LA PEOR EPIDEMIA PLANETARIA
Una
tremenda epidemia sobrevuela el Planeta, poniendo en riesgo la vida y su
calidad, de miles de millones de personas, para la cual, las terapias,
tratamientos y los servicios médicos existentes son prácticamente inútiles.
Los
grandes medios de comunicación, los médicos y los efectores de salud, sólo en
contadas ocasiones hacen referencia al tema, y en esas raras veces, confunden
el origen y efectos de la misma, con otras patologías ajenas a la génesis de
este flagelo, cuando no la sintomatología con la enfermedad.
Antes
de continuar en el desarrollo del tema, precisaremos la etimología y
significado de Epidemia: del griego EPI (sobre) y DEMOS (pueblo), consistente
en una enfermedad que afecta a un número de personas, mayor al esperado.
En el
caso analizado, estamos en presencia de una epidemia más perversa, que afecta,
a diferencia de la clásica, cada vez a menos personas, pero sus efectos son
sentidos en una progresión catastrófica de la raza humana.
Los
expertos creen que este tipo de enfermedades, se harán cada vez más
importantes, debido al crecimiento demográfico, la falta de espacios para
viviendas, la pérdida de suelos naturales, los agronegocios, el consumismo
irracional, el cambio climático y el contacto con los pocos, pero más poderosos
virus y vectores patógenos.
También opinan aquellos, que como prevención del contagio, se debe
aislar y separar a los portadores de dichos virus, estableciendo medidas de descontaminación
y desinfección urgentes. Muchos atribuyen a la epidemia, el carácter de plaga,
en la creencia antigua, que se debe a un castigo divino por una conducta
pecaminosa.
La
mayoría de los gobiernos evitan dar la voz de alerta ante la catástrofe, por
temor a las reacciones de la población, lo que vuelve más riesgosa la
situación, por cuanto ante la falta de información la gente no actúa en forma
preventiva y sucumbe ante la misma.
En
otros momentos, la caída de imperios ha sido atribuida directa o indirectamente
a esta enfermedad.
Se
sabe que es imposible evitar la expansión de una enfermedad mortal para la
población. No obstante se pueden tomar precauciones y tener un sistema de
alerta que haga frente a la emergencia, como armas para enfrentarla con ciertas
chances de diezmarla.
Entre
las maneras más extendidas para prevenir una epidemia se cuentan: aislamiento
de pacientes afectados, es decir, colocarlos en lo que se llama cuarentena,
evitando su contacto con otros individuos sanos, realizar campañas y promover
todo tipo de cuestión y recurso que ayude al no contagio.
Para
no mantenerlo más en el temor o la duda, le digo que esta epidemia extendida,
que deja millones de víctimas a su paso, se origina a partir del vector llamado
ROC.
Sin
dudas se preguntará que es el ROC, este virus nos es más que la RIQUEZA OBSCENA
CONCENTRADA, originada por la pleonexia, palabra griega con que se designaba el
apetito insaciable de poseer bienes materiales, ligada a la vanidad, el
egoísmo, el sentirse el centro del mundo y acaparar todo. Platón llegó a
considerar a la pleonexia como una verdadera "enfermedad moral".
Los
portadores de este virus peligroso, no son difíciles de hallar, simplemente
basta ojear revistas como Forbes, Fortune, Business Week, Caras y tantas otras
similares.
Los
organismos impositivos estatales también los conocen, pero poco hacen para
neutralizar sus efectos, cuando no los apañan.
Las
hambrunas, la violencia, la falta de educación y salud, la contaminación del
suelo, aire y agua, las malformaciones, la condena a muerte de niños, aún antes
de nacer, también son su consecuencia directa.
Es una
falacia que exista, tanto en la naturaleza o en la ciencia económica, las
categorías deterministas de ricos y pobres como nos quieren hacer creer. Lo
único que existe es la divisoria de aguas entre enriquecidos y empobrecidos que
lleva a que para que unos pocos, ostenten el carácter de ricos, antes debe
haber muchos que se han empobrecido a expensas de aquellos.
Esta
epidemia llevará, como afirman distintas organizaciones a nivel global, a que
en 2016 más de la mitad de la riqueza mundial esté en manos de solo el 1% de la
población. Situación que se ha ido acrecentando en los últimos años.
Tan
preocupante es el tema que se afirma que las 80 personas más ricas del mundo
tienen una riqueza igual al 50% más pobre.
Se imagina a 80 personas?; propietarias
de la misma riqueza que suman las 3.500 millones de personas más pobres del
mundo, concentración que va en aumento, ya que el año anterior la mitad de la
riqueza mundial estaba en manos de las 85 personas más acaudaladas.
Lo que
preocupa además, que estos vectores rara vez son señalados como responsables de
estas calamidades y la mayoría de las veces, desde distintos ámbitos u
organizaciones sociales, simplemente se repudian nombres de fantasías, que
pueden tener un presente rutilante y al otro día desaparecer; lo que ocurre
invariablemente.
Tal es
así que podemos observar críticas altisonantes contra: Bayer, Monsanto, Barrick
Gold, Chevron, Coca Cola, Pfizer, BP, Vale y tantas otras, sin nunca saber,
quiénes son los portadores del ROC que están detrás de cada una de ellas.
Mientras los diarios, las páginas y portales por internet, los programas
radiales o los noticieros televisivos, los medios en general, salvo honrosas
excepciones, hablan de lo mismo, los portadores de ROC a través del DIOS
MERCADO regulan nuestras vidas y nuestras muertes, convenientemente
invisibilizados.
Como
dice Ralph Nader: "Hay demasiado poder y riqueza en demasiado pocas manos."
Los
portadores del virus nunca son aislados, no se los pone en cuarentena evitando
el contacto con el resto de la población, ni hay terapias de ataque contra los
mismos, como enseñaría la prudencia.
El día
que pongan en cuarentena a las 80 personas a las que nos referíamos, sin duda,
que el mundo amanecerá un poco menos injusto y la esperanza de vida renacerá
para tantos condenados a muerte sin justificación alguna.
El
Papa, que atribuye gran parte del problema a la voracidad de las grandes
compañías, quizás debería excomulgar a todos los cristianos que se esconden
tras el velo corporativo y motivan los desastres que con justicia denuncia.
O tal
vez la Corte Internacional de Justicia, debería tipificar a los ROC, dentro de
los delitos de lesa humanidad, por ser los responsables de guerras, genocidios
y exterminios varios.
Creo
que los mejores remedios para estos males, están en la política y la ideología,
pero están escaseando y no se encuentran en ninguna farmacia.
Como
dice Víctor Heredia en su poema Arrabal Azul:
Se exhiben graciosamente y, en las portadas,
se jactan de sus mansiones y sus mujeres,
se muestran con tanto orgullo que me dan ganas
de hacerles saber que apestan sus pobres bienes,
no tienen ni puta idea acerca del mundo
que viven los desterrados hasta el olvido,
por eso me enferman tanto sus paraísos.
Lo
dejo para que lo piense y me despido hasta la próxima aguafuertes.
Ricardo Luis Mascheroni – Docente Santa Fe
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