Culpan a soja y carne por pérdida de bosques
Por EFE
ASUNCIÓN. La
apuesta de Paraguay por la soja y la carne como motores de su crecimiento
económico se sigue cobrando un alto precio en los bosques del país, que pierden
miles de hectáreas todos los años, según la WWF.
Según la WWF, en
1986 se perdieron 289.000 hectáreas. / ABC Color
Las casi 9
millones de hectáreas de bosques que Paraguay tenía en 1950 se redujeron a 1,3
millones hasta 2004, cuando el país tenía el mayor rango de deforestación de
América y el segundo del mundo, según el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF).
En ese año, se
impuso por ley la “deforestación cero”, lo que redujo la pérdida de bosques a
5.703 hectáreas en los primeros ocho meses de 2012, frente a las 110.000 de
2002 o la tala récord de 1986, cuando se perdieron 289.000 hectáreas, según la
misma fuente.
En Paraguay, el
cumplimiento de las leyes ambientales “es deficiente o nulo, en algunos lugares
no se aplican”, por lo que el ritmo de destrucción de bosques “continúa siendo
alarmante, como también lo es el contrabando de maderas hacia Brasil”, lamentó
el coordinador de Proyectos del WWF, César Balbuena.
“Los propietarios
conocen las leyes pero no las quieren cumplir excusándose en la falta de
transparencia del Estado y la corrupción”, dijo a Efe Balbuena.
El WWF lucha por
que el Gobierno mantenga su ley de “deforestación cero” después de 2013, para
evitar un regreso a la normativa de 1973, que exigía a los productores
agropecuarios y ganaderos conservar un 25 por ciento de la masa forestal de sus
propiedades.
“En su inicio se
hizo esta ley pensando que no era una prioridad la conservación, el bosque era
considerado algo que no daba beneficio al país”, lo que sumado a la falta de
recursos estatales para el control significó la destrucción de millones de
árboles, según Balbuena.
La deforestación
ilegal en Paraguay se produce principalmente en áreas protegidas, reservas y
parques naturales como el Bosque Atlántico del Alto Paraná, situado en la
frontera con Brasil, o la región del Chaco, Reserva de la Biosfera situada en
el norte del país y fronteriza con Bolivia y Argentina.
El gran proceso
de deforestación comenzó en la década de 1980 junto con la industrialización de
la agricultura en Paraguay, lo que dejó los bosques “muy fragmentados y con
muchos problemas en áreas que aún no están protegidas”, explicó Balbuena.
Las grandes
plantaciones de soja, cada vez más extendidas por el país, han desplazado a los
productores ganaderos a la región del Chaco, donde la tierra es mucho más
barata y donde, según WWF, se están “repitiendo los mismos errores” y la falta
de control de la década de 1980 en la región oriental.
En su último
informe, la organización ecologista Guyrá Paraguay constató que “el proceso de
expansión de la frontera pecuaria hacia el norte de Paraguay (Chaco) se ha
mantenido constante a lo largo de 2012 y continúa con la misma tendencia en
2013”.
Según sus datos
de monitoreo del Gran Chaco Americano -que comparten Paraguay, Argentina y
Bolivia-, sólo en abril pasado se deforestaron 41.464 hectáreas, de las que el
67 por ciento fueron en suelo paraguayo.
Con la
exportación de soja y carne como grandes motores de la economía -el sector
primario representó el 25 % del PIB de 2012-, Paraguay se enorgullece de ser
capaz de dar de comer al mundo entero durante ocho días con su producción de
alimentos.
Para crear
conciencia sobre el impacto de la deforestación, el país cuenta con una
iniciativa sin precedentes liderada por el director de la Radio Ñandutí,
Humberto Rubín, cuyo objetivo comenzó siendo la reconstrucción del Bosque
Atlántico del Alto Paraná.
El programa “A
Todo Pulmón-Paraguay Respira” empezó hace cuatro años con la aspiración de
plantar siete millones de árboles y ahora la meta son 50 millones, el 85 por
ciento de ellos para reforestar el Bosque Atlántico y los restantes para
plantar en plazas, parques y avenidas de todo Paraguay.
“Plantamos
árboles y conciencia”, describió a Efe Rubín, que se mostró entusiasmado con el
devenir del proyecto.
“Ahora en el
Chaco está lo más grave, regenerar un árbol allí puede llevar 70 años y la
gente prefiere tener soja o vacas, lo que provoca la salvaje agresión a
nuestros bosques”, denunció el comunicador.
TOMADO DE ABC DE
PARAGUAY
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