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TOMATE: DESCUBREN PROTEÍNA QUE DUPLICA RINDES
Investigadores argentinos y brasileños hallaron una proteína
que permite duplicar el índice de cosecha del cultivo, producir frutos más
pesados y en mayor cantidad. Un avance que permitirá aumentar la producción.
Científicos del INTA-CONICET y la Universidad de São Paulo
–Brasil– comprobaron que la proteína “Sugar Partition Affecting” (SPA) regula
el envío de azúcares desde las hojas a los frutos. De esta manera, su
modificación genera un aumento significativo de los rendimientos del cultivo de
tomate al producir frutos más pesados y en mayor cantidad. Este avance “abre
las puertas al desarrollo de nuevas estrategias para el aumento de la producción
de alimentos”, expresó Luisa Bermúdez, autora principal del trabajo que fue
publicado en conjunto entre el INTA y la Universidad de São Paulo.
Fernando Carrari, jefe del grupo de genómica estructural y
funcional de especies de Solanáceas del Instituto de Biotecnología del INTA
Castelar, señaló que este descubrimiento es “un aporte modesto al entendimiento
de la funcionalidad del genoma de esta especie ya que se trata de entender el
rol de un solo gen que, en términos agronómicos, pareciera tener una función
importante debido a que modifica parámetros productivos”. Según explicó
Bermúdez, luego de la fotosíntesis la cantidad de sacarosa que llega a los
frutos es regulada, entre otros mecanismos, por complejos proteicos en los que
participa la SPA y, “si bien hay muchos otros factores que afectan este
transporte, lo que vimos es que cuando alteramos los niveles de esta proteína
en tomate, ese pasaje se ve afectado”.
Al “silenciar a la proteína”, la eficiencia en la
exportación de azúcares desde las hojas hacia los frutos se duplica ya que, al
utilizar los mismos recursos por hectárea (fertilizantes, agroquímicos, riego,
etc.), su rendimiento aumenta considerablemente. De esta manera, cuando los
investigadores la “desactivaron” se dieron cuenta de que se desarrollaban mayor
cantidad de frutos que en las plantas donde estaba “activada”. Esta
funcionalidad –o falta de ella– podría ser de gran utilidad para los
productores que buscan incrementar cada vez más la eficiencia de los cultivos
mediante distintas estrategias relacionadas con el manejo del suelo, la
utilización de agroquímicos y las mejoras genéticas. Bermúdez destacó que estas
actividades, “al margen de aumentar la producción, alcanzan un punto en el que
la cantidad de insumos deja de ser limitante debido a que genéticamente estas
plantas están programadas para producir una determinada cantidad de frutos
Para Bermúdez esta investigación “abre las puertas al
desarrollo de nuevas estrategias para el aumento de la producción de
alimentos”.
El análisis funcional de los genomas, en combinación con
estrategias de ingeniería genética, busca identificar factores clave
relacionados con la calidad y el rendimiento. El objetivo es mejorar las
especies que se cultivan en la actualidad a partir de la alteración de sus
propios genes. Por lo que no son consideradas “transgénicas”. En este sentido,
sólo en el tomate se conocen hasta hoy cerca de 130 genes candidatos asociados
con caracteres de interés agronómico.
El equipo de trabajo argentino-brasilero se concentró en los
que estaban más relacionados con una mayor productividad y mejor calidad
nutricional. Asimismo, determinaron que el gen que produce la proteína SPA está
relacionado con otros procesos: cuánto carbono fijado por la planta se exporta
a los frutos y cuánto es utilizado en los tejidos fotosintéticos. De acuerdo
con Carrari, al grupo de trabajo le interesa estudiar los genes asociados a la
calidad de los frutos, sin embargo, “muchas veces aparecen resultados nuevos,
no esperados, que nos hacen re-pensar nuestras hipótesis”. Por lo cual, el
abordaje sistémico a los problemas culminan –o comienzan– con nuevas líneas de
trabajo.
El objetivo de la investigación es mejorar las especies que
se cultivan en la actualidad a partir de la alteración de sus propios genes.
Por lo que no son consideradas “transgénicas”.
Patente y futuro
En la actualidad, el equipo argentino-brasilero trabaja en
la generación de una patente que les permita probar la existencia y eficacia de
esta proteína en ensayos a campo. En este sentido, Bermúdez explicó que “lo
esperable” es que, en esas condiciones, las plantas se comporten de la misma
manera que lo hicieron en las pruebas de laboratorio debido a que la función de
la proteína no parece estar directamente relacionada con factores abióticos.
Una vez lograda la patente, que los resultados de la investigación podrían ser
utilizados en programas de mejoramiento. En este sentido, con la publicación
del trabajo en la revista “Plant Journal”, los investigadores dejaron abierta
la posibilidad para que otros equipos puedan observar cómo se comporta este gen
en otros cultivos de importancia agronómica con el fin de comprobar si tendría
el mismo efecto que en el tomate. Por último, la investigadora aclaró que, si
bien aún no se realizaron pruebas organolépticas sobre los frutos “observamos
que algunos contenidos de azúcares se modificaron, por lo cual esto podría
redundar en tomates con gusto diferencial”. Fuente: INTA Informa. TOMADO ENVIO
DE PREGON AGROPECUARIO
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