Río Medellín hacia Popalito (Barbosa). La
cuenca del Medellín-Porce abarca 5.248 kilómetros cuadrados de 29 municipios.
FOTO JULIO CÉSAR HERRERA
Antioquia no es eficiente en el manejo del agua
El mundo recuerda hoy la importancia de un recurso cada vez
más escaso y disputado. El estado del arte del agua en Antioquia plantea varias
inquietudes.
POR RAMIRO VELÁSQUEZ | Una paradoja en un departamento que
se da el lujo de no facturar casi el 50 por ciento del agua producida en las
plantas de tratamiento y que tiene contaminadas casi todas sus cuencas.
Y aunque Naciones Unidas centra esta vez la celebración del
día en la relación agua-energía, hay asuntos que el departamento debe resolver
y que pese a anuncios, planes y programas no ha avanzado lo suficiente. Al
contrario, se ha retrocedido.
"Lo del agua es político administrativo", reconoce
Claudia Campuzano Ochoa, coordinadora del convenio de la Cátedra del Agua en el
Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia.
Hay agua, pero no potable. Por los 10.529 kilómetros de
corrientes hay suficiente para todos, pero mucha parte está contaminada. Y
desperdiciada.
La demanda es de 2.980 millones de metros cúbicos año, 1.563
millones de metros cúbicos -un 52 por ciento- para generación de energía,
mientras el sector doméstico demanda 345 millones, el 12%, una cifra similar al
pecuario.
Problemas
Pero es acá donde se genera la cadena de la ineficiencia.
El 45 por ciento del agua producida en las plantas de
tratamiento no es facturada por ineficiencia de los sistemas, por fugas y
fraudes. Un indicador que avanza: era del 38 en 2008.
El dato es parte del estado del arte del recurso agua en el
departamento a 2012 que está próximo a salir publicado. Así, de aquellos 345
millones de metros cúbicos, solo se mide el 65 por ciento.
El estado del arte incluye análisis en seis temas (cantidad,
calidad, gestión del riesgo, servicios ecosistémicos, sedimentación, y uso
eficiente), algunos con información precaria que impide la toma correcta de
decisiones.
Es el caso de los estudios sobre sedimentación y acerca del
uso eficiente.
En el Bajo Cauca, por ejemplo, el 70 por ciento del agua
producida no la paga nadie, cuando la norma nacional habla del 30 por ciento.
Ese porcentaje es del 55 en Urabá y del 38 en el Valle de Aburrá.
Aunque esta región es la más poblada, donde se encuentra la
mayor institucionalidad, se hace la mayoría de estudios y se tiene la mejor
prestación del servicio, tampoco brilla por ser eficiente.
Acá hay una posible distorsión del sistema. Contrario a lo
que podría pensarse, son los estrados 2 y 3 los que consumen más agua (69 por
ciento) registrándose un desperdicio alto por fugas, conexiones fraudulentas y
gastos innecesarios (es agua subsidiada), contrario a los estratos 5 y 6 (12
por ciento) que aunque cobijan menor población gastan menos porque deben pagar
más y, también, tienen mayor acceso a tecnologías que reducen el consumo.
Potabilización
Al analizar la calidad del agua en Antioquia, Carlos
Benjumea y Alexandra Arango, de la Universidad Católica de Oriente que
estudiaron el tema para la publicación, concluyeron que "para todas las
cuencas es evidente un grado importante de contaminación que se deriva
especialmente en la entrada de aguas residuales de origen doméstico e
industrial, a lo cual se suma la presencia de actividades como minería y
ganadería entre otras".
Los investigadores encontraron que para todas las regiones
los municipios con mayor desarrollo industrial presentan los grados más altos
de contaminación.
Esa realidad la había constatado ya, para la cuenca del río
Medellín-Porce, el estudio de la huella hídrica.
Es en este punto donde se encuentran datos de interés que
revelan todo lo que falta por hacer en suministro de agua de calidad y
saneamiento de las aguas residuales, cuya disposición inadecuada cierra el
círculo vicioso de la contaminación de las cuencas: el sector doméstico aporta
el 70 por ciento de la carga contaminante.
En acueducto la cobertura que se tiene es del 88 por ciento,
97,8 en zona urbana y 58 en la rural. El promedio está debajo de la media
nacional de 91 por ciento.
