EL ÍNDOR ES EL
DEPORTE FAVORITO DE LOS POBLADORES A PESAR DE LAS BAJAS TEMPERATURAS Las hidroeléctricas ponen a soñar a los
habitantes de Pindilig Si bien la producción lechera es el pilar de la comunidad
azogueña, las nuevas obras emplearon a gente como Jorge Morquicho, quien es el
celador de Alazán. La parroquia de
Pindilig, ubicada al este de Azogues, amanece por lo
general entre bruma y
viento. Fots: Bianca Valverde/El Telégrafo
Bianca Valverde Zea El
paisaje bucólico del lugar hace -por momentos- olvidar el intenso frío que no
perdona a visitantes y propios de esta zona. Armados de ponchos gruesos y
varias capas de ropa, los habitantes de Pindilig, parroquia oriental de
Azogues, combaten las gélidas mañanas. El Sol no asomará en la zona sino hasta
aproximadamente a las 08:00, cuando se despeja la niebla de la única carretera
principal que surca la zona. Puede que los rayos del sol no salgan, pero la
actividad en este paraje de la serranía comienza en medio de la bruma y la
obscuridad, al igual que en la mayoría de parroquias agricultoras y ganaderas
por tradición. Para las 07:00 las calles
principales y secundarias lucen adornadas por las cantarillas -recipientes
metálicos- a la espera de que cerca de media docena de camiones recojan el
principal producto de la zona y orgullo de sus habitantes: leche espesa y con
una nata “supergruesa”, como allí la describen. “Nosotros somos un pueblo
netamente lechero, es nuestro orgullo. De aquí parte la leche para ser
procesada en Cuenca”, comenta inflando el pecho Sergio Guarquila, una mano
trabajadora más del sector pero que, además, funge en la actualidad como
teniente político de Pindilig. Guarquila recorre a paso lento el tramo de la
carretera Matrama - Rivera, que cruza su parroquia nativa y que la une con
otras comunidades, como Luis Cordero y Taday. Es hora de tomar el carro, dice,
mientras sube a su querida y combativa camioneta. 15 minutos después se muestra
ante los ojos de los visitantes lo que en los últimos años se ha convertido en
la esperanza de los oriundos de
Pindilig: la central hidroeléctrica Alazán, que
se conecta con sus similares de San Antonio y Dudas-Mazar. Estas estructuras
inyectarán 20,82 MW al Sistema Nacional Interconectado. La mano de obra en la
central en su gran mayoría proviene de Pindilig, aunque también este grupo
humano trabaja con técnicos chinos que -fieles a su costumbre- viven en su
propio mundo.
A gran parte de los trabajadores locales le llegó la oferta
laboral por casualidad. Fue allá en enero de 2012 -cuando arrancó la
construcción de la central-, como lo recuerda Jorge Morquicho, un guardia de 35
años, de baja estatura y escaso cabello. Él hasta hace 2 años se dedicaba a la
agricultura hogareña, pero surgió la oportunidad de laborar en los proyectos
hidroeléctricos. Primero fue albañil y después pasó a convertirse en el celador
de la línea de torres en la central de Alazán.
No todos los habitantes de Pindilig recibieron la
oportunidad en sus hogares. Hay casos como los de aquellos que regresaron al
país para reunificar sus familias y para intentar ganarse la vida luego de una
mala experiencia en el exterior. Esa es la historia de Darío Morquecho -de 24
años- que trabajó en Estados Unidos por un año y regresó a su natal Pindilig en
2013. “Me tocó migrar como muchos lo hacen y regresé, no me gustó la vida de
jornalero (en EE.UU.). Los que antes eran migrantes ahora están trabajando por
la zona y creo que les va bien, no ha habido ninguna queja”, afirma Morquecho
antes de despedirse y partir en su moto dorada.
