MANEJO DE PASTIZALES: AL NATURAL
Estudio de la tasa de crecimiento de comunidades
características de la Cuenca del Salado.
La base forrajera de la producción ganadera en la Cuenca del
Salado bonaerense es el pastizal natural, con una ocupación de alrededor del 75
por ciento de su superficie.Con la evolución de la agricultura y la adaptación
de la ganadería a los cambios, en los últimos años se ha incrementado el uso de
verdeos de verano como recurso para la nutrición animal mediante un consumo
directo, o en forma diferida en el siguiente invierno. También se ha tornado
habitual la confección de reservas en forma de silo, tanto de maíz como de
verdeos de invierno. Sin embargo en los campos de la Cuenca del Salado la
naturaleza ofrece variedades de pastizales con importantes beneficios desde el
punto de vista nutricional. Una de las principales falencias que se puede notar
en el uso de pastizales naturales es la falta de un adecuado manejo de los
mismos. Esto genera sobrepastoreo o subpastoreo del pastizal, causado por la
falta de ajuste de carga o su utilización en una época no conveniente y/o sin
los descansos estratégicos. Conocer anticipadamente el crecimiento estacional
del forraje de cada potrero permite presupuestar la oferta y establecer así una
carga animal que acompañe la dinámica estacional del crecimiento de las
especies que componen el pastizal. Esta información se puede obtener a partir
de las curvas de Tasas de crecimiento de forraje generadas en ensayos locales. Teniendo
en cuenta que los pastizales naturales son el principal recurso forrajero de
los sistemas productivos de la zona, y contemplando la escasa la información
disponible sobre la distribución de la producción de forraje durante el año,
desde la Estación Experimental Cuenca del
Salado del INTA se realizó un trabajo
para “estimar la tasa de crecimiento de 3 comunidades típicas de la región”. El
seguimiento se realizó en la Colonia Ortiz Basualdo, ubicada en el partido de
Maipú durante más de 3 años y medios. Para el estudio los técnicos cuentan que
“se identificaron 3comunidades características de la Cuenca del Salado: bajo
overo (BO) serie de suelo chelforo;Bajo dulce (BD) serie Ayacucho y Media Loma
(ML) serie Cobo”. Con la observación se determinó que la comunidad “Bajo Dulce”
contaba predominantemente conLolium sp, Trifolium repens, Lotus sp., Festuca
arundinacea y especies con bajo valor forrajero. La comunidad “Media Loma”
presentaba en su mayoría F. arundinacea, Bothriochloa laguroides y especies con
bajo valor forrajero.Por su parte, la comunidad “Bajo Overo” había en mayor
cantidad F. arundinacea, Lolium sp, T. repens, Lotus sp., Distichlis spicata y
otras especies con bajo valor forrajero.
Según explican los técnicos del INTA a cargo del trabajo,
“las mayores tasas de crecimiento (TC) fueron en los meses de la primavera
tardía”, mientras que las menores “en los meses de fines de otoño-invierno,
para : Tasa de Crecimiento (kgMS/ha/d)
de tres comunidades evaluadas en la Cuenca del Salado. Estas curvas de tasas de
crecimiento generadas a partir de un ensayo local se convierten en una
valiosísima herramienta para organizar las estrategias de pastoreo, en aquellos
establecimientos que cuenten con estas comunidades. No obstante, cabe recordar
que “deben ser complementadas por monitoreos y ajustes a las situaciones de
cada año y de cada establecimiento para determinar las diferencias que puede
haber con respecto a lo esperado”. Para ello, “se pueden realizar estimaciones
simples, como el registro de cambios en altura de las especies o estimaciones
visuales de la disponibilidad de forraje”.
Cuadro
las 3 comunidades evaluadas”. Asimismo, con el seguimiento se pudo
determinar que “la tasa de crecimiento máxima se registró en el mes de octubre
y la mínima en mayo para las comunidades de “Bajo Dulce” (BD) y “Bajo Overo”
(BO); mientras que para “Media Loma” (ML) la máxima se dio en el mes de octubre
y la mínima en julio. Con los resultados obtenidos los especialistas del INTA
Cuenca del Salado aseguran que “las comunidades evaluadas mantienen en la
actualidad una alta producción durante los meses de octubre y noviembre y una
baja producción en los meses de fines otoño-invierno. Por tal motivo sugieren
que “esta distribución de la producción de forraje debería considerarse al
planificar la cadena forrajera”, para de ese modo “anticiparse a las
deficiencias de forraje durante el invierno que éstos recursos presentan.Cuadro
Para mayor información:
EEA Cuenca del Salado. AER Azul.
Av. Perón 1015 (7300), Azul Tel/Fax. (2281) 424760 Referente:
Maria Agustina Ressia. E-mail: ressia.maria@correo.inta.gov.ar
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