domingo, 3 de febrero de 2019

RECONTRUIR LA CUENCA DEL TAQUIÑA


La cuenca Taquiña necesita Bs 200 millones para ser reconstruida
Cochabamba
La mazamorra sobre la cota 2.750, días después de la tragedia. | DANIEL JAMES
Viviendas destrozadas y abandonadas. | DANIEL JAMES
Los postes de luz que el lodo tumbó la noche del desastre. | JOSÉ ROCHA
El río Taquiña en medio del aluvión. | DANIEL JAMES
El reloj marcaba la 18:00 del 6 de febrero de 2018 cuando de pronto una gran masa de lodo, troncos y rocas comenzó a descender por el río Taquiña. Fue cuestión de minutos hasta que el panorama se convirtiera en desolador. La gente gritaba por sus familiares que no habían logrado salir de las casas. Mientras, la noche caía y la falta de luz imposibilitaba la búsqueda.
“¡Está bajando!”, era el grito constante de muchas personas que comenzaban a correr cuando escuchaban el estruendo del aluvión.
A un año de la tragedia, hoy se narra una crónica que permanece en el recuerdo y los corazones de los habitantes de Tiquipaya y Cochabamba.
Se tardó varios días en recuperar los cinco cuerpos: Gamaliel Rojas (12), Héctor Torrico (77), Teodoro Acuña (78), Paulina Montaño (42) y Janeth Nina (37). En tanto, la población cochabambina no dudó en mostrar su lado solidario para ayudar a las 130 familias damnificadas.
A un año del desastre, hay varias cosas que se hicieron y otras que no, además de numerosos conflictos sociales que se atravesaron para tratar de devolver la normalidad este municipio.
La noche de la mazamorra se llegó a tener hasta cinco y seis metros de lodo, por lo que sólo se veía la última planta  de algunas viviendas de tres pisos. Pese a los intentos de limpieza, aún hay rocas de tres metros que ninguna maquinaria puede mover. Se volvió a tener paso por varias calles, pero aún hay mucho por reconstruir.
 No se hizo
Se pueden identificar tres puntos de descenso de la mazamorra. El primero es el punto de origen de la mazamorra. Se trata de la zona de Linku Pata, sobre la cota 2.750.
En el sector no se realizó ningún trabajo de limpieza. Algunas rocas se movieron, pero es porque continuaron existiendo deslizamientos que mantienen en alerta a los comunarios.
Debido a que se trata de terreno del Parque Nacional Tunari, se necesita un permiso especial para ingresar a limpiar.
El segundo punto va desde la cota hasta la avenida Ecológica. Se hizo la limpieza de varias calles y casas, pero el Concejo no logró cambiar la franja de seguridad, pese a que existen estudios que recomiendan la ampliación. Los mismos vecinos se rehúsan a este cambio.
El tercer punto va desde la avenida Ecológica al sur. La afectación no fue tan profunda, pero se trata de un sector donde se generan taponamientos de palizada que desciende de los restos de la mazamorra y sufren varias inundaciones.
 Historias Policarpio Rojas aún recuerda lo que sucedió como si fuera ayer. La mazamorra destruyó su vivienda, pero es que en esa casa falleció Gamaliel Rojas (12). En ella vivían, en anticrético, él y su madre; pero el niño no logró escapar de la mazamorra por salvar a su mascota. Hoy, un refugio de animales lleva su nombre.
“Recuerdo que era muy alegre. Mi nieta jugaba con él. Después de esto, muchas personas se fueron, otras vendieron sus propiedades a precios regalados por temor”, relató René Alarcón, otro vecino.
Cuando ocurrió el desastre, las autoridades se comprometieron a reconstruir las casas afectadas. No obstante, la cantidad excesiva de requisitos hizo que gran parte de los afectados optara por edificar o refaccionar las viviendas por su cuenta.
“Identificamos que 122 familias perdieron sus casas. 85 fueron seleccionadas para beneficiarse con la reconstrucción a través de la Agencia Estatal de Viviendas. En la actualidad, tenemos 23 para entregar”, informó el responsable de la Unidad de Gestión de Riesgos de la Alcaldía, Roberto Campero.
La principal razón para que las familias no accedieran al beneficio fueron la franja de seguridad y la falta de documentación que acreditara el derecho propietario, según el relato de varias personas afectadas.
 Recuperación El alcalde Juan Carlos Angulo reconoció que las actuaciones no son suficientes y se requieren más 200 millones de bolivianos para estabilizar la cuenca Taquiña. “Eso implica el colocado de muros, tal vez canalizar el río”, sostuvo.
Dijo que se adeuda a 10 empresas por labores de limpieza en el afluente. El monto es de 2 millones bolivianos. Dijo que este mes se saldará el compromiso. Además, se presentó un proyecto al Ministerio de Medio Ambiente para reponer los pozos y tanques de agua que se perdieron.
 MONITOREO
Activan sistema de alerta temprana
Con la finalidad de monitorear el comportamiento del caudal del río Taquiña, la Gobernación instaló un sistema de alerta temprana.
“Se ha colocado equipos en el sector de Linku Pata y otro en la parte baja para que se realice las mediciones de las precipitaciones pluviales y así se tengan datos exactos de si habría alguna situación de riesgo en esta época de lluvia”, expresó el alcalde Juan Carlos Angulo.
El costo del sistema es de 800 mil bolivianos. Adicionalmente, dijo que se realizaron una limpieza y mejoras en los dos colmatadores que se tiene.

