Sismos: la Argentina no está bien preparada para un gran
temblor
Expertos advierten que en las provincias donde existen
posibilidades reales de un terremoto de más de 7 grados, los servicios básicos
colapsarían durante meses, y que falta inversión y concientización
Por Pablo Mannino |
En Chile. En el último sismo que afectó a Iquique, las evacuaciones fueron
ordenadas y hubo pocas víctimas. Foto: Archivo
Más notas para entender este tema
Chile tomó nota de su historia de tragedias
"Se suele negar esta realidad"
MENDOZA.- Las provincias argentinas con alto riesgo sísmico
presentan serias deficiencias en infraestructura de servicios básicos para
enfrentar un terremoto de gran magnitud, como se vienen sucediendo en Chile,
más allá de las medidas de autoprotección que debería tomar la población, desde
ya indispensables.
Por las características geológicas de este lado de la
Cordillera y por la historia sísmica nacional, un grave movimiento telúrico
sería siempre inferior en graduación al hasta ahora mayor registrado en Chile,
de 8,2 grados Richter, que sacudió el martes la zona norte de ese país, aunque
no menos destructivo. Sin embargo, en diálogo con LA NACION, un grupo de
expertos en sismología explicaron que en las jurisdicciones con peligro ante un
gran remezón de la Tierra (Mendoza y San Juan, en primer lugar, y Salta, Jujuy,
el Centro-Oeste y el Noroeste, en segundo término) se podría producir un
episodio extremo cercano a los 7,5 grados, como sucedió en Mendoza el 20 de
marzo de 1861, que alcanzó los 7,2 grados en la escala de Richter, y que
destruyó vastas áreas de la ciudad. De hecho, por la historia sísmica de esta
zona del oeste argentino , la gran liberación de energía entre las placas
Sudamericana y de Nazca debería darse cada 100 años.
Hasta ahora, ha habido significativos movimientos, pero aún
se aguarda que se produzca un evento de gran escala, lo que podría significar
una catástrofe. Así, para los estudiosos del tema, de concretarse hoy un
terremoto de 7,5 en esta región sería grave por la poca profundidad de las
fallas geológicas, lo que impactaría de lleno en los servicios básicos, como
agua y electricidad.
La doctora en Ingeniería, Graciela Noemí Maldonado,
directora del Centro Regional de Desarrollos Tecnológicos para la Construcción,
Sismología y la Ingeniería Sísmica (Ceredetec), de la Universidad Tecnológica
Nacional (UTN), afirmó a LA NACION que las provincias afectadas afrontarían
serios inconvenientes de producirse un terremoto de gran magnitud y
superficial. "La infraestructura básica es un tema complejo ante un sismo.
Hace falta mayor inversión y financiamiento para lo que ha quedado obsoleto,
pero a la vez preocupa el desarrollo urbano que ha generado un aumento de
vulnerabilidad. Lo importante es que mientras mejor formada esté la población
el riesgo será menor. También tenemos que ser críticos, pero valorar todo el
aporte que se ha hecho", expresó Maldonado.
MÁS PREVENCIÓN
En esa dependencia se estudia con acelerómetros la capacidad
sísmica de las estructuras, para determinar el daño y la zona, lo que permite
actuar sobre lo acontecido. Sin embargo, la especialista ve necesario trabajar
más duro en la prevención, la concientización y en el ordenamiento territorial
para limitar el avance desmedido de la urbanización en zonas vulnerables.
Además, al producirse un gran sismo, se suma el peligro aluvional, volcánico y
la posibilidad de incendios.
Para el responsable del Instituto de Ciencias de la Tierra
de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), el ingeniero Jorge Barón, la
situación sería complicada si se genera un gran movimiento. "Si hablamos
de infraestructura, nos quedaríamos sin suministro de agua potable durante
meses, ya que las cañerías sufrirían importantes daños", advierte.
Mario Araujo, titular del Área Sismológica del Instituto
Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), con sede en San Juan, expresó a LA
NACION que "siempre va a faltar preparación para afrontar un terremoto
destructivo" y que la preocupación, ante un evento extremo, hoy está
puesta en los servicios básicos. "Podrían colapsar los sistemas de agua,
cloacas y de comunicaciones", señaló el especialista, que afirmó que en la
provincia que conduce José Luis Gioja es necesario que haya mayor conciencia
sísmica, sobre todo en las generaciones más jóvenes, posteriores al último
fuerte movimiento, en 1977, de 7,5 grados en la escala de Richter (el más
destructivo fue el de 1944, de 7 grados, por el que murieron 10.000 personas).
Asimismo, el profesional expresó que debe haber mayor experiencia en evacuación
y que se deben imitar algunas de las medidas que tomó Chile, sobre todo en la
forma de actuar de las fuerzas vivas y las comunicaciones. "El sistema de
comunicación celular chileno, después de colapsar en el sismo de 2010, cambió
radicalmente. Hubo una gran inversión, se triplicaron las antenas, por lo que
en el reciente terremoto la comunicación por mensajes de texto para hacer
evacuaciones fue exitosa", indicó Araujo.
POCO CONTROL EDILICIO
Miguel Castro, sismólogo mendocino, hoy jubilado, con vasta
experiencia en la materia, reconocido por ser el referente durante 43 años en
brindar datos de los movimientos, afirmó a LA NACION que los mendocinos no
están preparados, que hace faltan acciones de prevención pedagógica desde la
infancia y que hay poco control con las construcciones, sobre todo en el Gran
Mendoza, donde además quedan cientos de vetustas propiedades de adobe.
Mendoza ha sido pionera en construcciones sismorresistentes
en América de Sur desde comienzos del siglo XX con códigos de edificación que
se fueron actualizando, pero la instrumentación de los reglamentos ha quedado
en manos de los municipios, donde suelen fallar o faltar los controles.
En diálogo con LA NACION, Raúl Delle Donne, titular del
Consejo Profesional de Ingenieros y Geólogos de Mendoza, explicó que "hay
conciencia en el medio profesional", aunque aclaró que se debe trabajar
con las comunas para que se adapten a los aggiornamientos y no permitan las
edificaciones clandestinas. "Es necesario trabajar en conjunto todos los
actores y hacer una revisión de la construcción existente. De todas maneras,
con lo que se ha hecho en la materia, las edificaciones no deberían presentar
grandes inconvenientes, por lo menos, no colapsarían. Eso sí, es necesario
inversiones en infraestructura básica", concluyó Delle Donne..
Del editor: por qué es importante. El impacto de una
tragedia mayor suele subestimarse en la Argentina hasta que ocurre; es tiempo
aún de hacer lo necesario. Tomado de nación de ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario