Mortalidad materna en Ecuador César Hermida Bustos En el
país mueren alrededor de un centenar y medio
de madres ecuatorianas por causas
del embarazo, del parto o del posparto. No debería morir ninguna. Este es un
indicador de la calidad de los servicios, básicamente hospitalarios, pues la
mayoría de muertes maternas sucede en torno a las complicaciones obstétricas
relativas al parto. Las causas ‘médicas’ se refieren a hemorragias (durante el
embarazo, o más frecuentemente en el parto o posparto), hipertensión arterial
con preeclampsia o eclampsia (los ‘ataques’) y las infecciones. Las hemorragias
del embarazo o las infecciones suelen estar asociadas con el aborto, espontáneo
o provocado por la propia madre (muchas veces con palillos que lastiman el
cuello del útero y el producto), cuando el embarazo es no deseado. Lo grave de
la hemorragia durante o después del parto es que da apenas pocas horas hasta
llegar a la emergencia hospitalaria. Las infecciones suelen estar asociadas a
la falta de higiene en el parto. Por todo esto se recomienda que los partos
sean institucionales, es decir en los hospitales. La hipertensión, entre otras,
puede diagnosticarse y prevenirse con los controles prenatales, pero estos
controles previenen solo un 25 % de las causas de mortalidad materna, el 75%
restante es inesperado, azaroso, impredecible, y sucede en torno al parto. Ni
los médicos ni los epidemiólogos saben cómo resolver estos problemas. Lo saben
los especialistas en servicios de salud, entre ellos la terna que debe dirigir
los hospitales: un director (médico), una enfermera especialista en servicios y
un gerente (especialista en administración de los mismos). Es el enfoque
dirigido al paciente de la moderna ‘gestión clínica’ de los hospitales. Estos
especialistas saben que hay tres demoras: en la casa, en el camino y en el
hospital. La primera, por razones culturales y el temor de ir al hospital; la
segunda, por motivos de movilización (hoy el 911 y las ambulancias juegan un
rol crucial); y, acaso la más importante en términos cuantitativos, las demoras
producidas en el propio hospital. Pues en los hospitales sucede,
lamentablemente, la mayoría de muertes maternas. Ninguna madre que llegue a la
puerta de un hospital debe morir, por grave que sea la causa o gravedad con la
que lo hace. Que ‘llegó muy grave’ no
es una justificación, pues por eso mismo acude. Las hospitalarias constituyen
la mayoría de muertes maternas en Ecuador, lo cual amerita un análisis mayor,
con datos, en un artículo siguiente. TOMADO DE EL TELEGRAFO DE ECUADOR
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