Día de la Tierra: ¡Nada que celebrar!
Posteado por Carlos Riquelme Al detenernos ante el horizonte
de la presente civilización de corte postmoderno, podríamos concluir
cuestionándonos sobre el legado que nos disponemos a transferir a las próximas
generaciones. La crisis ambiental ha rebasado los “umbrales críticos” de la realidad,
o en palabras de Achim Steiner: “Si seguimos por este camino, si no somos
capaces de invertir y disociar las pautas actuales de producción y consumo de
los recursos naturales, los gobiernos presidirán niveles de deterioro y
degradación sin precedentes. Ciertamente que el escenario que nos toca vivir
hoy, aquí y ahora, absolutamente no es nada alentador, se puede concluir
fácilmente que la actual sociedad le ha dado la espalda a la vida, al soporte
vital de la que dependemos más de 7 mil millones de personas que habitamos el
globo. Nos atreveríamos a decir incluso que el sentimiento de la presente
cultura lleva impreso un cliché de desprecio por la vida. Franklin Roosevelt, ha dejado una de esas
frases lapidarias, que a propósito debería de ser motivo de profunda reflexión
tanto por encumbrados líderes, como del ciudadano que lleva el anhelo de ver
mejorado las condiciones actuales de la vida: “La nación que destruye su
tierra, se destruye a sí misma. Los bosques son los pulmones de nuestra tierra,
purifican el aire fresco y dan fuerza a nuestro pueblo. Cuánto esfuerzo hemos
invertido para tener como resultado la expoliación de nuestros bosques, el
empobrecimiento de nuestros suelos y la contaminación de nuestras aguas. Con la
constatación y el recuento de tal devastación, interpelamos a la presente
generación de hombres y mujeres para detenernos ante el gran horizonte que
hemos creado, fruto de un concepto erróneo de plantear el tan mentado
desarrollo. De esta manera, ante el pavoroso espectáculo ambiental que nos toca
vivir, la gran pregunta interpelante que aflora es ¿cómo hemos llegado a esta
realidad, ante la cual da la impresión de que el volumen de la problemática
sobrepasa los medios y recursos de la que disponemos para hacer frente a la realidad?
El ecocidio en la que estamos sumergidos en todos los niveles –global,
regional, nacional, local- es un grito lacerante de la cual no podemos
sustraernos, no existe muchas opciones, o mejor dicho existe una, la más
congruente y sensata: mirar cara a cara la problemática, y sin acobardarnos
enfrentar de manera competentemente la
realidad, a fin de minimizar el insoportable legado que nos disponemos a
trasferir a la generación de nuestros hijos y nietos. Paraguay prácticamente ha
perdido toda su riqueza de recursos verdes, asimismo ha pervertido la pureza de
sus arroyos y ríos, ha expoliado la base de sus recursos genéticos, en fin da
la impresión de que todo lo hemos hecho mal. Ante estas realidades, la imagen
que aflora es la de un hombre perdido que va caminando apretándose la cabeza,
golpeándose el pecho y que se pregunta constantemente ¿qué hemos hecho de la
vida? TOMADO DE ABC DE PARAGUAY
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