sábado, 22 de marzo de 2014

DEFICIENTE MANEJO DE AGUA , CONTAMINACIÓN, DESPERDICIO EN ANTIOQUIA COLOMBIA


  Río Medellín hacia Popalito (Barbosa). La cuenca del Medellín-Porce abarca 5.248 kilómetros cuadrados de 29 municipios. FOTO JULIO CÉSAR HERRERA
Antioquia no es eficiente en el manejo del agua
El mundo recuerda hoy la importancia de un recurso cada vez más escaso y disputado. El estado del arte del agua en Antioquia plantea varias inquietudes.
POR RAMIRO VELÁSQUEZ | Una paradoja en un departamento que se da el lujo de no facturar casi el 50 por ciento del agua producida en las plantas de tratamiento y que tiene contaminadas casi todas sus cuencas.
Y aunque Naciones Unidas centra esta vez la celebración del día en la relación agua-energía, hay asuntos que el departamento debe resolver y que pese a anuncios, planes y programas no ha avanzado lo suficiente. Al contrario, se ha retrocedido.
"Lo del agua es político administrativo", reconoce Claudia Campuzano Ochoa, coordinadora del convenio de la Cátedra del Agua en el Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia.
Hay agua, pero no potable. Por los 10.529 kilómetros de corrientes hay suficiente para todos, pero mucha parte está contaminada. Y desperdiciada.
La demanda es de 2.980 millones de metros cúbicos año, 1.563 millones de metros cúbicos -un 52 por ciento- para generación de energía, mientras el sector doméstico demanda 345 millones, el 12%, una cifra similar al pecuario.
Problemas
Pero es acá donde se genera la cadena de la ineficiencia.
El 45 por ciento del agua producida en las plantas de tratamiento no es facturada por ineficiencia de los sistemas, por fugas y fraudes. Un indicador que avanza: era del 38 en 2008.
El dato es parte del estado del arte del recurso agua en el departamento a 2012 que está próximo a salir publicado. Así, de aquellos 345 millones de metros cúbicos, solo se mide el 65 por ciento.
El estado del arte incluye análisis en seis temas (cantidad, calidad, gestión del riesgo, servicios ecosistémicos, sedimentación, y uso eficiente), algunos con información precaria que impide la toma correcta de decisiones.
Es el caso de los estudios sobre sedimentación y acerca del uso eficiente.
En el Bajo Cauca, por ejemplo, el 70 por ciento del agua producida no la paga nadie, cuando la norma nacional habla del 30 por ciento. Ese porcentaje es del 55 en Urabá y del 38 en el Valle de Aburrá.
Aunque esta región es la más poblada, donde se encuentra la mayor institucionalidad, se hace la mayoría de estudios y se tiene la mejor prestación del servicio, tampoco brilla por ser eficiente.
Acá hay una posible distorsión del sistema. Contrario a lo que podría pensarse, son los estrados 2 y 3 los que consumen más agua (69 por ciento) registrándose un desperdicio alto por fugas, conexiones fraudulentas y gastos innecesarios (es agua subsidiada), contrario a los estratos 5 y 6 (12 por ciento) que aunque cobijan menor población gastan menos porque deben pagar más y, también, tienen mayor acceso a tecnologías que reducen el consumo.
Potabilización
Al analizar la calidad del agua en Antioquia, Carlos Benjumea y Alexandra Arango, de la Universidad Católica de Oriente que estudiaron el tema para la publicación, concluyeron que "para todas las cuencas es evidente un grado importante de contaminación que se deriva especialmente en la entrada de aguas residuales de origen doméstico e industrial, a lo cual se suma la presencia de actividades como minería y ganadería entre otras".
Los investigadores encontraron que para todas las regiones los municipios con mayor desarrollo industrial presentan los grados más altos de contaminación.
Esa realidad la había constatado ya, para la cuenca del río Medellín-Porce, el estudio de la huella hídrica.
Es en este punto donde se encuentran datos de interés que revelan todo lo que falta por hacer en suministro de agua de calidad y saneamiento de las aguas residuales, cuya disposición inadecuada cierra el círculo vicioso de la contaminación de las cuencas: el sector doméstico aporta el 70 por ciento de la carga contaminante.
En acueducto la cobertura que se tiene es del 88 por ciento, 97,8 en zona urbana y 58 en la rural. El promedio está debajo de la media nacional de 91 por ciento.