La migración, dolor
que no pasa
Durante las tardes, en Pindilig es común ver a ovejas,
cerdos, vacas y caballos arreados por jinetes o personas que van a pie con
cuerdas amarradas a los cuellos de los animales. “Esa es nuestra costumbre, la
de todos”, explica Ana María Nasput a los
jóvenes y niños que retornan de la jornada de estudio. Este periplo de
regreso a los estudiantes les puede tomar media hora, dependiendo de los
horarios de los pocos buses que pasan a lo largo de la vía principal en
Pindilig. Una vez que se bajan del transporte, inician una caminata por las
calles secundarias polvorientas de la comunidad, un escenario que los jóvenes
usan para ponerse al día en sus temas personales, en sus problemas, en sus
alegrías y penas. El tema de la migración no deja de ser uno de los más
tratados. Cañar -junto a Azuay y Loja- es una de las provincias donde más
personas partieron luego de la crisis financiera del siglo pasado. José Daizela
tiene 19 años y desde hace 13 no ha podido abrazar a sus padres que se
encuentran indocumentados en EE.UU. En esa ausencia, él y sus 2 hermanos, de 17
y 14 años, han estado al cuidado de su abuela y solo han intercambiado fotos
con sus progenitores para registrar el paso del tiempo. Daizela luce el equipo
de educación física del colegio Manuel S. Ormaza, con un peinado que le cubre
gran parte de la frente. A pesar de su edad, está en primero de bachillerato
porque perdió años de estudio cuando trabajó como carpintero. Sus actividades
transcurren entre los estudios, la cocina para sus hermanos y el indorfútbol.
Todavía no sabe qué hacer después del colegio, pero su meta es terminarlo lo
más pronto posible. Se despide y sigue su trayecto hasta su casa de adobe, unos
kilómetros más hacia el norte.
La muerte de la tarde es señal del fin de actividades
laborales en Pindilig, aunque el frío nuevamente invade el sector esto no
impide que los más jóvenes salgan a las canchas improvisadas de índor.
Un grupo de futbolistas amateur toca la ventana de la casa
de Guarquila para pedirle que les preste un balón. El teniente político deja
por un momento su agua aromática y concede el favor a los muchachos. Son las
21:00, Guarquila ya tiene que dormir, su rutina empezará nuevamente en 5 horas
para atender en el comedor que tiene. Mientras da los últimos sorbos a su
bebida caliente, reflexiona sobre su pueblo.Acepta que ya no está tan olvidado
como antes, que las hidroeléctricas han traído trabajo en la zona, pero lamenta
que aún falten centros educativos. DATOS
La parroquia Pindilig tiene una población de 2.000 habitantes, tanto en el
centro urbano y rural. Pindilig y Taday
fueron descritas como anexos de Azogues. El 23 de febrero se celebrarán los 157
años de parroquialización de Pindilig. Los habitantes de esta localidad son
devotos a San Juan Bautista de Pindilig. Su fiesta se celebra el 24 de junio de
cada año. Pindilig está ubicada a 32 kilómetros de Azogues. Toma
aproximadamente una hora llegar hasta allá desde la capital provincial. Se
puede ir en transporte público, que pasa en la mañana y en la tarde. Esta
parroquia cuenta con 7 comunidades: Shal, San Pedro, Zhoray, Dudas, Queseras, Shabluth,
Carchi-Corral. Al momento no hay señal
para celulares en la zona y sus habitantes solo tienen acceso a un canal de
televisión. El proyecto hidroeléctrico de Alazán iniciará sus pruebas a
mediados de marzo. En la parroquia hay 7 unidades educativas que todavía no
están en óptimas condiciones. Pindilig será sede de la quinta edición del
Carnaval de las Mancomunidades que se realizará el domingo 15 de febrero. Entre
los platos favoritos de la zona están los cuyes con papas, dulces de manzana y
los panes hechos en horno de leña. TOMADO DE EL TELEGRAFO DE ECUADOR
Nota: Ver http://edant.clarin.com/diario/1997/06/01/e-03801d.htm que habla sobre la primera ciudad trasladada para hacer el lago de la represa de salto Grande
Nota: Ver http://edant.clarin.com/diario/1997/06/01/e-03801d.htm que habla sobre la primera ciudad trasladada para hacer el lago de la represa de salto Grande
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