Las rocas permanecen hoy sobre la cota porque este sector no tuvo limpieza.
DANIEL JAMES
ESPECIES NATIVAS
Reforestarán 50 hectáreas
El responsable de la unidad de Cuencas de la Alcaldía, David Veliz, indicó que se prevé reforestar más de 50 hectáreas con especies nativas buscando frenar la erosión de los suelos.
Mencionó que, en las áreas propensas a deslizamientos de tierra y piedras, se procederá a plantar eucalipto.
“Vamos a intervenir especialmente en áreas degradadas con kewiña, retama, kiswara y otras”, acotó.
50 mil plantines se emplearán en diferentes campañas de reforestación que se llevarán a cabo con la participación de estudiantes y comunarios.
El río Taquiña y una vía que se logró abrir durante un año de trabajo en la zona de Juventud Chilimarca, la más afectada.
DANIEL JAMES
APUNTES
Cinco personas se quedaron en el recuerdo
El aluvión bajó con fuerza y de manera sorpresiva. Esto provocó que cinco personas no lograran escapar y sus cuerpos se encontraran a lo largo de una semana. La mazamorra se cobró las vidas de Gamaliel Rojas (12), Héctor Torrico (77), Jhanet Nina (37), Paulina Montaño (42) y Teodoro Acuña (78).
 El desastre develó zonas rojas de loteamientos La mazamorra afectó a varias viviendas. Algunas se encontraban fuera de la franja de seguridad y sufrieron por un desvío que hizo el aluvión. Sin embargo, otros manzanos estaban dentro de la franja de manera ilegal y también comunidades sobre la cota 2.750, el límite urbanizable.
 Pobladores recordarán el momento del aluvión Este miércoles 6 de febrero, la población del distrito 5 de Tiquipaya llevará a cabo una misa para recordar el año de la mazamorra. Se realizará en la zona de Juventud Chilimarca, la más afectada, a las 18:00. Se invita a toda la población que desee brindar sus oraciones por las personas fallecidas y las familias damnificadas.
 OPINIÓN Crónica de un desastre con lecciones no aprendidas
Lorena Amurrio
Periodista de Metropolitana
No es difícil recordar un día como el 6 de febrero de 2018. Todo parecía ser normal hasta que llegó una llamada de alerta de Tiquipaya. No nos demoramos en trasladarnos al lugar. Todo estaba oscuro y se sentía un olor a gas: la mazamorra se había llevado por delante el tendido eléctrico y las rocas perforaron varias redes de gas.
No se veía nada, pero los gritos de las familias que buscaban a sus seres queridos eran ensordecedores. “¡Mi hijo! ¡Ayúdenme a sacar a mi hijo!”, lloraba desesperada la madre de Gamaliel. Un equipo de voluntarios del SAR lo buscó por varias horas, sin éxito.
A una cuadra, la hija y la esposa de Héctor Torrico trataban de explicar la ubicación de su padre a los rescatistas. Pero el lodo confundió a todos y tampoco se tuvo éxito esa noche. A pocos metros, estaban dos costureras atrapadas. Los familiares gritaban su nombre, sin respuesta.
El panorama no mejoró en los días siguientes. Se improvisaron pasos con calaminas para caminar sobre seis metros de lodo y rocas. Los equipos de rescate se volcaron a Tiquipaya y la gente trabajaba sin descanso.
Pero la pregunta que hoy nos hacemos es ¿qué aprendimos de todo esto? Varias familias optaron por permanecer dentro de la franja de seguridad, pese al riesgo que implica. Luego de la salida de los equipos de ayuda, el municipio se quedó solo, sin capacidad de resolver la titánica tarea de reconstrucción. Las autoridades no impusieron el orden y la franja se mantuvo. Aún se quema el Tunari sin pensar en la erosión del suelo. El dolor permanece, pero las lecciones no se asimilaron.
 Fraternidades donaron $us 12 mil a familias
Volqueteros, empresas privadas, municipios, grupos de rescate y la población en general se hicieron presentes durante casi un mes para ayudar a la gente afectada. Pero hubo otras muestras de solidaridad semanas y meses después.
El párroco de Tiquipaya, Iván Vargas, expresó que donaron 12 mil dólares a más de un centenar de familias de tres barrios que perdieron sus hogares por el deslave.
“Algunas fraternidades de Estados Unidos y Alemania enviaron dinero destinado a la compra de material de construcción como cemento, ladrillo y fierro. Se entregó también comedores y roperos a los vecinos del Manzano 78, Chilimarca y Tikha Khatu”, manifestó.
El gesto es uno de los más destacados por los pobladores, quienes afirman que sienten que la Alcaldía y el nivel central los abandonaron.
 Gaviones se colocaron sobre caudal sin limpiar
El río Taquiña contaba con gaviones construidos en los 90, pero se los llevó la mazamorra. Ahora, se reconstruyeron y además se hicieron seis colmatadores, cuatro de ellos naturales y dos implantados en el caudal, según el secretario de la Madre Tierra, Gonzalo Muñoz.
El objetivo de estos sistemas es reducir la velocidad del agua y retener la palizada que descienda en caso de un deslizamiento. Sin embargo, aún resta trabajar en el manejo integral de la cuenca.
Estas obras se ejecutaron sin haber hecho la limpieza total del caudal, lo cual no es señal de garantía explicaron algunos ingenieros.
“Es como intentar pegar algo sobre una superficie sucia. No logras la resistencia que podrías tener si limpias antes. Esperemos que esto no se convierta en contra”, dijo un especialista.  // TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA

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