De esa cobertura solo 75 por ciento en zona rural es agua
potable, promedio que apenas llega a 18 por ciento en las áreas rurales.
En ocho municipios, pese a contar con planta de tratamiento,
no realizan potabilización por dificultades técnicas: El Bagre, Cisneros,
Campamento, Dabeiba, Liborina, Peque, Vigía del Fuerte y Argelia, mientras dos
cabeceras no cuentan con planta: La Pintada y Murindó.
Las acciones en alcantarillado, que para Campuzano deberían
ir de la mano con las de los acueductos, no son tan contundentes.
La cobertura de alcantarillado es del 79 por ciento en
general, 95 en zona urbana y 34 en la rural, frente a la media nacional del 82.
El estado del arte muestra que el 45 por ciento de los
municipios cuentan con emisario final de aguas en buen estado, 41 por ciento en
regular estado y 9 por ciento malos.
El riesgo
Al hablar de agua no se pueden dejar de lado los riesgos que
se derivan no solo por la intervención antrópica sino por la ocurrencia de
fenómenos climáticos.
En el análisis de este tema, Juan Fernando Barros y Luz
Eliana Vallejo, de la Escuela de Ingeniería de Antioquia, muestran cómo de 2008
a 2011 se presenta un aumento notable en la cantidad de eventos por año, 651,
el 38 por ciento debido a inundaciones, el 57 por ciento deslizamientos y el 5
por ciento avenidas torrenciales. Los deslizamientos afectaron entre el 33 y el
51 por ciento de los municipios.
Fue en esos años que se vivió el fenómeno extremo de La
Niña, lo que recuerda las posibles afectaciones que se pueden derivar por el
cambio climático.
En el Aburrá por ejemplo, indica Claudia, se presentan
inundaciones por intervención del hombre en los cauces de las quebradas.
La gestión del riesgo recibió más atención a raíz de aquel
fenómeno y por eso a 2013 se desarrollaron 378 estudios relacionados, muchos
más que los que se habían acometido en los informes previos de 2006 y 2010.
Conclusiones
Del estado del arte 2013 hay datos que ponen a pensar. Si
bien se cuenta con riqueza hídrica, no está disponible por su calidad. Incluso
varias de las fuentes que muestran calidad aceptable o buena se debe más a la
capacidad de asimilación que a que no reciban carga negra.
Una de las dificultades para el uso eficiente del recurso es
la atomización institucional: son cuatro entidades ambientales las que trabajan
en Antioquia, "cuando las cuencas no saben de límites", recuerda
Campuzano Ochoa quien cita un ejemplo: Brasil reordena su territorio con base
en cuencas, un sistema que permite planificar mejor la región y el agua.
Aunque el agua es la base de la vida y la salud y Antioquia
trabaja en un plan departamental que cobija 60 municipios ha priorizado otros
servicios como el eléctrico con el cual llega a los caseríos y viviendas más
alejadas, lo que se evidencia en el bajo porcentaje de sectores rurales
cubiertos con agua potable y alcantarillado eficiente pese al paso de los años.
Por eso que muchas poblaciones no dispongan del recurso de
manera adecuada se debe a decisiones políticas que priorizan otros sectores o
no usan bien el dinero, algo que notaba el estudio de la huella hídrica en
poblaciones ricas de la parte baja de la cuenca del Porce.
Agua hay, eficiencia...
CLAVES
EL AGUA Y LA GENERACIÓN DE ENERGÍA
1. Un 61 por ciento de la energía en Colombia es hidráulica
y 31 térmica que también usa agua.
2. Antioquia participa con 30 por ciento de la producción de
energía hidráulica y con 80 por ciento de la distribución.
3. El departamento tiene 11 grandes represas y se encuentra
en construcción otra: Hidroituango.
4. La cuenca del Aburrá llega al Porce y cambia de nombre:
produce el 16 por ciento de toda la energía del país.
EN DEFINITIVA
Antioquia es de los departamentos más ricos en agua. No pena
por el recurso, pero sí por la calidad
pues todas sus cuencas presentan niveles de contaminación que afectan el
suministro. TOMADO DE EL COLOMBIANO
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