El Arsénico: Uno de
los mayores pasivos ambientales de Chile
La fuerte expansión de emprendimientos mineros ubicados en
las regiones centrales de Chile está incrementando el riesgo de exponer a las
zonas más densamente pobladas del país ante este contaminante.
Por Patricio Rodrigo. Director Ejecutivo en Corporacion
Chile Ambiente
Hace un tiempo la opinión pública fue impactada por el
anuncio respecto a los niveles de arsénico encontrados en la población de Valle
Grande, Comuna de Lampa, los cuales superan con creces las normas establecidas.
Algo que era propio del Norte Grande, hoy está a las puertas de Santiago sin
que exista conciencia de la ciudadanía sobre el tema y menos una política
pública para dar solución al problema
El arsénico es un elemento natural ampliamente distribuido
en la corteza terrestre. Este elemento puede entrar al agua a través de
efluentes de lluvia o en el agua que se infiltra a través del suelo. La
Organización mundial de la salud (OMS) establece niveles estándares de
exposición máxima a este agente contaminante recogido a partir de numerosas
investigaciones.
La actividad minera representa una de las principales
actividades comerciales y laborales del país. Personas de todo el país
van a trabajar a en las empresas mineras debido a los niveles de renta que
obtienen de dicho trabajo. Sin embargo esta industria emite residuos de
material estéril rico en arsénico y otros minerales, lo que afecta tanto al
medio ambiente como a los trabajadores y residentes de las zonas mineras.
Este elemento ataca sin distinción a casi todos los órganos
del cuerpo humano, bloqueando las reacciones enzimáticas de amplia distribución.
Las principales enfermedades producidas al tener contacto con este agente
contaminante tienen relación con la piel. El arsénico puede provocar cáncer en
la piel y pulmón, que son causados por la inhalación del mineral y una
exposición crónica. Mientras más pequeñas sean las partículas, mayor será el
daño que producirán en las vías nasales, tendrán una mayor accesibilidad al
organismo, y su proceso de fusión con el organismo será más rápido que el de
una partícula más grande. También se han registrado casos de cáncer a la
vejiga, hígado y riñón. Las enfermedades de un perfil más grave producidas por
el contacto al arsénico son de carácter crónico, ósea que sus secuelas se
producen por una relación cotidiana entre personas y el agente contaminante, por
lo que los efectos nocivos se dan con la gente que vive o tiene constante
relación con el material.
Debido a la magnitud de los efectos sobre la salud humana,
la US Environmental Protection Agency(EPA) ha establecido límites
para la cantidad de arsénico que las industrias pueden liberar al ambiente y ha
restringido o cancelado muchos de los usos del arsénico en plaguicidas. La EPA
ha establecido un límite de 0.01 parte por millón (ppm) para arsénico en el
agua potable.
Por su parte la Administración de Salud y Seguridad
Ocupacional (OSHA) ha establecido un límite de exposición permisible para
arsénico en el aire del trabajo de 10 microgramos de arsénico por metro cúbico
de aire (10 µg/m3) durante una jornada de 8 horas diarias, 40 horas semanales.
Actualmente en Chile no existe una adecuada plataforma de
información sobre las líneas de base respecto al arsénico, su localización,
concentraciones, acumulación de residuos, entre otros, son datos difíciles de
obtener. Hoy son más las interrogantes que respuestas las que se encuentra en
las políticas y la institucionalidad pública respecto al tema. Es más, se ha
eludido sistemáticamente de priorizarlo en la política y legislación ambiental.
Quedó claro este lineamiento luego de la prematura eliminación en 1994 de la
norma de calidad ambiental de arsénico aprobada en 1993, que el presidente Frei
derogó para estudiarla con mayor profundidad, estudios que al parecer aún
continúan después de casi 20 años.
Resulta contradictorio que uno de los países que seguramente
acumula la mayor cantidad de desechos de arsénico del mundo, no tenga una
política pública al respecto. En especial si se considera que este aumento esta
asociado a la producción de cobre, tanto por el aumento de producción total del
mineral, como por el aumento en los niveles de arsénico en las rocas donde se
trabaja.
También constituye un abandono de deberes por parte del
Estado que no se sepa y no se informe sobre las amenazas y precauciones que
debe tener la ciudadanía, como también sobre los lugares de acumulación de
residuos peligrosos de arsénico, los cuales pueden afectar a la población y los
acuíferos subterráneos.
Vías de acceso a la persona y efectos en la salud
La vía alimenticia es una de las principales vías de
propagación de enfermedades relacionadas al consumo del arsénico. El riesgo
está presente al consumir alimentos como los mariscos, arroz, rábanos, lechuga,
champiñones, verduras, y vino. Hay alimentos que también contienen un
porcentaje de arsénico en su estructura, pero al ser cantidades pequeñas y su
consumo ocasional, el riesgo de enfermarse a causa de ellos bajo. Cabe destacar
que al estar en contacto con este agente contaminante por vía alimenticia, el
contagio no es inmediato, es decir, es cronológico. Depende mucho del
porcentaje del mineral que contenga el alimento, pero de todas formas es un
contagio que se arrastra a través del tiempo.
El agua es un elemento de vital importancia en nuestras
vidas. Muchas ciudades del norte de Chile como Calama, Arica, Iquique y
Antofagasta, tienen gran porcentaje de su recursos hídricos contaminados por
arsénico. Por ello, en muchos casos, la gente opta por consumir agua envasada
para evitar cualquier tipo de contaminación. Es tal el nivel de presencia del
metaloide en el agua nortina, que en algunas localidades es posible apreciarlo
a simple vista al depositar agua en un vaso. La contaminación por vía hídrica,
es una de las que más afecta a la gente que reside en el norte de Chile, esto
porque las fuentes, desde donde se abastecen las empresas de distribución para
la población, naturalmente presentan niveles elevados. A causa de esto deben
someter el agua a procesos de purificación.
La vía aérea del arsénico en niveles más altos de lo normal
por lo general ocurre en lugares de trabajo que están cercanos a depósitos de
desechos que contienen este mineral o cuando interactúan con el metaloide
directamente como en la minería. En estos casos la propagación del elemento es
más expedita y el grado de afección depende mucho del tamaño de los residuos.
Mientras más pequeñas sean las partículas, será más fácil que estas ingresen al
organismo, lo que puede llegar a ser fatal. En otros casos la contaminación por
vía aérea puede producir el aparecimiento de callos, verrugas en las palmas de
las manos y pies y problemas a la garganta. La vía respiratoria es la forma más
fácil de contagio.
La vía de contacto directo está muy ligada a la
respiratoria, porque por lo general quienes en su trabajo tienen un contacto
directo de manipulación con este elemento son más propensos a contraer un
cáncer o problemas de salud por lo general a la piel. La exposición por
contacto directo está presente mayoritariamente en los lugares de trabajos por
lo que al trabajar en un ambiente expuesto se hacen vitales medidas de
protección preventivas como mascarillas guantes y trajes, reguladas por
normativas de la seguridad del trabajo y salud.
Según los especialistas las enfermedades neurológicas
principales que puede ocasionar el arsénico son: neuropatía periférica, también
hay casos en los que una exposición mayor produce una encefalopatía, que se
caracteriza también por adormecimientos cerebrales, calambres musculares,
sensibilidad muscular y sudoración en las extremidades, lo que si no es tratado
a tiempo, puede desembocar en enfermedades más graves como tumores e infartos
cerebro vasculares.
Los efectos dérmicos, comienzan con una pigmentación de la
piel. Una queratosis benigna se puede transformar en una queratosis maligna,
desembocando en una hipermentacion y cáncer de piel, hiperqueratosis que puede
presentarse en cualquier parte del cuerpo, por ejemplo: en axilas, ingle,
cuello, parpados, pezones y sienes.
Los efectos respiratorios son lesiones inflamatorias y
erosivas en la mucosa respiratoria, las cuales podrían llegar a provocar una
perforación en el tabique nasal. El cáncer al pulmón frecuentemente se produce
por una exposición al arsénico en trabajadores de fundiciones y ciudades
mineras. Estas enfermedades por lo general afectan el sistema hematopéyico.
En efectos reproductivos se destacan los abortos
espontáneos, malformaciones genéticas y daño cognitivo. Estos efectos son
irreversibles, ya que un lactante que nace con una malformación, siempre tendrá
secuelas adversas, aunque se someta a tratamientos y terapias, su recuperación
jamás será completa, es decir, su padecimiento será de por vida.
La Situación del Norte y de la Zona Central de Chile
La contaminación por arsénico es un problema que afecta a la
zona norte de nuestro país desde hace décadas por dos razones. En primer lugar
la zona es naturalmente elevada en niveles de arsénico, encontrándose en el
aire, agua y suelos. Esta contaminación natural afectó, por ejemplo, a la
ciudad de Antofagasta y sus alrededores entre los años 1958 y 1970, periodo
durante el cual se utilizaron ríos que se originaban en la cordillera de los
andes para el suministro de agua potable de la zona y que naturalmente
presentaban altos niveles de concentración de arsénico, enriquecidos además por
las emisiones mineras. Durante este período los habitantes de la zona
consumieron diariamente agua con 870 microgramos de arsénico por litro, medida
que sobrepasa casi 90 veces el estándar que permite la (OMS) de 10 microgramos
por litro.
Posteriormente las autoridades de la región corrigieron el error
instalando una planta de tratamiento contra arsénico, sin embargo estos años de
exposición tuvieron como consecuencia que la mortalidad por cáncer de pulmón
fuera 3 veces superior que en un área libre de contaminación, como también
elevadas cifras de personas con cáncer estomacal y de vejiga. El periodo de
riesgo se ha extendido ya por más de 20 años incluso después de comenzar a
tratar el agua contra este elemento nocivo.
Es esta zona y sus proyectos de gran y mediana minería, la
que aporta gran parte del cobre que se produce en el mundo. Sin embargo la
industria del cobre utiliza la técnica de fundiciones para la obtención de casi
el 90 por ciento del total del cobre de la zona. Esta manera de extracción es
un proceso altamente contaminante produciendo emisiones de material particulado
y arsénico en las etapas de fusión y conversión, aportando así grandes niveles
de contaminación al medio ambiente, particularmente al aire y el agua.
Esta contaminación emanada por la industria minera recae
sobre la población local afectando su salud y aumentando peligrosamente el
riesgo de padecer alguna de las enfermedades producidas por el contacto
permanente con el arsénico.
La fuerte expansión de minas ubicadas en las regiones de
Valparaíso, Metropolitana de Santiago y del Libertador Bernardo O’Higgins, sin
duda está incrementando los riesgos de que la contaminación de arsénico llegue
a las zonas más densamente pobladas del país. La aparición del arsénico en al
agua potable obtenida de pozos profundos en Lampa, es un indicador que sugiere
que los tranque de relave ubicados en la Región Metropolitana de Santiago están
lixiviando el arsénico a las napas freáticas que abastecen a la población y al
regadío.
¿Qué debe hacer Chile para enfrentar el problema del
Arsénico?
Lo primero que debería hacer el país con el tema del
arsénico, es transparentarlo al máximo. Por proteger la imagen de la industria
minera no podemos hacernos los desentendidos ante un problema que requiere a la
brevedad una estrategia clara para enfrentarlo.
Las miles de toneladas de arsénico liberadas por la
actividad minera en varias regiones del país, constituyen una amenaza
permanente para la salud de la población, la que debe esta informada de la
situación y de las medidas que debe tomar. Desde las personas expuestas en
zonas saturadas, hasta los habitantes en la cercanía de depósitos y relaves con
arsénico, tienen el derecho a conocer lo que pasa con este contaminante en su
medio ambiente.
Tampoco es serio que un país minero con los volúmenes de
cobre exportado, aún no tengamos norma de calidad de arsénico. Algunos
elementos básicos para los objetivos de una política nacional del arsénico son:
1- Transparencia: Dar a conocer las líneas de
base del arsénico a nivel nacional y distinguir cuando se trata de
contaminación natural y cuando esta se ve incrementada por la acción del ser
humano.
2- Responsabilidad: Quienes producen los agentes
contaminantes deben ser responsables del abatimiento y de los daños eventuales
que produzcan.
3- Educación: El pilar de toda política es educar a
la comunidad sobre el problema para que tome los resguardos necesarios.
4- Difusión y Cultura: El Estado tiene el deber
de informar a la población en general y contribuir a la formación de una
cultura nacional que sepa como coexistir con el arsénico.
5- Investigación: Si no se conocen los datos duros
del problema, no es posible elaborar una buena política pública, para lo cual
la investigación es imprescindible.
6- Prevención y control: Siempre es mejor
prevenir que curar, por consiguiente las empresas que administran riesgos por
el arsénico deben cumplir toda la normativa al respecto y además ser
fiscalizadas oportunamente por entidades competentes que dispongan de los
recursos para tal efecto.
7- Participación social: La comunidad debe
participar en las decisiones que se tomen sobre el tratamiento y disposición
del contaminante y poder ejercer acciones en defensa de su derecho
constitucional a vivir en un medio ambiente libre de contaminación.
8- Ordenamiento Territorial: Todos los
territorios del país, especialmente las zonas mineras, deben aplicar políticas
de ordenamiento territorial para garantizar que la ubicación de las zonas de
acumulación del tóxico elemento sean lo suficientemente seguras TOMADO DE EL
DESCONCIERTO SUGERIDO EN BOLETIN GAL
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