Las canastas de
pobreza e indigencia se encarecieron 7,5 por ciento en octubre, más que el IPC
El desborde de precios en alimentos y las suba de tarifas,
como las del transporte y el gas, provocó otro fuerte salto en las canastas de
productos básicos. En los últimos doce meses se dispararon 54,6 la de pobreza y
51,5 la de indigencia.
Los fideos guiseros aumentaron 80 por ciento el último año,
de acuerdo con el Indec. El kilo de pan francés se encareció 84 por ciento.
Los precios de los bienes y servicios que componen la
canasta básica total subieron un 7,5 por ciento en octubre frente al mes
anterior. La suba del piso de ingresos necesarios para no caer en la pobreza es
muy superior a la inflación general, del 5,4 por ciento a nivel nacional para
ese mes, y supera aún más a la evolución del salario, asignaciones familiares y
de las jubilaciones. En cuanto a los alimentos mínimos que se requieren para no
ser indigente, el avance mensual en octubre también fue del 7,5 por ciento. En
los últimos doce meses, la canasta de pobreza subió un 54,6 por ciento y la de
indigencia, 51,5. El fabuloso incremento de estos bienes y servicios conforma
una máquina de erosión de las condiciones de vida de sectores medios y bajos,
el opuesto exacto al slogan de “pobreza cero” de la administración Cambiemos.
Navidad caliente
El incremento del dinero necesario para afrontar gastos
básicos e insustituibles, como la comida, el transporte y los servicios
públicos, y el fuerte retraso de los ingresos, implican el descenso de
escalones de consumo en todos los niveles de la clase trabajadora. Los sectores
medios dejan de comprar electrodomésticos y ropa, de salir a comer e ir al cine
para concentrarse en que no falte lo básico. Y los sectores de bajos ingresos
empiezan a prescindir de lo indispensable. La baja inicial del consumo de bienes
y servicios luego refuerza el deterioro social porque implica caída del empleo
y de salarios en los sectores productivos.
El Indec informó que la canasta básica de alimentos,
compuesta por pan, galletitas, arroz, harina, fideos, papa, azúcar, legumbres,
frutas, carnes, huevos, leche, aceite, bebidas, sal y yerba, entre otros
artículos de consumo básico, subió en octubre un 7,5 por ciento, con lo cual
acumuló en diez meses un aumento del 46,5 y del 51,5 por ciento en relación a
octubre de 2017. Según el propio Indec, el último índice de salarios,
correspondiente de agosto, marcó un alza interanual del 21,9 por ciento, casi
30 puntos por debajo de la suba de los alimentos. Para las familias que viven
con lo justo para comer, esta situación los arroja a la miseria, porque además
se mezcla con caída del empleo.
La evaluación de un par de productos centrales de la canasta
básica es todavía más impactante. Según los datos del Indec, en el último año
el kilo de pan francés subió un 84 por ciento y los fideos guiseros lo hicieron
en un 80 por ciento, ambos empujados por la harina, que avanzó un 173 por
ciento. El arroz subió 66 por ciento y el aceite de girasol lo hizo en un 79
por ciento. Entre los lácteos, la leche en sachet aumentó 40 por ciento y el
queso cremoso, 31 por ciento. La sal fina creció un 60 por ciento. El organismo
oficial calculó que un grupo familiar compuesto por dos adultos y dos menores
necesitó 9735 pesos por mes solamente para no ser indigente, es decir, para
tener acceso a los alimentos que corresponden a una nutrición mínima.
Este cuadro de situación no se explica sólo por el impacto
de la devaluación en los alimentos y otros bienes básicos sino que el Gobierno
contribuye directamente al deterioro de los ingresos a través de las constantes
subas de los servicios públicos, que no cesan ni siquiera ante el actual
derrumbe socio-económico. En el caso del transporte, el incremento de ese rubro
del índice de precios al consumidor que mide el Indec fue de 7,6 por ciento en
octubre a partir de una nueva suba en el boleto de colectivo. El viaje mínimo
avanzó hasta los 13 pesos, con un aumento acumulado en el año del 113 por
ciento. También subió el pasaje de tren. El subte, en tanto, aumentó el martes
pasado un peso, hasta los 13,50, y seguirá trepando un peso por mes hasta
llegar a los 16,50 pesos en febrero. En el año, el subte habrá acumulado una
suba superior al 100 por ciento. En tanto, las naftas escalaron casi un 10 por
ciento en octubre. Desde enero, los combustibles muestran un alza acumulada del
70 por ciento. Además, el servicio de gas escaló en promedio un 35 por ciento
en octubre pero hasta un 50,4 por ciento para las categorías de usuarios más
relevantes del Area Metropolitana de Buenos Aires. En el último año, los aumentos
ascienden al 218 por ciento, que se montan sobre las subas de 2016 y 2017. //
TOMADO DE PAGINA 12 DE AR
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