ALFALFA: CLAVES PARA LOGRAR PASTURAS DE ALTA PRODUCCIÓN
Se aproximan las fechas de siembra recomendadas para la las
pasturas de alfalfa, desde el INTA de General Villegas elaboramos una serie de
pautas para contribuir a la toma de decisiones y al logro de mejores pasturas
en los establecimientos productivos. 1.
El costo de implantar Implantar una
alfalfa pura tiene un costo de entre 2800 y 3.131 $/ha, resultando la siembra
directa levemente más económica que la convencional. La siembra directa es una
modalidad que generalmente funciona bien en los lotes de maíces de silo que van
a alfalfa. En ambos sistemas la semilla y la fertilización definen el costo de
implantación. La semilla representa alrededor del 41 % del costo de
implantación, considerando una densidad de 14 kg/ha, de una alfalfa grupo 9,
inoculada y curada con insecticida. El fertilizante fosfatado representa cerca
del 20% del costo (100 kg de fosfato diamónico/ha), por eso es conveniente
hacer análisis de suelo. La baja incidencia del herbicida a la siembra (8 a 13
%) refuerza la conveniencia de no tener competencia de malezas desde el inicio
de la pastura. 2. Qué sembrar Es muy
importante conocer la adaptación de cada cultivar a la zona. Hay que basar la
elección en los datos de producción potencial de forraje, persistencia, grado
de reposo, resistencia a plagas y enfermedades. Acceda a esta información en su
Agencia de Extensión más cercana, o en la web del INTA:
3. El antecesor
adecuado Los cultivos de invierno como trigo, avena o centeno son los más
indicados como antecesores de alfalfa porque permiten realizar una correcta
preparación del lote. Otros buenos antecesores son los cultivos estivales como
mijo o moha destinados a pastoreo o heno, y los maíces de silo. La soja ha
pasado a ser un antecesor de las alfalfas, aunque no es el más recomendable, ya
que es común que se retrase la fecha de siembra y los resultados de la
implantación sean variables.
4. La mejor fecha de
siembra Sembrar en fecha adecuada es uno de los factores principales para
lograr una buena implantación y posterior producción de forraje, teniendo en
cuenta la temperatura, humedad del suelo y cantidad de horas sol. Las mejores
condiciones para nuestra región se dan durante los meses de marzo y abril. Un
retraso en la fecha de siembra haría que la alfalfa ingrese al invierno con
escaso desarrollo radicular y menor capacidad para defenderse de condiciones
climáticas adversas. 5. Conocer la
calidad del suelo A pesar de la plasticidad de esta leguminosa existen a
nivel suelo algunas limitantes:
● pH: valores menores a 6,2 afectan la producción. Se
corrige con la técnica de encalado.
● Densificaciones: más de 2 Mpa en los primero 15-40 cm
impide el normal desarrollo radicular.
● Fósforo: el nivel es adecuado a partir de 25 ppm de
Fósforo. Es uno de los principales nutrientes que limitan la producción, y por
su es casa movilidad en el suelo hay que realizar fertilizaciones fosfora das
antes o durante la siembra.
● Deficiencias de otros nutrientes: macro (calcio, potasio,
magnesio, azufre, etc.) y microelementos (zinc, boro, etc.) también pueden
limitar la producción.
Hacer análisis de suelo permitirá tomar decisiones a tiempo.
En éste no deberían faltar: materia orgánica; fósforo y azufre (macronutrientes
que normalmente limitan la producción) y pH. La determinación de cationes
(Calcio, Magnesio, Potasio, Sodio) y la capacidad de intercambio catiónico
permitirán calcular las dosis de encalado en caso de ser necesario. Considerar
la heterogeneidad del lote es indispensable para prever riesgos, como pérdida
por inundación en bajos (en estado de plántula un anegamiento de 36 horas
resulta letal) o zonas con distinto potencial de producción que requieren un
manejo diferencial de fertilización. 6.
Curar la semilla Es habitual que la semilla de alfalfa se compre curada:
pelleteada, inoculada y con insecticida. Es muy importante realizar estos
tratamientos porque contribuyen a una buena implantación El nitrógeno es un
nutriente que condiciona la producción de forraje, y es mayormente provisto por
los rizobium, que aportan los inoculantes. Es fundamental usar productos de
buena calidad, con un elevado número de bacterias viables. Con el peleteado se
mejora la implantación protegiendo al cultivo del ataque de hongos y
microorganismos patógenos, adecuando al medio ambiente del suelo para una mejor
germinación y protegiendo a la semilla si falta de humedad. El curado con
insecticidas permite proteger durante la emergencia de ataques de trips, plaga
que puede provocar graves pérdidas en esta etapa. 7. Implantación eficiente Como se hace en agricultura, es
conveniente definir la densidad de siembra según el número de plantas/m2 a
lograr, y ajustar ese objetivo a cada situación particular (antecesor, humedad,
lote, etc.). Con una misma densidad de siembra se obtienen porcentajes de
logros variables (entre 25 y 90%), lo cual depende de la calidad de semilla y
otros factores relacionados con el manejo. Conocer los valores de Pureza, Poder
Germinativo y Peso de 1000 semillas permite calcular las semillas viables que
estamos depositando en el suelo y los porcentajes de logros:
Semillas Viables = (100/Peso 1000) * Densidad Siembra
(Kg/Ha)
* VC Valor Cultural (VC) = Pureza * Poder Germinativo (% PG)
Logro (%) = Plantas Logradas m2/Semillas Viables
Las densidades de siembra de alfalfa utilizadas son muy
variables, desde 7 hasta 20 kg/ha, y no en todos los casos se relaciona con un
buen stand de plantas. Un buen objetivo es lograr entre 150-250 plantas/m2el
primer año.
8. Elegir el sistema
de siembra Generalmente con la siembra convencional se logra menor
cobertura, hay mayor temperatura de suelo y disponibilidad de nutrientes,
condiciones que favorecen el desarrollo inicial, y requiere mayor cuidado en
profundidad de siembra y control de malezas. La siembra directa
Preemergencia: para controlar malezas de hoja ancha con
herbicidas como flumetsulam solo, o en mezclas con 2.4DB. Postemergencia:
cuando la alfalfa tiene 3 o 4 hojas verdaderas se pueden hacer controles con
flumetsulam solo o en mezclas con 2.4 DB, o remplazarlo por bromoxinil o
bentazón. El espectro de control se amplía utilizando clorimurón para alfalfas
puras o consociadas, o imazetapir en el caso de alfalfas puras. Para el control
de gramíneas se pueden mencionar productos como cletodim, quizalofop-p-etil,
propaquizafop. Los pastoreos fugaces e
intensivos pueden ser eficaces para el mantenimiento de la pastura libre de
malezas. Los cuidados de la alfalfa no terminan en la implantación. Realizar
aprovechamientos oportunos y mantener los controles de las plagas y malezas son
igualmente importantes para lograr una pradera de alta productividad y
longevidad.
Fuente: INTA General Villegas TOMADO DE ENVIO DE PREGON
AGROPECUARIO DE AR
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