sábado, 10 de noviembre de 2018

HACIENDO CIENCIA estudiar pobliaciones de animales en extincion


Entrevista a la Licenciada en Ciencias Biológicas Laura Wolfenson
“Nos cuesta pensar para qué o quién estamos haciendo ciencia”
Laura Wolfenson es Licenciada en Ciencias Biológicas con orientación en Genética y Evolución de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Desde hace varios años viene desarrollando su carrera como investigadora que estudia poblaciones de animales en peligro de extinción. En la actualidad, se desempeña en el Grupo de Genética y Ecología para la Conservación y la Biodiversidad del Museo Argentino de Ciencias Naturales. 
En diálogo con Universidad, Wolfenson explicó los avances de su investigación destinada a conservar la población más austral del ciervo del pantano que vive en el bajo delta del Paraná. La especie, que corre severos riesgos de extinción y cuya caza está prohibida por ley, fue declarada monumento natural en varias de las provincias que habita: Chaco, Entre Ríos, Buenos Aires y Corrientes.
A su vez,  la joven científica hizo hincapié en la necesidad de profundizar y afianzar la relación entre la ciencia y su entorno para que las investigaciones “realmente excedan a la comunidad científica”.
¿De qué se trata tu tesis doctoral y cómo la vinculás con la sociedad?
Mi tesis doctoral está enmarcada en un proyecto más grande que se llama Proyecto Pantano. Tiene como fin diseñar un plan de manejo integral para poder conservar la población más austral del ciervo del pantano, que se encuentra en el bajo delta del Paraná y tiene grandes problemas de conservación. Es un mamífero con un valor muy importante. Forma parte del paisaje de este humedal y, por lo tanto, es una especie que históricamente ha sido también parte de la cultura isleña. Familias de la zona recuerdan y reivindican la sana interacción de estos animales con los habitantes de las islas. Además, este animal podría estar cumpliendo un rol ecológico importante en el funcionamiento de este humedal, que es uno de los más importantes del mundo, el cual nos provee de indispensables servicios ambientales, por ejemplo, proveernos de agua dulce y fertilizar la tierra. Por lo tanto, el ciervo del pantano es invaluable desde el punto de vista natural y cultural. La mayor amenaza que sufre hoy en día es la caza furtiva, pero también existen conflictos asociados a la interacción del ciervo con la producción maderera, principal actividad de la zona. Muchas veces a este animal se lo acusa de arruinar parte de la producción -por mencionar un ejemplo: comiéndose las plantas jóvenes-  y entonces a veces -no siempre- se lo persigue y se lo mata, o simplemente se lo echa de muchas áreas que antes constituían parte de su hábitat natural. Proyecto Pantano intenta buscar soluciones que permitan la existencia del ciervo en las plantaciones forestales. Por ejemplo, estudiando la composición de su dieta y, a partir de esto, poniendo plantas “distractivas” que el ciervo prefiera comer en vez de los árboles que producen madera. En cuanto a la caza furtiva, tenemos un trabajo fuerte de educación ambiental con las comunidades locales, sobre todo con niños, para que se revalorice al animal como parte de nuestro patrimonio natural y cultural, y de esta forma, lograr que haya un mayor compromiso en denunciar la presencia de cazadores, se lo proteja de diversas maneras y se lo reincorpore a la vida cotidiana del delta. Acá en la ciudad también hacemos talleres con las escuelas para que los niños y maestros conozcan al ciervo y se sensibilicen con las problemáticas de conservación de los animales en general.
¿Cuál considerás que es el rol de la ciencia y la universidad pública en las sociedades actuales?
La universidad pública tiene la función de formar profesionales que estén capacitados para resolver o proponer soluciones a problemas actuales de la sociedad. Es decir, que los graduados no salgan de la universidad solamente con un título en la mano que los habilite a ocupar un puesto de trabajo, sino que además sean sensibles a las necesidades de la sociedad en la que viven y puedan involucrarse siendo verdaderos actores de cambio, y que, de alguna manera, funcionen como catalizadores de políticas de Estado acordes. En Biología aprendemos a pensar muy críticamente pero enmarcados en nuestro sistema de estudio, sin ser demasiado conscientes de la relación que tiene lo que hacemos con nuestro entorno, qué rol social podría llegar a tener nuestro estudio y cómo podemos hacer que nuestras investigaciones realmente excedan a la comunidad científica // TOMADO DE PAGINA 12 DE AR

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