sábado, 24 de noviembre de 2018

DOCTORES DE CUBA un balsamo para aliviar el dolor del enfermo


Siempre guerrilleros, de bata blanca y alma que abraza
Así como aquellos que en plena guerra ejercieron la medicina que cura pero también consuela, los doctores de la Cuba de hoy continúan honrando y ensanchando la obra revolucionaria de la salud
Autor: Doctor José Ramón Machado Ventura | 
Grupo de médicos guerrilleros del Ejército Rebelde, reunidos en el periódico Granma, en 1967. Foto: Osvaldo Salas
La Revolución siempre ha concedido una extraordinaria importancia a los problemas de la salud de nuestro pueblo. Tal es así que desde el programa del Moncada ya se hablaba del estado de insalubridad en que vivía nuestra población, de la carencia total de médicos.
Posteriormente, durante la etapa de la lucha armada, en la lucha guerrillera, también a los aspectos de la salud pública o de la asistencia médica se les dio el máximo de atención dentro de las posibilidades que en aquellas condiciones se podían lograr.
Nuestros médicos, nuestro personal de enfermería, de lo poco que disponíamos en aquellas condiciones, se ponía siempre a disposición de la población campesina.
Después del triunfo del Primero de Enero de 1959, la atención médica recibió un impulso extraordinario, no solo en el aspecto de determinados recursos, en presupuesto, sino en obras, en inversiones, en incorporación de trabajadores a las tareas de salud pública.
Y todo aquello se hacía en medio de una tenaz lucha. Recordemos todos que la Revolución, desde sus primeros momentos, desde que proclamó cuáles eran sus verdaderas intenciones –que era una verdadera Revolución– tuvo que defenderse a capa y espada porque inmediatamente comenzó a recibir todo tipo de agresión.
Hubo otros problemas que fueron muy difíciles también. La salud pública socialista se tenía que desarrollar en otro marco. Todos recordarán cómo era nuestra formación y también la de nuestro pueblo, solamente se veía la medicina desde el punto de vista del enfermo, el enfermo para curarlo y no se aplicaba para nada el concepto preventivo, el desarrollo de la epidemiología, de las actividades de higiene, las campañas de vacunación. Se formó el personal capaz de llevar adelante esta forma de ejercicio de la medicina.
Ustedes tienen que haber oído los pronunciamientos de Fidel al respecto: las necesidades que hay en el mundo de médicos y de profesionales de la salud. Aquí podemos enviar médicos al extranjero y podemos no solo seguir manteniendo nuestros niveles, sino superando nuestros niveles de atención.
Nosotros tenemos compañeros capaces, con experiencia, con buena formación en todos los niveles de salud pública y confiamos en que apoyados por el Partido; apoyados, como es lógico, por el sindicato, podrán elevar a planos superiores el trabajo en nuestro país, por lo importante que es esto no solo para nosotros sino por constituir o continuar siendo ejemplo para otros pueblos del mundo que a diario fijan su vista en nuestra Revolución y sus logros.
Quiero exhortarlos a que sigan luchando, a estrechar filas con todos los factores que a diario intervienen en el trabajo de ustedes, que en definitiva tiene un resultado, y es el beneficio para la salud de nuestro pueblo trabajador, de nuestro pueblo revolucionario, de nuestro pueblo internacionalista.
Fuente: Fragmentos del discurso pronunciado en la clausura del iv Congreso Nacional del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Salud, en 1977. // TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA

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