Brasil en 'alarma
amarilla' eléctrica por déficit hídrico; temor por impacto en año electoral
El sector eléctrico brasileño opera en estado de “alarma
amarilla” debido a una fuerte sequía que afecta la capacidad de generación de
muchas plantas hidroeléctricas y hay temor en el gobierno de Dilma Rousseff que
se repita el fenómeno que determinó la suerte del gobierno de Fernando Henrique
Cardoso en 2001, forzado a racionar el fluido energético.
Las represas hidroeléctricas generan el 73% de la energía
consumida en Brasil
En 2001 el gobierno de Cardoso apeló al racionamiento y ello
se reflejó en el triunfo de Lula da Silva El informe técnico sobre la situación fue
brindado por el viceministro de Minas y Energía, Márcio Zimmermann and la
Cámara de Diputados quien sostuvo que “el fenómeno meteorológico que
comprometió la incidencia de las lluvias durante el pasado enero generó un
déficit hídrico” que ha reducido la capacidad de las hidroeléctricas,
responsables por la generación del 73 % de la energía que se consume en el país.
No obstante, aseguró que el riesgo de “desabastecimiento es
bajo” pues el país cuenta con alternativas para mantener el suministro en sus
niveles normales.
El funcionario explicó que, para garantizar el flujo de
energía, el Gobierno tuvo que activar en diversas zonas del país unas
generadoras térmicas, cuya producción tiene un coste mayor que será trasladado
a los consumidores.
Pero según Zimmermann, los ajustes de tarifas serán
aplicados a partir de 2015 en forma gradual y se mantendrán durante un período de
cinco años.
Para intentar paliar el impacto de esta situación en las
empresas generadoras de energía, indicó que el Tesoro Nacional autorizó la
liberación de préstamos estatales por unos 4.000 millones de reales (unos 1.700
millones de dólares) para “evitar grandes oscilaciones” en las tarifas.
Durante los últimos meses, por diferentes razones, vastas
zonas de Brasil han sufrido grandes apagones que han puesto en evidencia los
problemas de generación eléctrica que existen en el país.
Las autoridades, sin embargo, han negado una y otra vez que
esos fallos puedan llevar a un racionamiento de energía, como el que se aplicó
a lo largo de seis meses en 2001, durante el segundo período presidencial del
socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso.
La preocupación del Gobierno con el sector energético no es
sólo económica, sino también política.
En 2001, el racionamiento desgastó profundamente al Gobierno
de Cardoso y perjudicó en las elecciones del año siguiente al candidato
oficialista José Serra, derrotado en las presidenciales por Lula da Silva, del
Partido de los Trabajadores (PT). TOMADO DE ENVIO DE MERCO PRESS
NOTA: Lula ordeno unilateralmente represar ríos que son comunes con Bolivia y hoy se vieron los resultados con las inundaciones
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