animal y el impacto ambiental son
objeto de nuevas regulaciones para los sectores productivos en algunos países y
ponen nuevas condiciones al comercio internacional. El etiquetado y la
trazabilidad son una parte de las respuestas a estas exigencias de los
consumidores. Otras tienen que ver en materia de servicios incorporados a los
alimentos, tales como pre-cocción, empaque. Estas innovaciones son el resultado
de la investigación y el desarrollo para ajustar la oferta a la preferencia de
determinados consumidores.
En cuanto a la sustentabilidad ambiental la producción de
cerdos bajo condiciones de crianza intensiva al aire libre es de reducido
impacto ambiental. Sin embargo, la tendencia creciente a la concentración de la
producción en grandes unidades de confinamiento, tal como ha ocurrido en muchas
partes del mundo, puede llegar a generar en el futuro, problemas de
contaminación si no se toman los recaudos necesarios para realizar un correcto
manejo de los efluentes. Hoy, hay un cambio
de paradigma encaminándose hacia una Porcicultura Moderna,
con conceptos de Gestión y Organización, donde las variables micro que hacen
eficiente la producción (la aplicación de tecnología, la mejora genética, los
procedimientos estandarizados) serán complementadas con variables macro como lo
son las formas de organización y cooperación que permitan alcanzar alta
especialización y nuevos modelos organizacionales. Para esto se necesita
legislación ambiental ad-hoc.
La mayoría de las normativas vigentes provienen de otras
especies y no consideran el alto valor potencial que implican los efluentes,
para ser aplicados como fertilizante orgánico. A partir de los efluentes
porcinos se pueden aplicar modelos de tratamientos que reduzcan el impacto
ambiental por captura de gases efecto invernadero, generar energía eléctrica y
térmica y aplicar los líquidos tratados en cultivos agrícolas reemplazando
fertilizantes sintéticos. No hay futuro de mercados externos si no incluimos en
los procesos productivos, comerciales e industriales proyectos de gestión
ambiental. El mundo consumidor exige alimentos obtenidos en circuitos que
cuiden el ambiente además de calidad e inocuidad alimentaria.
(*) Dr. En Ciencias Agropecuarias Msc. En Salud y Producción
Porcina Docente Investigador de la UNLPam
Fuente: CIAP – tomado de envio de pregon agropecuario de ar
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