Una invasión de
mosquitos se adueñó de la costa y es la pesadilla de los turistas
Las precipitaciones de los últimos días, que continuaron
ayer, hicieron que se multiplicara su cantidad; en Mar del Plata se disparó la
venta de repelentes
Por Darío Palavecino
| Caminar y espantar mosquitos
ya es un hábito en la lluviosa Mar del Plata. Foto: Mauro V. Rizzi
MAR DEL PLATA.- Sorprenden tanto por cantidad como por
tamaño. Corpulentos. Patas largas. Y un aguijón que mete miedo. Los hay por
todas partes y a toda hora y no hay repelente que alcance. Los mosquitos se
adueñaron de la costa atlántica durante las últimas jornadas, y tirar
cachetazos al aire para espantarlos y -si se puede- liquidarlos es casi un
ejercicio de moda.
No perdonan. Ni siquiera en la playa, donde encuentran piel
al aire libre como en ningún otro momento ni lugar. Pero la noche les sienta bien.
Con el descuido de alguna ventana abierta y víctimas sin insecticidas a mano,
es el momento de su mejor banquete. Las autoridades se apuraron a aclarar que
la especie predominante por esta zona no implica riesgos sanitarios. Lejos del
peligro que en otra época generó la variante Aedes aegypti , que transmite el
dengue, por estos días abundan aquí los mosquitos cúlex , que son más comunes y
no tan nocivos. No propagan enfermedades, pero dejan su recuerdo, aunque en
ello les vaya la vida, con picaduras que provocan ronchas importantes del
tamaño de un botón de camisa, irritación, ardor y mucha picazón.
Las condiciones de calor y humedad han ayudado y bastante
para que estas presencias se multiplicaran en la zona. Ayer, por si fuera poco,
llovió y mucho en las playas, por lo que habría que esperar que el fenómeno
pueda expandirse algunos días más. Por lo pronto, además de los manotazos ante
los zumbidos cercanos o el aguijón amenazante, marplatenses y turistas se
corrieron unos pasos en las góndolas para alejarse de los potes de bronceador y
arrasar con los repelentes.
"Nosotros la sobrellevamos, pero lo complicado es con
los chicos, que terminan la noche todos picados", contó Analía Núñez, que
en la farmacia cargaba con dos tarros de repelente en aerosol y pomadas para
aliviar el escozor y así evitar que sus niños, que tienen 2 y 4 años, se
rascaran hasta lastimarse. "Uno tiene hasta un ojito hinchado",
lamentó.
Jorge Gardelia, capataz general del área de Control de
Plagas de la municipalidad, confirmó que en el distrito hay una presencia
notoria e importante de mosquitos. "Han llegado quizá más pronto, pero
está todo dentro de los parámetros esperados", explicó.
El intendente de Villa Gesell, Jorge Rodríguez Erneta,
también confirmó que en su jurisdicción estos molestos insectos hacen de las
suyas. "Siempre se dan este tipo de situaciones en verano, pero se
anticipó y lo importante es tomar medidas de prevención", dijo sobre un
problema que es comentario de todos en este arranque de febrero con poco sol y
muchos mosquitos.
Por eso desde áreas específicas de cada municipio se ha
dispuesto, a partir de esta situación, una profundización de los operativos de
fumigación en áreas públicas. En especial en áreas parquizadas e inmediaciones
de zonas con acumulaciones de agua, como lagunas o zonas bajas y de
estancamiento, más riesgosas que nunca en estos días a partir de las
importantes precipitaciones de ayer. En espacios donde hay charcos se podían
ver verdaderas nubes de estos insectos. Estacionar cerca y abrir y cerrar de la
puerta de un automóvil alcanza para que unos cuantos mosquitos se conviertan en
una compañía molesta para el viaje a emprender.
Gardelia descartó riesgos de dengue en la región, pero sí
reclamó que se mantengan vivas todas las medidas de prevención que se tomaron
cuando esa especie era un peligro más cercano.
"Si bien la mayor parte de los mosquitos que
aparecieron son cúlex y no revisten riesgo sanitario, este clima también
favorece la proliferación del vector del dengue, de modo que hay que mantener
las medidas de descacharrado más vigentes que nunca", advirtió mediante un
comunicado el ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia.
Mal la pasaban ayer los que habían recurrido a campings para
pasar sus vacaciones por aquí. Muy linda la vida en el ambiente natural, pero
era todo un desafío salir de las carpas o las casillas rodantes y avanzar entre
las nubes de mosquitos, a gusto en espacios llenos de verdes que les sientan
tan cómodos.
En las farmacias reconocían también ayer que la demanda de
repelentes fue muy importante desde el fin de semana. "Vendimos muchísimo,
tanto repelente como algunos medicamentos de alivio para las picaduras",
confirmaron en una farmacia de la zona del puerto. TOMADO DE NACION DE AR
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