De esa cobertura solo 75 por ciento en zona rural es agua potable, promedio que apenas llega a 18 por ciento en las áreas rurales.
En ocho municipios, pese a contar con planta de tratamiento, no realizan potabilización por dificultades técnicas: El Bagre, Cisneros, Campamento, Dabeiba, Liborina, Peque, Vigía del Fuerte y Argelia, mientras dos cabeceras no cuentan con planta: La Pintada y Murindó.
Las acciones en alcantarillado, que para Campuzano deberían ir de la mano con las de los acueductos, no son tan contundentes.
La cobertura de alcantarillado es del 79 por ciento en general, 95 en zona urbana y 34 en la rural, frente a la media nacional del 82.
El estado del arte muestra que el 45 por ciento de los municipios cuentan con emisario final de aguas en buen estado, 41 por ciento en regular estado y 9 por ciento malos.
El riesgo
Al hablar de agua no se pueden dejar de lado los riesgos que se derivan no solo por la intervención antrópica sino por la ocurrencia de fenómenos climáticos.
En el análisis de este tema, Juan Fernando Barros y Luz Eliana Vallejo, de la Escuela de Ingeniería de Antioquia, muestran cómo de 2008 a 2011 se presenta un aumento notable en la cantidad de eventos por año, 651, el 38 por ciento debido a inundaciones, el 57 por ciento deslizamientos y el 5 por ciento avenidas torrenciales. Los deslizamientos afectaron entre el 33 y el 51 por ciento de los municipios.
Fue en esos años que se vivió el fenómeno extremo de La Niña, lo que recuerda las posibles afectaciones que se pueden derivar por el cambio climático.
En el Aburrá por ejemplo, indica Claudia, se presentan inundaciones por intervención del hombre en los cauces de las quebradas.
La gestión del riesgo recibió más atención a raíz de aquel fenómeno y por eso a 2013 se desarrollaron 378 estudios relacionados, muchos más que los que se habían acometido en los informes previos de 2006 y 2010.
Conclusiones
Del estado del arte 2013 hay datos que ponen a pensar. Si bien se cuenta con riqueza hídrica, no está disponible por su calidad. Incluso varias de las fuentes que muestran calidad aceptable o buena se debe más a la capacidad de asimilación que a que no reciban carga negra.
Una de las dificultades para el uso eficiente del recurso es la atomización institucional: son cuatro entidades ambientales las que trabajan en Antioquia, "cuando las cuencas no saben de límites", recuerda Campuzano Ochoa quien cita un ejemplo: Brasil reordena su territorio con base en cuencas, un sistema que permite planificar mejor la región y el agua.
 Pese a tanta intervención, en muchos casos no hay información suficiente para la toma de decisiones. Existen regiones antioqueñas con escasos estudios sobre el recurso agua.
Aunque el agua es la base de la vida y la salud y Antioquia trabaja en un plan departamental que cobija 60 municipios ha priorizado otros servicios como el eléctrico con el cual llega a los caseríos y viviendas más alejadas, lo que se evidencia en el bajo porcentaje de sectores rurales cubiertos con agua potable y alcantarillado eficiente pese al paso de los años.
Por eso que muchas poblaciones no dispongan del recurso de manera adecuada se debe a decisiones políticas que priorizan otros sectores o no usan bien el dinero, algo que notaba el estudio de la huella hídrica en poblaciones ricas de la parte baja de la cuenca del Porce.
Agua hay, eficiencia...
CLAVES
EL AGUA Y LA GENERACIÓN DE ENERGÍA
1. Un 61 por ciento de la energía en Colombia es hidráulica y 31 térmica que también usa agua.
2. Antioquia participa con 30 por ciento de la producción de energía hidráulica y con 80 por ciento de la distribución.
3. El departamento tiene 11 grandes represas y se encuentra en construcción otra: Hidroituango.
4. La cuenca del Aburrá llega al Porce y cambia de nombre: produce el 16 por ciento de toda la energía del país.
EN DEFINITIVA
Antioquia es de los departamentos más ricos en agua. No pena por el recurso, pero sí por la calidad  pues todas sus cuencas presentan niveles de contaminación que afectan el suministro. TOMADO DE EL COLOMBIANO 

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